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    Samuel Schmidt Nedvedovich*

    Diego Martn Velzquez Caballero**

    l odio no es monotemtico, esde largo aliento y de amplio registro.Mientras haya a quien odiar las rela-

    ciones sern perversas y viciadas. Elodio se funda en el miedo. Temor, porejemplo, a los negros, gitanos, mujeres,comunistas, ninis, etc. Recelo de laresistencia, las religiones, las razas ycondiciones sociales. Hay quien odiaal otro aunque nunca lo haya visto. Elmiedo se transforma en una ideologaque pervierte y distorsiona la realidad:la xenofobia, el racismo, la discrimina-cin, etctera.

    El miedo a los judos es unaconstante en la evolucin social delos ltimos tiempos. Haber ubicado eldeicidio como uno de los elementos

    En el presente ensayo los autores estudian el desarrollo de la judeofobia en

    Mxico en la derecha secular y religiosa como producto del antisemitismo y anti-

    comunismo que la Iglesia catlica manifestaba en su oposicin a la modernidad;

    pero, tambin, como consecuencia del contexto geopoltico global de la Segunda

    Guerra Mundial y, ms tarde, la guerra fra.

    centrales del cristianismo dio lugara una de las persecuciones ms pro-longadas y crueles de la historia que

    desembocara en una de las tragediasms grandes de la humanidad: el Ho-locausto.Aunque ello no es un temajudo estrictamente porque murierongitanos, comunistas, homosexuales,curas catlicos y todos los que erandiferentes al patrn de pureza, sesigue manejando como un tema judo.Es de extraar que no se reclame enel mundo la censura a Stalin, quienasesin ms gente que los nazis, tal vez

    porque para las izquierdas es un temasensible aceptar que construyeron sis-temas policiacos y criminales en nom-bre de la democracia e igualdad1.

    E Ha existido el antisemitismo enMxico? Cules son sus antecedentesy consecuencias? Aun cuando el anti-

    semitismo se vincula estrictamentecon los regmenes fascistas, conser-vadores y reaccionarios de Europa,la experiencia mexicana cuenta conelementos propios que fueron en-riquecidos despus de la primera ysegunda guerras mundiales. SealaKrauze:

    La judeofobia (como la llam

    Granados Chapa) es una vieja

    costumbre de la derecha mexica-na, sobre todo en el occidente del

    pas [] En tiempos porrianos

    (segn ha explicado Lomnitz),

    los diarios catlicos, inspirados

    por el Caso Dreyfus, atizaron

    sentimientos antijudos. En los

    aos treinta, la discriminacin

    deriv en actos aislados de per-

    mayo-junio, 2014

    *Facultad de Ciencias Polticas y Sociales-BUAP.

    ** Facultad de Ciencias Polticas y Sociales-BUAP.

    La judeofobia mexicana: racesy consecuencias en la derecha

    poltica

    1Despus de que Saramago compar lamuerte de 20 palestinos en Junin conAuschwitz,le pidieron que denunciara los crmenes deStalin, a lo cual se neg.

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    secucin contra pequeos comerciantes en el centro de

    la ciudad de Mxico, encabezados por grupos fascistas

    llamados Camisas Doradas. En 1940, fue triste ver a

    Jos Vasconcelos el maderista, el ministro de Educacin,

    el demcrata del 29 dirigiendo la revista Timn, pagada

    por la embajada nazi.Al mismo tiempo, el sinarquismo yel PANdieron amplias muestras de odio y discriminacin

    racial contra los judos, hacindose eco de las enseanzas

    de Charles Maurras [] Y en los cincuenta, comenz a

    circular, prologado por el propio Vasconcelos, el libro

    Derrota mundial [] En el ltimo medio siglo, pareca

    que la pasin antijuda de la derecha haba atenuado,

    pero lo cierto es que sigue ah [] el PANes un partido

    esquizofrnico: mitad democrtico, mitad fascista; mitad

    una urna, mitad un yunque (2013).

    Es necesario considerar, no obstante, los efectos de lajudeofobia en el imaginario colectivo de la lite dirigente yen la cultura poltica de la sociedad. Rodrguez Araujo (2013)considera que desde el periodo presidencial de Manuel vilaCamacho (1940-1946) ha sido la derecha quien gobiernaeste pas. Blancarte (1993), a su vez, establece en el siglo XXuna serie de alianzas entre el Estado y la derecha mexicanarepresentada fundamentalmente por la Iglesia catlicaque pueden ilustrar mejor la derechizacin en aras de lagobernabilidad y el control social. Resulta comprensible queuna colectividad mayoritariamente catlica empodere suinstitucin religiosa representativa y presione al gobierno

    para seguir determinados cursos de accin. Si la derechamantiene la dominacin del pas, existe entonces una culturapoltica conservadora en la mayor parte de la poblacin.Por consecuencia, el antisemitismo es una constante dela sociedad mexicana? Lomnitz (2010) seala que han sidopocos los atentados fsicos o reales contra los judos queviven en Mxico. El antisemitismo de nuestro pas, segnsu hiptesis, es sin judos; podra decirse simblico. Esdecir, la judeofobia mexicana se ha proyectado contra losjudos invisibles en el pas, pero, sobre todo, hacia quie-nes simblicamente son e insertan en la judeidad como

    enemigos de la cristiandad y la derecha: la izquierda, loscomunistas, los socialistas, las mujeres, los intelectuales,los estudiantes, los campesinos, los pobres y los no cat-licos. El antisemitismo mexicano es una bisagra defensivacontra los judos reales y simblicos.

    En el presente ensayo se estudiar el desarrollo de lajudeofobia en Mxico en la derecha secular y religiosa comoproducto del antisemitismo y anticomunismo que la Iglesiacatlica manifestaba en su oposicin a la modernidad,

    pero tambin como consecuencia del contexto geopolticoglobal de la Segunda Guerra Mundial y, ms tarde, la guerrafra. Si bien es cierto que Lomnitz (2010) presupone laexistencia de un antisemitismo sin judos, tambin es verdadque nuestro pas presenta los esquemas racistas de todas

    las sociedades incluida la judeofobia y, ms que simplicarel antisemitismo debido a lo polticamente correcto, esequitativo rastrear con mayor evidencia la relacin de estaforma de exclusin con el proceso histrico mexicano. Elpropsito radica en evidenciar la inuencia de esta forma

    de racismo e ideologa en las distintas partes de la clasepoltica mexicana en este caso de la derecha y observarlas consecuencias del fenmeno hasta nuestros das.

    Contexto histrico

    La judeofobia provocada por el cristianismo es uno de losgrandes crmenes de Occidente. La perspectiva antisemitaeuropea se nutri de un tradicionalismo antiguo, romntico,nacionalista, romanista, sincretista, milenarista y catlico. Laradiacin que generaron mitos como el deicidio, el crimenritual, la conspiracin para apoderarse del mundo expre-sada en la publicacin de los Protocolos de los Sabios de Sin,etc., permiten comprobar que la Iglesia catlica difundi elantisemitismo. Y hay evidencias de su corresponsabilidad enel Holocausto, ya sea por omisin o por comisin2.

    Se puede trazar una lnea desde la creacin del catolicis-mo como religin ocial en el siglo IVhasta las posturas de

    odio que vemos en el siglo XXI; todas las posturas coincidencon la nocin y propsito de desaparicin de los judos.De acuerdo con Delumeau (2005), la Iglesia catlica creci

    2Entre los textos consultados para este trabajo pueden mencionarselas posturas de Forrester, Viviane (2008). El crimen occidental. Buenos Aires:FCE; Delumeau, Jean (2005). El miedo en Occidente. Madrid: Taurus; Goi,Uki (2002). La autntica Odessa. Madrid: Paids; Yallop, David (1988). En elnombre de Dios. Mxico: Diana, y (2006). El poder y la gloria. Mxico: Planeta;Kertzer, David I. (2001). The Popes against the Jews . The Vaticans Role in theRise of Modern Anti-semitism.Nueva York:Alfred A. Knopf; Goldhagen, DanielJonah (2002).La Iglesia catlica y el Holocausto. Una deuda pendiente. Ma-

    drid: Taurus; Carroll, James (2002). Constantines Sword. The Church and theJews. Nueva York: Mariner Books; Meyer, Jean (2012). La fbula del crimenritual. Mxico: Tusquets, y Cornwell, John (2002). El Papa de Hitler. Madrid:Planeta. No obstante, tambin deben mencionarse textos que mantienenuna posicin contraria y observan a la Iglesia catlica, particularmenteal Vaticano, de otra forma, por ejemplo: Cianfarra, Camille (1944). TheVatican and the War. Nueva York: American Book/Stratford Press; Falconi,Carlo (1970). The Silence of Pius XII. Boston: Little, Brown and Company;Hanson, Eric O. (1987). The Catholic Church in World Politics. NuevaJersey: Princeton University Press, y Nichols, Peter (1968). The Politics ofthe Vatican. Estados Unidos: Frederick A. Praeger Publishers.

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    promoviendo el odio a judos y mujeres, logr introducir el

    miedo3entre sus creyentes y generar un imaginario social

    que se alargaba por generaciones y producira ignominias.

    Al principio, la Iglesia pugnaba por la desaparicin de los

    judos por medio de la asimilacin, cambiando de religin,

    como sucedi en Espaa y Portugal; sin embargo, con eltiempo aparecieron tambin las intenciones econmicas4.

    Para incrementar ecazmente este proceso, peridicos, re-

    vistas y editoriales catlicas crearon el antisemitismo. Segn

    Meyer (2012), era una guerra de narrativas, pero la aparicin

    de los Protocolos de los sabios de Sinresult catastrca

    porque abri la puerta a la justicacin de la desaparicin

    de los judos por medio del exterminio fsico.

    As se establece una transicin de la postura catlica

    temprana para que los judos desaparecieran. Primero ge-

    nerando la conversin cristiana; pero, luego, justicando los

    pogroms de n del sigloXIX

    y, nalmente, aceptando elexterminio de los nazis. El deicidio se construy cuando los

    cristianos, para congraciarse con los romanos alrededor del

    ao 300 d.C., los eximen de responsabilidad en el asesinato

    de Jess culpando a los judos.Al ser el cristianismo una

    religin ocial, con Constantino, y de Estado, con Teodosio

    en el siglo IV, legitima el fomento del odio al judo. El cultivo

    y dispersin de mentiras e imgenes equvocas alimentar

    el odio y el temor a lo largo de los siglos. Los judos fueron

    acusados de bestialismo, asesinatos rituales (Meyer, 2012),

    incestos, rapto de nios, profanacin de la hostia (y con ello

    simblicamente de la carne de Cristo), ingestin de sangre

    humana, contaminacin de aguas, instrumentalizacin de los

    leprosos, propagacin de la peste, conspiraciones diversas,

    de tener el poder econmico, tratar de destruir el poder

    econmico, poder intelectual, poder para pervertir la sexua-

    lidad y ahora de inventar el Holocausto y comercializar con

    su condicin de vctimas5. Para ello se cre un fenotipo

    arquetpico del judo con nariz larga, encorvado, siniestro,

    con cuernos y cola. El cultivo y dispersin del odio se vio

    reforzado con una iconografa que representa a Cristo en

    su mxima humillacin.Al respecto, Eco dice:

    La introduccin de la fealdad y del sufrimiento en las

    celebraciones de lo divino estimul otros tipos de fealdad

    exacerbada con nes moralistas y de culto, desde las im-

    genes de la muerte, del inerno, del diablo y del pecado

    hasta las del sufrimiento de los mrtires (2011: 52).

    Esta construccin simblica explica que los judos que

    se atrevieron a matar a Jess pudieran hacerle mayor dao

    a la humanidad y no sorprende que haya derivado como

    un elemento central identitario que alimenta las doctri-

    nas supremacistas que ubican a la raza aria o los blancos

    como superiores a todas las dems razas y que justican

    opresiones, persecuciones y matanzas. Tal vez, sin temor al

    error, puede sugerirse que es la construccin de la madre

    de los racismos.

    La retrica antijuda aparece desde la unin eclesistica

    con el poder de los monarcas romanos y se incrementa

    conforme la Iglesia pierde poder frente a la evolucin de

    las ideas polticas y el mercado. La modernidad constituye

    un fenmeno histrico que confronta radicalmente a la

    Iglesia catlica. El n del mundo medieval, el paso del an-

    tiguo rgimen al nuevo, implic un cambio de estructuras

    sociales que supona el debilitamiento de la catolicidad. El

    catolicismo consideraba que los enemigos de la cristiandad

    los judos estaban atrs de todas las revoluciones (Daz,

    2003; Johnson, 2006; Burleigh, 2007); de ah la necesidad

    para organizarse y destruir el Estado y la modernidad, o

    sea a los judos. El miedo al mundo moderno provoc la

    formacin de organizaciones secretas catlicas que se de-cidieron a defender el cristianismo a costa de lo que fuera.

    El desarrollo integrista y/o intransigentista de las sociedades

    catlicas secretas o reservadas6se dio frente a los masones

    y los iluminados, aunque copiaron la mayor parte de sus

    estrategias. Los jesuitas fueron quienes ms desarrollaron

    ese fundamentalismo y activismo poltico.

    Se insiste en la conspiracin ilustrada-juda, que ad-

    quiere fuerza cuando se pierden los Estados Ponticios en

    1870, y la Iglesia culpa a los enemigos masones, iluminados,

    judos, comunistas , l iberales, secularizadores y cient-

    ficos. En la gran conspiracin contra la Iglesia caben y seconfunden todos los enemigos del catolicismo. El integrismo

    y fundamentalismo catlico se justicaran entonces para

    recongurar la grandeza de la Iglesia.

    6En Mxico, como en muchos pases catlicos, las sociedades secretas

    gozaban de gran autonoma con respecto a la jerarqua catl ica (La Base),

    mientras que las reservadas se comportaban bajo supervisin directa del

    arzobispo (es el caso de El Yunque). Todas estas organizaciones actan

    mediante la inltracin y la clandestinidad.

    3El miedo puede llevarnos a la paranoia y al fundamentalismo, como

    lo expresa Maalouf Amin (2010).4 Hay evidencias sobre la motivacin de la Santa Inquisicin para

    despojar a los judos de sus bienes ms que de promover la fe (Kritzler,

    2008; Aguinis, 2012), postura que los nazis replican a la perfeccin llegan-

    do al grado de extorsionar a los familiares de los judos para salvarlos

    (Goi, 2002).5 Cfr.Documentales Amer ican Rad ica l: The Tria ls of Norman Fin -

    kelstein (2009). Typecast Releasing Mercury Media. Estados Unidos, y

    Defamation(2009). First Run Features. Estados Unidos. Recuperados de

    .

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    Los papas Po IX (1846-1878) y Len XIII (1878-1903)

    patrocinan y fomentan organizaciones secretas catlicas en

    todo el mundo porque conrmaban, con la prdida de los

    Estados Ponticios, el miedo a la desaparicin de la institu-

    cin catlica; un Viernes Santo, un cataclismo corporativo,

    una profunda crisis de identidad organizacional, amenazabaal catolicismo. Para preservar los intereses de la Iglesia se

    confront la evolucin del pensamiento moderno porque

    era el enemigo del cristianismo catlico; esta visin medieval

    empez a congurarse como conservadurismo.

    El pensamiento conservador catlico nace y se desa-

    rrolla como reaccin a diferentes expresiones del progreso:

    capitalismo, secularizacin, clases sociales, revolucin de-

    mocrtica, industrialismo, ciencia, socialismo, libre expre-

    sin e individualismo. El conjunto de estos elementos la

    modernidad representa para los conservadores el salto

    histrico que puede determinar en una forma peligrosael statu quo; pero, sobre todo, la existencia misma de la

    Iglesia. En tal sentido, el conservadurismo trata de incidir

    en cada uno de los rubros para contener la transformacin

    que implican; cada proceso de cambio activa dispositivos

    reaccionarios e involucionistas en los seguidores de este

    pensamiento poltico.

    Aunque las ideologas constituyen una visin parcial

    o distorsionada de la realidad, son cosmovisiones para las

    personas que las adoptan; se vuelven pensamientos totales

    en cuanto pretenden abarcar la mayor parte de los aspec-

    tos humanos.Al tratar de estudiarlas deben contemplarse

    sus perspectivas y justicaciones acerca de la relacin que

    tradicionalmente se da entre el hombre y el Estado.

    Las ideologas, para justicar su existencia, proponen

    modelos ideales de convivencia social.Algunas son utopas

    que desarrollan acciones concretas en programas polticos.

    El conservadurismo, por ejemplo, pretende mantener al

    hombre lejos del peligro que representan las tendencias

    colectivistas e individualistas; considera la existencia vital

    de relaciones entre el hombre y el Estado determinadas

    por grupos intermedios, de los cuales la familia es el ms

    importante (Nisbet, 1995: 41).As, es fundamental para el

    pensamiento conservador y la nocin de Estado corporati-vo que desarrolla formar un hombre ajeno a las tendencias

    colectivistas e individualistas7.

    La Iglesia saluda al siglo XXcon un ponticado antimo-

    derno, personicado por Po X (1903-1914) y fortalecido

    por una tendencia integrista o integralista que la Santa Sede

    manifestaba a cada acontecimiento social, econmico o

    poltico. Po XI y Po XII representarn el punto ms lgido

    de esta tendencia; no obstante, en su favor puede sealarseel contexto como altamente conictivo para la institucin

    catlica. El desarrollo del comunismo, los movimientos

    socialistas y el avance de la secularizacin en los diferentes

    pases cristianos constituyen para la burocracia y lite de

    la institucin religiosa smbolos inequvocos del n de la

    Iglesia catlica frente a los que deciden actuar y lo hacen

    equiparando esos desarrollos como producto del judasmo.

    Al perder la Iglesia catlica los Estados Ponticios pareca

    que, por lo menos en Occidente, las ideas ilustradas y

    liberales-progresistas no tendran muchos problemas para

    desarrollarse; sin embargo, la aparicin del comunismocomo Estado a partir de la revolucin bolchevique gener

    un impulso de encono en el cristianismo hacia la Rusia

    Sovitica, transformndola en el crisol de sus ms grandes

    enemigos: los masones y los judos.

    Mientras el mundo moderno se apegaba a los des-

    cubrimientos cientcos y alababa el poder de decisin

    y de creacin humanas, los integralistas e intransigentes

    se ocupaban de profesar que el hombre era, en efecto,

    la medida de todas las cosas, en cuanto creacin divina, y

    que su capacidad de razn y accin obedecan a una natu-

    raleza divina, a la que deban estar dirigidas. Esta reexin

    se conjugaba con la condena a las instituciones liberales y

    democrticas. Frente a la verdad racional y humana, la Iglesia

    catlica como todas las instituciones religiosas opone su

    verdad divina y revelada.

    La defensa que hicieron los catlicos alemanes contra

    la Kulturkampf de Bismarck es tomada como ejemplar en

    un momento donde la Iglesia pensaba seriamente sobre

    su extincin (Johnson, 2006; Daz, 2003).A la simpata con

    Mussolini por el reconocimiento de los territorios al Vati-

    cano, viene tambin el apego por los Catlicos Viejos Ale-

    manes algunos de los cuales pertenecern a las sociedades

    secretas. No slo la experiencia alemana result ejemplary un paradigma a seguir como modelo de defensa catlica,

    sino que la experiencia de pases como Polonia, Austria,

    Hungra, Francia, Espaa, Croacia y otros ms servira al

    Vaticano para continuar fortaleciendo el protagonismo

    internacional de la Iglesia.

    Las sociedades secretas del catolicismo ganan re-

    conocimiento de ecacia admitiendo y legitimando al

    Vaticano. La lucha contra el comunismo y la conspiracin

    7[] Poniendo a prueba su posible combinacin, se llega a la conclu-

    sin de que son de derechas dos ideologas romnticas, el tradicionalismo

    y el fascismo, y una clsica, el conservadurismo; son de izquierdas una ro-

    mntica, el anarco-libertarismo, una clsica, el socialismo cientco; mientras

    que la restante clsica, el liberalismo, es de derechas y de izquierdas segn

    los contextos (Cofrancesco, citado en Bobbio, 1996: 118).

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    juda, por parte de los grupos secretos de la ultraderecha,producir los fascismos italiano, espaol, latinoamericano,croata, austriaco y alemn. La solucin nal nazi se inspiren un misticismo catlico-pangermnico que desarrollabala sociedad secreta del Thule donde se inclua a catlicos

    y personajes cercanos de Adolfo Hitler. El programa delnazismo se sustenta en la imagen del catolicismo para eldesarrollo de su propaganda y fue publicitado enMi Luchavarios aos antes de la fundacin del III Reich8.

    Para Luis I. Olmos (1996), cuando el catlico desva sucamino hacia la ideologa poltica de derecha, adopta dos ca-ractersticas: el lonazismo y el antijudasmo, que abrevan deuna actitud contrarrevolucionaria (pensamiento ilustrado,Revolucin francesa) y consecuente con los totalitarismosfascistas. El lonazismo, entendido como una concienciaantirrevolucionaria, se identica con 10 actitudes:

    1) la conviccin de que el individuo cuenta menos que elgrupo

    2) la preminencia (sic) de la historia sobre la revelacin3) el gnosticismo,4) la mentalidad de minora perseguida o espritu sectario,5) la confusin del poder espiritual con el temporal o

    mesianismo poltico,6) la conviccin de que el orden temporal es responsabi-

    lidad de unos cuantos,7) el milenarismo,8) la preferencia por las tradiciones y obras humanas sobre

    la palabra y la accin de Dios,9) la lgica de la exclusin o exterminio del contrario, y10) el racismo o xenofobia.

    Por su parte, el antijudasmo reconoce dos tendencias:la iluminista-gnstica, representada por Los protocolos delos sabios de Sin9, y la cristiano-occidental, manifestadapor Complot contra la Iglesia10.Ambas obras son compilacin

    de tesis antisemitas. Estas posturas se han desarrollado atravs de la historia de la Iglesia catlica en su relacin conel poder temporal y en las diferentes actividades que lajerarqua les ha permitido y tolerado a los eles en cincoperiodos: 1789-1870, 1870-1917, 1918-1938, 1939-1945

    y 1946-1989. No obstante, lonazismo y antijudasmo seconfunden en las manifestaciones que hacen los grupos deultraderecha.

    Al nalizar la Segunda Guerra Mundial, la aparicin dela URSS como superpotencia modica la geografa polticade lucha entre los representantes del antiguo rgimen y lassociedades modernas. De esta manera se provoc una luchaentre la trada de poder, las internacionales Dorada, Negra11y Roja, que enerv los radicalismos de la centuria.

    El antijudasmo y el lonazismo aparecen entre laultraderecha cristiana como el elemento unicador y con-

    tinuista de la lucha contra el comunismo. Hay un salto enlos enemigos de la cristiandad que va de los gibelinos a losrevolucionarios comunistas, haciendo de estos ltimos unanueva especie de judos rasputinescos ms peligrosaque la de los judos masones. La judeofobia de la Iglesiacatlica rene antisemitismo y anticomunismo, razn porla cual se posiciona como un elemento estratgico paraOccidente previo a la Segunda Guerra Mundial, en su de-sarrollo y durante la guerra fra. El catolicismo se acomodacircunstancialmente frente a sus enemigos y se recomponeprimero ante Mussolini, luego ante Hitler y, nalmente, ante

    8Vase Rodrguez Araujo, Octavio (2007). Derechas y ultraderechas enel mundo. Mxico: Siglo XXI Editores; Corella Torres, Norberto (2005).Propaganda nazi. Mxico: Miguel ngel Porra; Andrade Martnez, Juan deDios (1998). Hubo una vez un Partido-Estado. Mxico: EDAMEX; Borejsza,Herzy W. (2002). La escalada del odio. Madrid: Siglo XXI Editores, y ShirerWilliam, L. (2011).Auge y cada del III Reich. Mxico: Planeta.

    9En Francia y Rusia surgen importantes coyunturas antisemitas queson retomadas por el pensamiento conservador para justicar su accinpoltica. En ambos casos, se inventan historias falsas y extraordinarias quedestacan el papel maligno y deicida del pueblo judo.

    10Paneto desarrollado durante el Concilio Vaticano II que muestra,desde su perspectiva, el apoderamiento masnico, comunista y judo dela Santa Sede. Maurice Pinay, su autor, es un pseudnimo.

    11De acuerdo con Martin Malachi (1991), la Internacional Negra (Iglesiacatlica) ofreca a la Internacional Dorada (Estados Unidos) la organizacinindispensable para confrontar a la Internacional Roja (URSS). En la guerrafra el cataclismo nuclear concentr en los ejrcitos la estructura de do-minacin que las superpotencias aspiraban a tener; empero, la situacin semodic al establecerse el conicto como una guerra de baja intensidad. Enesas circunstancias el Occidente se encontraba en desventaja porque slolas Internacionales Roja y Negra se haban dedicado a desarrollar cuadrosefectivos en los mbitos poltico, social y econmico. Para Malachi, el aspi-racionismo individualista de los occidentales dej sueltos los mecanismosde control y defensa en un conicto que se estructuraba en los campospoltico y social. La libertad que distingue a las sociedades democrticascapitalistas las haca vulnerables a la inltracin de los comunistas que

    aprovechaban cualquier anco para introducirse en un esquema social ydesarrollar sus movimientos estratgicos. Slo haba otro actor que sabacmo desenvolverse en un juego as: la Iglesia catlica.

    No se poda luchar contra el comunismo desde una perspectiva ticacomo la del capitalismo, que todo lo hace aparecer competitivo y sujetoa la oferta y la demanda. El comunismo tiene un esquema discursivoefectivo y alienizador, sus diversos tericos han desarrollado la estrategiade la lucha por la hegemona cultural, por la historicidad y el control delas relaciones sociales de produccin que ha sido difcil de combatir. Slootro discurso igual de combativo y alienizador puede luchar contra elcomunismo: el discurso religioso.

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    Estados Unidos. La Santa Alianza (Yallop, 2006) se mantieneen muchos gobiernos latinoamericanos hoy en da.

    El contexto mexicano

    a) De la Colonia a las primeras dcadasdel siglo XX

    El antisemitismo en nuestro pas comienza desde el mo-mento mismo de su creacin: la Colonia. La Contrarreformafue un artilugio til para disputar el protagonismo cristiano,as como para simular la tarda integracin europea de lapennsula ibrica. El dominio rabe gener una sociedadhbrida que hasta el da de hoy permite visualizar una his-panidad fragmentada a pesar de los intentos por conservarla pureza racial y religiosa del cristianismo.

    El proyecto colonizador ibrico dene a los conserva-dores y a la derecha mexicana que tanta importancia tuvoen el siglo XIX. La derecha en nuestro pas se caracterizapor su gran proximidad a la Iglesia catlica y al proyecto dela Contrarreforma caracterstico del modelo colonizadoribrico. Su carcter antimoderno nace con la colonizacinespaola y la forma de organizacin poltica, econmica ysocial que de ah se deriva. La sociedad se congura a partirde la piedad catlica, as como del modo de produccinfeudal. Para el caso de la Iglesia catlica en Mxico, el conic-to de las dos espadas (papismo vs. monarqua) se desarrollaen varios episodios desde la Colonia y cobra especial rele-

    vancia por las formas que adopta, por la personalidad de susactores, as como por sus consecuencias, especcamenteen los planos social y poltico12. En la gnesis y presenciade la derecha catlica mexicana radical o moderada co-bra un lugar especial la cuestin de la obediencia al poderpoltico, es decir, si los catlicos deben conducirse comoeles, obedeciendo sin cuestionar el Evangelio, inclusocuando ello implique a veces desobedecer a la Jerarquay los poderes civiles; o en cuanto catlicos, son legtimas,desde el punto de vista religioso, la obediencia debida a lasautoridades civiles en tanto que stas y las disposiciones

    jurdicas que de ellas emanan.

    Ser hasta el siglo XIXcuando la decadencia espaolaocasione la confrontacin abierta con el pensamiento mo-derno. El agotamiento de la Iglesia catlica y la aproximacinde las ideas revolucionarias, republicanas, laicas, liberalesy cientcas estructurarn a los actores y su campo. Una

    vez iniciado el proceso de independencia, la Iglesia catlicasigue jugando un papel importante, ya que ha intervenidopara retrasar los procesos propios de la modernidad, ascomo para generar y alimentar un proyecto identitariocapaz de reunir bajo dogmas de fe a una poblacin social yeconmicamente heterognea13. El movimiento poltico dela Derecha se singulariza por numerosos enfrentamientosal proceso de modernizacin iniciado en la Independenciamexicana. Sin embargo, tambin ha presentado alternativasa la modernizacin del pas, y algunos de sus actores hanevolucionado al reconocer la inevitabilidad de la historia.

    En el Mxico de la reforma liberal la Iglesia catlicaconrm su visin sobre la accin destructiva de la ma-sonera y el liberalismo. Este temor la llev a patrocinarla intervencin francesa y el trgico segundo imperio. Noobstante, ser durante la dictadura progresista del generalPorrio Daz cuando el activismo de las sociedades secretascatlicas comienza a desarrollar actividades efectivas. ParaLeopoldo Zea (1976), el pensamiento positivista es com-parable con la Ilustracin en Amrica Latina; es el contactoms serio que Iberoamrica ha tenido con la modernidad.Esta situacin, aunada al contexto internacional inhspitopara la Iglesia catlica, en un sentido intelectual y poltico,

    hace que no sea difcil imaginar la angustia existencial delos catlicos mexicanos que vean enemigos a su religinpor todas partes (Daz, 2003).

    Durante la era positivista en Mxico se vive, segnClaudio Lomnitz (2010), un antisemitismo sin judos. Elautor emplea las coyunturas del Caso Dreyfus y la guerraEspaa-Estados Unidos para destacar que en el Mxico delPorriato diversos grupos (la Iglesia catlica, los militares,los porristas y algunos revolucionarios) ocuparon el antise-mitismo para atacar al grupo de los cientcos positivistas14y a algunos intelectuales progresistas.

    12La tendencia hispanista que nutre varios movimientos en Amricaconsidera el catolicismo, el idioma y la raza como elementos que hermananamplias comunidades por encima de lmites territoriales y que compartentanto el pasado como aspiraciones comunes. En el caso mexicano el his-panismo se confront con la tendencia panamericanista de los gobiernosposrevolucionarios.

    13Al respecto, Gmez Peralta dice:Dado que durante el virreinatolos altos mandos del ejrcito estaban restringidos a los peninsulares,muchos criollos optaron por hacer carrera eclesial, quedando la Iglesiade la Nueva Espaa [] bajo el control de los criollos quienes, a su vez,crearan la identidad del ser mexicano (2007: 67).

    14Es importante destacar tambin el racismo de la tecnocracia po-sitivista hacia los indgenas mexicanos. El positivismo en Amrica Latina,por ejemplo en el Cono Sur, desarroll acciones para europeizar a lapoblacin y pluralizar las religiones en nombre de la modernidad y el

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    En un acalorado debate por el Caso Dreyfus, porejemplo, a Justo Sierra se le llamar judo por favorecera mile Zola y los intelectuales franceses15; posteriormen-te, tal calicacin fue empleada en el mismo sentido paraquienes apoyaran la ayuda a Cuba por parte de Estados

    Unidos en su independencia de Espaa. La Iglesia catlicainici este antisemitismo, que ms bien fue un sentimientoantiintelectual, o bien, anticientco, pero que gener unclima de opinin que justicaba las acciones contra loscientos mote asignado a los cientcos; por ejemplo,el multisonado caso de los 41 y los baos pblicos dondese agreg la caracterstica de homosexual a los positivistasvolvindolos el chivo expiatorio (Schuessler, 2008). Deah su exclusin de la competencia por el poder y de lasociedad. El antijudasmo durante el Porriato en Mxicofue, en realidad, un anticienticismo.

    Lomnitz (2010) considera que el judo representa elestereotipo cosmopolita, intelectual, moderno y progresista.Al tratar los grupos universitarios, cientcos y urbanosde profundizar la modernidad porrista fueron homolo-gados en automtico con los judos.Aun en los primerosgobiernos de la Revolucin mexicana, los ex alumnos quehaban sido formados en la Escuela Nacional Preparatoriao que haban colaborado en labores de investigacin con

    los positivistas porrianos en la universidad y el gobierno,abjuraron y desconocieron su deuda con los cientcos, bienpara sobrevivir o para incorporarse a la nueva burocraciaque necesitaba el Estado. La ultraderecha y la Iglesia catlicageneraron el antisemitismo y cada grupo, posteriormente,

    us el discurso segn sus circunstancias.La judeofobia es singular y creciente a partir de la

    primera y segunda guerras mundiales derivado de las con-diciones geogrco-polticas. Friedrich Katz considera queMxico siempre ha sido objeto de distintas estrategias porsu frontera con Estados Unidos16. La geopoltica alemanatrat, en ambas conagraciones mundiales, de ocuparMxico para dar el salto a dicho pas.

    Para 1920 se inicia el periodo reconstructivo de losgobiernos revolucionarios y aparece como estrategia decrecimiento econmico la inmigracin.Aparece en Mxi-

    co un antisemitismo escindido: por la conviccin, donde sepuede ubicar a los diferentes organismos de ultraderechay a varias sociedades secretas catlicas, y por la convenien-cia, donde se encuentran la clase poltica mexicana, quebuscaba el enriquecimiento y el control de sus feudos ocacicazgos.

    [] Obregn ofreci en 1922 a los judos americanos

    que su gobierno estaba preparado para dar una calurosa

    acogida a los judos de Europa del Este, agricultores e

    industriales. Por millares vinieron de Rusia, Polonia y

    Lituania, pero no por el ofrecimiento de Obregn sino

    porque Estados Unidos abruptamente les cerr sus puer-tas. Entre 1921 y 1929 vinieron miles de Europa del Este

    y as, los yiddish17se constituyeron en la mayora de la

    comunidad juda [] El ao de 1930 se estim en 30,000

    el nmero de judos en el pas, entre los que destacan

    los recin llegados azkenazis [] esos miles de judos

    se dedicaron al comercio ambulante [] (Gonzlez

    Navarro, 1994: 133).

    Posterior a la experiencia de la Primera Guerra Mun-dial, los carrancistas son los triunfadores de la Revolucin

    mexicana y se inicia la purga de la faccin que termina con

    progreso.Al racismo desarrollado por la poca colonial deben agregarsetambin, en la era positivista, las ideas de blanquear a Mxico para darle

    ms productividad: se abre la puerta a migrantes europeos y se refuerzanlas bases de la discriminacin a la poblacin morena/nativa y con sta laconstruccin de un racismo presente hasta la actualidad.

    15Lomnitz lo expone de la siguiente forma:En Francia, el Caso Dreyfusestuvo relacionado predominantemente con el honor de los militares; enMxico, la prensa catlica se vali del apoyo de los cientcos a Dreyfuspara ahondar an ms la divisin de ese grupo y el ejrcito [] Al judai-zar a los cientcos, la prensa catlica estaba apoyando implcitamenteel patriotismo y el honor de los militares mexicanos incluido el propioDaz en contra de la faccin civil liberal [] Los peridicos catlicosaprovecharon la ocasin para escribir sin rodeos artculos acerca del odiojudo por la cristiandad, sobre la venganza y la traicin de los judos, sobrela degeneracin juda, etctera [] Una vez que haba quedado claro queel caso giraba en torno a la forma de traicin ms odiosa la traicin a lapatria, perpetuada por un descendiente de la raza de los eternos traidores

    los judos, por el motivo acostumbrado el oro y la perpetracin de suodio por la cristiandad, los peridicos pasaban a denunciar una alianzaentre el dinero judo, los protestantes y los francmasones, todos los cua-les estaban resueltos a destruir juntos Francia en cuanto baluarte de lasnaciones latinas catlicas en benecio de las naciones protestantes, comoAlemania, Inglaterra y los Estados Unidos [] Los peridicos catlicosidenticaban a los cientcos con la nueva categora social, el intelectual,y satirizaban sus vanidades y pretensiones [] La derecha catlica fue laprimera en describir a los cientcos como traidores y judaizantes. Losinsultos especcos que les dirigan consistan en llamarlos anticatlicos yantiespaoles (traicin a su raza y su religin) [] (2010: 44-53).

    16Cfr.Katz, Friedrich (1982). La guerra secreta en Mxico. Mxico: Era;Thayer Mahoney, Harry y Locke Mahoney, Marjorie (2000). El espionajeen Mxico en el siglo XX. Mxico: PROMEXA, y Cedillo, Juan Alberto (2007).Los nazis en Mxico. Mxico: Debate.

    17El autor confunde al judo ashkenazi con el idioma Idish que crearonen la Europa oriental. La razn para esta creacin fue evitar coloquialmenteel uso del idioma hebreo, a la sazn el idioma sagrado. Fue hasta el sigloXXque se revive el hebreo como idioma de uso comn.

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    el dominio absoluto del Grupo Sonora, encabezado por elgeneral lvaro Obregn. La condicin, en ese entonces,de un Mxico rural en su mayor parte, as como de unavocacin agropecuaria del gobierno, permiti a los inmi-grantes judos un importante desarrollo de las actividades

    comerciales en los principales centros urbanos del pasque ocasion algunos conictos, como los de la ciudad deMxico, cuando Pascual Ortiz Rubio expuls comerciantesjudos de la zona de La Merced.

    En 1929, frente al golpe de la crisis, el presidente alientala agresin contra inmigrantes enfocndose en los judos,que sufren un pogrom, y en los chinos, quienes ya habansido perseguidos desde el siglo XIX, pero con ms nfasisdesde 191018. Martnez Assad (2006) sostiene que el presi-dente Ortiz Rubio busca frenar la crisis econmica que seextiende por Mxico despus del jueves negro de Estados

    Unidos con una ofensiva a los negocios de los extranjeros,muchos de los cuales eran migrantes que haban decididoasentarse en el pas. La Campaa Nacionalista se oponaprincipalmente a los negocios de chinos y de judos, lasrestricciones migratorias alcanzaron a otras colectividadescomo las que procedan de los pases de Medio Oriente,incluidos turcos y rabes, las cosas llegaron al nivel deregistrarse un pogrom en la ciudad de Mxico:en su afnde proteger al nativo de la competencia extranjera permitila expulsin de 250 vendedores judos de La Merced19.Este caso rearma la tesis de que los tiempos de crisis sonpropicios para la persecucin.

    La caresta econmica provoc que las leyes migrato-rias del pas elevaran notablemente su nivel de requisitos,sobre todo hacia los extranjeros que no se considerabanidneos segn el perl mestizo que se trataba de construiren Mxico; pero, sobre todo, para salvaguardar la estabili-dad econmica del pas. Los efectos de la crisis de 1929 se

    prolongaron la mayor parte de la dcada posterior y elloorigin polticas migratorias injustas, parciales y clasistas encontra de los extranjeros residentes en el pas y aquellosque aspiraban a ingresar; por ejemplo, los judos durantela Segunda Guerra Mundial (Yankelevich, 2010; Gleizer,

    2012 y 2011; Rodrguez, 2013). Si el Estado tiene el poderde denir el mal que llegan a ser los otros, se opta porescoger a un enemigo externo o interno para unicar ycohesionar a la sociedad; de esta manera el gobierno eligea un grupo vulnerable, como los inmigrantes o los judos,para concentrar el odio societario.Algo similar hicieronlos militares argentinos cuando elevaron su reclamo de lasMalvinas, los nazis contra los judos, Estados Unidos en suprolongada batalla contra los comunistas, los inmigrantesy ahora los musulmanes.

    b) El nazismo corruptor

    Durante el auge del nazismo en Alemania ser la utilidaddel petrleo lo que genera el espionaje y la participacin deAdolfo Hitler en la poltica mexicana (Cedillo, 2007; Gon-zlez Navarro, 1994; Mrquez, 2010).Algunos miembros delrgimen de la Revolucin se involucrarn con el nazismopor las ganancias econmicas que la corrupcin mexicanapermite. Cedillo (2007) muestra que varios personajes delocialismo poltico sucumbieron a las estrategias nazis enforma sencilla y ridcula. Comparten muchos valores ideo-lgicos del nazismo, principalmente el antisemitismo pero,

    dada la cultura tradicional de la clase poltica mexicana, esla conveniencia lo que les permite apoyar a los germanos.El petrleo y la geopoltica disponan a nuestro pas comoun eslabn esencial en el proyecto nazi contra EstadosUnidos y los corruptos revolucionarios aprovecharon bienla oportunidad.

    Despus de la expropiacin petrolera el gobiernocardenista enfrent fuertes problemas dentro y fuera delpas. El aspecto ms importante fue un bloqueo econmi-co de Estados Unidos a Mxico semejante al de Cuba yun plan de invasin ideado por Roosevelt. En razn de lo

    anterior, Crdenas decide vender petrleo a Japn, Italia yAlemania, aunque cuestiona algunas de las acciones blicasdel Eje, por ejemplo, la invasin italiana a Etiopa y la deAlemania a Austria.

    Segn el ministro alemn en Mxico, Von Rudt, Crdenas

    no era comunista, en todo caso sus medidas no hubieran

    sido necesarias si la industria no hubiera obtenido tan

    altas ganancias. En 1938 Mxico vendi su petrleo a Ale-

    18Flora Botton Beja explica detalladamente la persecucin de los asi-ticos en nuestro pas: En 1910 haba 13,203 chinos en todo el pas, 4,486de los cuales residan en Sonora. Una incipiente burguesa china comenza formarse, lo que tambin dio inicio a los movimientos antichinos []En un Mxico donde la esperanza de alcanzar una vida mejor despus

    de la Revolucin se tornaba en frustracin, la xenofobia aumentaba porconsiderar que era excesiva la inuencia de los extranjeros en la economay por un nacionalismo excluyente, exacerbado por la bsqueda de unaidentidad nacional (2008).

    19La Merced era el mercado de abasto, estaba en el centro de la ciudady ah se asentaron los judos que llegaron a Mxico en las primeras dcadasdel siglo XX. El estado de Veracruz en 2013 ha erigido un monumento paraconmemorar el centenario de la llegada de los judos. En la actualidad suimportancia ha disminuido y ya no hay judos en esa zona de la ciudad,aunque se mantiene abierta la primera sinagoga que se cre en el lugaren la calle de Justo Sierra.

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    mania, Italia y Japn para vencer el boicot de americanos

    e ingleses; entre 1938 y 1942Alemania absorbi 48%

    de las exportaciones e Italia el 17%, por tanto, Mxico

    debera agradecer a Alemania que lo hubiera salvado de

    una catstrofe, pero lo hizo porque as convena a sus

    intereses (Gonzlez Navarro, 1994: 153).

    Estas condiciones incrementaban la problemtica delcardenismo, que tena una capacidad de gobernabilidadlimitada, porque la mayor parte de los diputados, senadores,gobernadores y jefes militares eran callistas y, en pro desu lder, siempre buscaron acarrearle problemas al generalmichoacano. Los callistas fueron una lite conictiva, difcilde someter al cardenismo que, slo despus de la primeramitad de su sexenio, comenz a combatir. Plutarco Elas Ca-lles siempre se haba mantenido bajo la sombra del caudilloObregn, lo que en cierto modo no le impidi tener allega-dos eles y seguidores polticos; su faccin est organizadapero se consolidar hasta 1929. En ese momento, y graciasa la muerte de Obregn, Calles se convierte en el tutor dela Revolucin mexicana y no estaba dispuesto a abandonaresa posicin frente a Crdenas. El Presidente de la Repblica,siempre debi proceder con mucha cautela para excluir alos callistas poco a poco, pues stos no perdan ningunaoportunidad para complicar la situacin. Quiz entoncesse inaugur la prctica priista de considerar la diplomaciamexicana como un buen cementerio poltico20. La expul-

    sin de callistas los hace que adquieran importancia en elServicio Exterior Mexicano. Esto causalmente muestra unacoincidencia entre nazismo y callismo que complica internay externamente la situacin del cardenismo.

    El general Plutarco Elas Calles, junto con su faccin,

    apost a medios, personajes, militares y empresarios;busc por todos lados para derrocar al presidente LzaroCrdenas (Meyer, 2010); de ah la vinculacin de variosmiembros de su faccin con la inteligencia nazi que lespermitira controlar nuevamente al pas y el uso peculiardel antisemitismo (Cedillo, 2007 y Meyer, 2010). En 1939la embarcacin Flandre, que proceda de Europa con refu-giados judos y que no fue aceptada en Estados Unidos yvarios pases de Amrica Latina, tampoco fue acogida enMxico debiendo regresar a Europa al trgico destino. Losgobiernos de Crdenas, as como el de vila Camacho,

    posteriormente, aplicaron las leyes de inmigracin quenegaron el acceso de varios grupos de judos que huandel Holocausto. Ciertamente los principios pragmticosse impusieron sobre los humanitarios (Yankelevich, 2010);pero tambin debe considerarse que varios funcionariosdel gobierno eran antisemitas, es decir, callistas.Atrs depersonajes como Cedillo, Garrido Canabal, Vasconcelos, qui-z hasta de la fundacin del PAN, est Plutarco Elas Calles21.

    simplemente ley en la conferencia. De nueva cuenta, el nombramientoparece ms un acto de alejamiento poltico que un elemento de estrategia

    de la poltica exterior de Crdenas. En pleno conicto petrolero, eraconveniente conservar en Petromex a un representante del maximato?Plutarco Elas Calles se haba entendido muy bien con los petroleros enel pasado, no poda nuevamente entenderse con ellos y contribuir adesplazar a Crdenas?

    Est tambin el caso de Manuel Prez Trevio, quien compiti por lacandidatura presidencial contra Lzaro Crdenas. Una vez llegado al poder,el general Crdenas lo envi como embajador ante Espaa y Portugal apesar de no contar con antecedentes en la carrera diplomtica. Posterior-mente, en 1937, fue nombrado el general Adalberto Tejeda, quien, un aoantes ya haba fungido como embajador ante Francia. Fue ministro hasta el1 de enero cuando Mxico rompi relaciones diplomticas con Espaa.

    Destacan tambin los exilios de Eduardo Vasconcelos, LenidesAndrew, Francisco Javier Aguilar Gonzlez y por supuesto, la decisin deCrdenas de raticar al caudillo Gonzalo N. Santos como embajador en

    Blgica (2010: 431-433).21Los textos de Daniela Gleizer (2012 y 2011) evidencian la discri-

    minacin que distingue al Estado mexicano en la poca de Crdenas yvila Camacho en relacin con los judos que huan de Europa. Es inevi-table el disentimiento con la autora, que considera una similitud entreel cardenismo y el avilacamachismo. Los datos histricos que la doctoraen Historia rescata son asumidos como una manifestacin de racismo ycontradiccin en el gobierno de Crdenas puesto que no se les dio elmismo trato a los espaoles que a los judos debido a la incapacidad deasimilacin de estos ltimos. Sin embargo, la autora pierde de vista elcontexto nacional y en ello confunde tambin la memoria de esta poca.

    20La informacin de los callistas que son enviados al Servicio ExteriorMexicano es importante para enriquecer el contexto histrico de la pol-tica exterior mexicana y la no admisin de los inmigrantes consideradoscomo no asimilables.Al respecto, son valiosos los datos que comparteMrquez: No slo en materia econmica se manifest el conicto en -tre Crdenas y Calles [En] 1935 [] el presidente Crdenas removifuncionarios, militares, diputados, senadores, gobernadores y alcaldes[] Entre aquellos funcionarios que renunciaron sin ser raticados enel cargo ni nombrados de nueva cuenta en otra posicin del gabinete,destaca Narciso Bassols Garca, quien fue designado representante deMxico ante la Sociedad de Naciones y posteriormente embajador enFrancia, desde donde contribuy al exilio espaol. Era un embajador conmisiones especiales del presidente Crdenas? O era acaso un enemigoalejado del pas con suavidad por el mandatario?

    En otros casos Crdenas fue ms precavido.A Marte R. Gmez loexili desde el principio. Le dio el nombramiento de embajador en Francia,Austria y la Sociedad de Naciones desde el 1 de enero de 1935.

    Por otra parte , Primo Villa Michel, destacado callista, quien en 1937fue nombrado embajador de Mxico en Londres, desde donde tuvo unpapel activo ayudando a materializar el exilio espaol, no era un experi-mentado diplomtico.As lo demuestra su actuacin ante la Sociedad deNaciones, cuando acudi a Bruselas para manifestar la postura de Mxicoante la invasin japonesa a China. En realidad supla a Isidro Fabela, quienno se pudo presentar por problemas personales. Fabela, sabedor de lafalta de experiencia del embajador, prepar las notas que Villa Michel

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    Si bien es cierto que las Conferencias Internacionales deEvian22exigan un trato singular a la poblacin juda, es elmiedo al callismo, la derecha y las clases medias (Rodrguez,2013) lo que provoca en el cardenismo la poca aceptacinde esta inmigracin. De cualquier manera, Mxico en esa

    poca no fue solidario con el pueblo judo, su antisemitismosin judos pero con nazis disminuy la accin en favor dela supervivencia y de un humanismo verdadero.

    En el contexto nacional, el cardenismo provocara laalianza de grupos antagnicos que consideran al comunismouna amenaza ms grande que el nazismo. Particularmenteextraa es la coincidencia del general Plutarco Elas Calles

    y el marco estratgico para la Iglesia catlica del pas elcatolicismo social que comenzaron a practicar durantela Reforma Liberal se torn en un catolicismo militantey reservado. El radicalismo doctrinario integralista ylonazi de algunas organizaciones secretas catlicas que

    venan de la Guerra Cristera coinciden con el inters de loscallistas para detener el comunismo mexicano cardenista yel cambio social (Cedillo, 2007; Meyer, 2010).

    Frente a la situacin complicada de Mxico (un carde-nismo que tena agujeros por todos lados y que, encima, levenda petrleo a los nazis), Roosevelt levanta el bloqueoeconmico a Mxico y la poltica exterior cambia. Esotambin determina la sucesin presidencial. Es interesan-te saber que Calles disminuye su protagonismo cuandovila Camacho llega al poder. La presidencia de Manuel vilaCamacho y de Miguel Alemn Valds implicara el arribo

    de obregonistas y callistas, quienes de alguna manera sevincularon a la germanolia y al nazismo, en un sentido eco-nmico, social, cultural y poltico. Sobra decir que la derechamexicana cogobierna satisfactoriamente con estas faccionesde la familia revolucionaria hasta la actualidad.

    La confrontacin entre el cardenismo y el callismo-alemanismo ser representada en la posteridad del sistemapoltico mexicano como la izquierda y derecha del partidoocial; o bien, en la sociedad como el Movimiento de Li-beracin Nacional y el Consejo Mexicano de Hombres deNegocios. En 1988, mediante la expulsin del cardenismode la familia revolucionaria, la coalicin poltica termina y

    se desarrolla un Partido Revolucionario Institucional cadavez ms cercano al Partido Accin Nacional.

    Carlos Salinas de Gortari culmin la derechizacin delsistema poltico mexicano con varias reformas neoliberalespero, sobre todo, con la modicacin del Artculo 130Constitucional donde se estableci un concordato conla Iglesia catlica de forma subrepticia y se le empoderfrente a las otras creencias espirituales del pas. La jerarquacatlica y los lderes de la derecha y ultraderecha encon-traron el gobierno ideal para desarrollar su proyecto decivilizacin cristiana legtimo cuando el Estado mexicano

    inicia su confesionalizacin.

    c) La conspiracin judeo-masnica

    Se ha enunciado antes que el contexto mundial de la Iglesiacatlica a partir de la prdida de los Estados Ponticios y laevolucin de los nacionalismos y la modernidad gener untemor en sus eles que los llev a considerar la realidad de

    En conformidad con la simbologa de la retrica, alegato o antisemitismobueno, los republicanos espaoles eran considerados judos; es decir,en la perspectiva de la derecha, formaban parte de la Conspiracin Ateacontra la Cristiandad. Hasta el ltimo momento de su sexenio, el generalLzaro Crdenas estuvo amenazado por la intervencin del callismo, dela derecha y aun de las clases altas y medias (Rodrguez, 2013; Meyer,2010; Loaeza, 1996). El callismo constituy una amplia gama de actorespolticos, sociales y econmicos que amenazaron el gobierno establecidohasta la posibilidad de buscar el golpe de Estado. No menos importantefue la derecha, que haba fundado en 1937 el movimiento sinarquista, queestaba en planes de organizar al Partido Accin Nacional y que tambincoincida con el fascismo espaol para derrocar al gobierno de Crdenas(Meyer, 2010). Las conexiones entre la derecha mexicana y el nazismo nohan sido detalladas histricamente; empero, quiz sea necesario entenderms al cardenismo para observar que si el gobierno del general Lzaro Cr-denas no recibi a todos los judos que poda fue por el temor a envolverel pas en una nueva guerra civil. Justica esta situacin la preeminencia de

    los principios pragmticos sobre los humanitarios (Yankelevich, 2010)? Esuna pregunta harto difcil y compleja. La simpata con la repblica espaolatuvo altos costos para el cardenismo, la derecha le acus de ser partede la conspiracin judeo-masnica-comunista que, a escala internacional,conspiraba contra la cristiandad. Los propios republicanos espaolesfueron acusados de ser rojos-judos, no habra tenido elementos demayor peso la derecha para alzarse en armas y combatir al cardenismocomo lo hicieron en la guerra cristera si hubieran llegado ms judos;si la salvacin de estas personas hubiera sido desproporcionada? Nohubiera sido el escenario ideal que anhelaba el general Plutarco Elas Callespara hacerse otra vez del control del pas? Urge conocer ms el trabajode cardenistas notables como Gilberto Bosques Saldvar y Juan Manuellvarez del Castillo quienes, dadas las circunstancias del faccionalismopoltico, ms que actuar individualmente, mantenan nexos importantescon el general Lzaro Crdenas.

    22

    Estados Unidos bloquea las conclusiones de las mismas por unaorientacin antisemita. Esta postura se mantiene en su inaccin para frenarel Holocausto porque suponan que Hitler frenara a los comunistas, usoese mismo criterio para no desestabilizar a Franco.Cfr.Martn de Pozuelo,Eduardo (2012). El fra n q u is mo, cmplice d el h oloca u s to (y otros epis od iosd es con ocid os d e la d icta d u ra ). Madrid: Libros de Vanguardia; (2007). Loss ecretos d el fra n q u is mo. Es pa a en los pa peles d es cla s ica d os d el es pion a je

    n ortea merica n o d es d e 1934 h a s ta la tra n s icin. Madrid: Libros de Vanguar-dia, y Ellakura, Iaki (2008). La gu erra ign ora d a . Los es pa s es pa oles q u ecomb a tieron a los n a zis. Madrid: Debate.

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    una Conspiracin Internacional contra la Cristiandad, dondecaban, por igual, judos, masones, cientcos, comunistasy revolucionarios. A partir de tal concepcin surgieronorganismos sociales y diferentes sociedades secretas quecompartan la retrica antisemita como una herramienta

    en contra de la Modernidad.Los estudios histricos acerca de las sociedades

    secretas catlicas no ocultan la importancia que tiene ellonazismo y el antijudasmo en su ideologa y perspectivasocial (Gonzlez Ruiz, 2003, 2004a y 2004b; Daz, 2003; Ol-mos, 1996; Hernndez Garca, 2004; Sols, 2011; HernndezVicencio, 2009; Meyer, 2003). Son abundantes los datosque evidencian el uso del antisemitismo como retricadescalicativa, doctrina y xenofobia en los miembros yseguidores de las diferentes sociedades secretas catlicasmexicanas.

    Si bien es cierto que el catolicismo mexicano tienecaractersticas sincrticas y populares propias, tambin esverdad que existe una vertiente conservadora extremaen su fundamentalismo religioso apegada a luchar contralos elementos universales que ponen en peligro a la Iglesiacatlica. La ultraderecha mexicana sobredimensiona el con-servadurismo, el integrismo y la intransigencia religiosa paracolocarse en sintona con el proyecto milenario de la civiliza-cin cristiana. El desarrollo y entendimiento de la encclicaDivini Redemptoris23hacia Mxico potenci la radicalizacinde los grupos ultraderechistas hacia el anticomunismo yel antijudasmo.

    Narra Betty Kirk que en enero de 1941 fue conscada

    una propaganda impresa en Espaa y destinada a Amrica

    Latina que presentaba a Hitler como el nuevo defensor

    de la fe catlica y que aada que los nazis en Alemania

    estaban trabajando de verdad para restaurar el catolicis-

    mo mientras que Inglaterra, por contraste, es un pas

    protestante-judo. La periodista estadounidense seal

    que el 12 de diciembre de 1940, el da en que se celebra

    la virgen de Guadalupe en Mxico, se imprimi en las

    estampitas con la egie de la Guadalupana una leyenda

    que deca Hitler es el protector del catolicismo y quehaba que perseguir a los judos porque ellos haban

    sacricado a Cristo en Palestina. Estas mentiras fueron

    tragadas en Mxico como deliciosos tacos al pastor.

    Cuando Alemania invadi a la URSS la propaganda nazi

    aprovech para usar el catolicismo con ms nfasis: Si

    eres catlico ayuda a Alemania a ganar, etctera (Ro-

    drguez, 2013: 18).

    Esta situacin ha sido una constante en el proceso demodernizacin que vive el pas y que hace convivir diferen-tes velocidades histricas en su conguracin poltica.

    La reaccin de los conservadores y derechistas ca-tlicos durante la Guerra Cristera genera la fundacindel Sinarquismo modelo integralista, lonazi y antijudoextendido en las organizaciones secretas catlicas y que,paradjicamente, converge con el inters de los callistas paradetener el comunismo cardenista mexicano (Sols, 2011,Meyer, 2010; Cedillo, 2007). La existencia de los CamisasDoradas (Martnez, 2006) conrma que se formaronorganizaciones terroristas en contra del pueblo judo. Elintegrismo y el lonazismo catlico en Mxico justicaronla violencia nazi como puede evidenciarse con el apoyoal papa Po XII y el seguimiento a personajes como FranzVonn Papen y Hellmuth Oskar Schreiter (Moctezuma,2006). Esta orientacin religiosa apoy el activismo delgeneral Calles que patrocin varios grupos de ultradere-cha y anticomunistas. En el caso de los Camisas Doradaspesaban ms las directrices del callismo que sus valoressinarquistas o catlicos. En esta situacin puede colocarse

    a Vasconcelos, al PARM, al Partido Anticomunista Mexicano,as como la Accin Revolucionaria Mexicanista y diferentespersonajes de la clase poltica con antecedentes obrego-nistas y callistas. En Mxico esto se reej originalmenteen la dcada que va de 1930 a 1940; particularmente, cuan-do la Iglesia desarroll ms precauciones frente a LzaroCrdenas que a Plutarco Elas Calles. A pesar de todo eldao que les hizo el Jefe Mximo, el hecho de que al nalde sus das se reconciliara con la fe, se hiciera amigo deun notable personaje religioso como Jos Mara de Here-dia y rompiera con el socialismo del general michoacano

    les pareci ms sensato que la actitud de Crdenas porapoyar a la Repblica espaola, vincularse con la URSS yexpropiar el petrleo. Detrs de Crdenas, los catlicosvean toda la conspiracin contra la Iglesia por parte delos judo-comunistas.

    El suplemento La Jornada Semanal ha publicado infor-macin periodstica y evidencia histrica que muestra laconvergencia de mltiples derechas: integralista, religiosa,

    23El papa Po XI, en marzo de 1937, conceba el comunismo comoel gran enemigo de la humanidad y, particularmente, de la Iglesia catli-ca. Ejemplicaba en Rusia y Mxico los casos de lites polticas ateas yasesinas.

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    secular, liberal y social, en la fundacin del PANmediante ladifusin de revistas y peridicos como la Reaccin, Timn,Continentaly Omega. La retrica antisemita, anticomunista ynazi, caracterstica de los grupos intransigentes e integralis-tas, se maniesta abiertamente (Barajas, 9 de junio de 2013).

    Las pruebas permiten entender que, si bien las mltiplesderechas fundaron Accin Nacional, el disfraz humanistaocult una vertiente hispanla, germanista, catlica y nazi.La misma que coincidi con Plutarco Elas Calles medianteJos Vasconcelos, Jos Mara de Heredia y los principalesgrupos de empresarios y banqueros de la poca. Cuando lasucesin del presidente Lzaro Crdenas favoreci a Manuelvila Camacho, estos grupos se integraron al partido ocialy dejaron al PANcomo un espacio que permita legitimar alrgimen (Loaeza, 1999).

    Para Roberto Blancarte (1993), el nal del cardenismo

    y la sucesin del gobierno en Manuel vila Camacho im-plic un periodo de estabilidad entre las relaciones de laIglesia catlica y el Estado mexicano, situacin que pacical movimiento sinarquista y a las lites catlicas del pas.No obstante, ser durante el gobierno de Adolfo LpezMateos cuando emerge una etapa de radicalizacin por lavertiente intransigente e integralista dado el apoyo indirectodel gobierno mexicano a la Revolucin cubana24de 1959.El clima benigno a las ideas progresistas durante la dcadade los aos sesenta del siglo XXcontribuy al posiciona-miento del comunismo y de los movimientos sociales. Lapropia Iglesia catlica observ una transformacin en su

    perspectiva social con el Concilio Vaticano II. No obstante,los grupos intransigentes e integralistas (Malachi, 1991)reactivaron sus alegatos anticomunistas y antisemitas porla Santa Alianza que establecera la Iglesia catlica con Es-tados Unidos hasta nales de los noventa (Yellop, 2006). Elantisemitismo paradigmtico que surge en los aos sesenta

    del siglo XXen Mxico se concentr en contra de personasque equiparaban con los judos; por ejemplo, comunistas,agraristas, profesores, universitarios, cientcos, librepensa-dores, lderes sociales, etc. La sentencia de Lomnitz (2010)se cumple parcialmente: es un antisemitismo sin judos, pero

    antisemitismo al n. El sinarquismo fue la matriz de las organizaciones

    secretas y/o reservadas del catolicismo mexicano que per-tenecen a los diferentes proyectos globales anticomunistasdesarrollados por la Iglesia catlica (Uribe, 2008; Gonzlez,2003 y Fraustro y Grecko, 2008). Al paso de los aos sehan generado distintos movimientos y personajes queactualizan la informacin respecto de esta perspectiva. EnMxico, durante 2013, la Universidad Popular Autnoma delEstado de Puebla (UPAEP) decidi incorporar informaciny evidencia histrica a la obra que explica su evolucin:

    Autonoma Universitaria. Gnesis de laUPAEP

    (Louvier, DazCid y Arrubarrena, 2013). El movimiento estudiantil quefund esta institucin de educacin superior en el estadode Puebla jug uno de los ms importantes papeles por laautonoma universitaria y en la lucha contra el comunismode los aos sesenta a escala regional, nacional e internacio-nal. El periodista lvaro Delgado (2003) la ha signicadocomo la universidad que forma y recluta cuadros para lasociedad reservada de estirpe catlica denominada ElYunque. En la tercera edicin de la fuente mencionada,la UPAEPha decidido explicar el contexto histrico queorigin la creacin de El Yunque y la institucin educativa

    en funcin de un proyecto geopoltico vaticano llamadoIntermarium25.

    24De acuerdo con Blancarte (1993), al nalizar el periodo de Crdenashay un nuevo mod u s viven d ique perdura hasta nales de la dcada de 1950.ste comienza a fragmentarse severamente cuando algunos importantes

    funcionarios del rgimen mexicano deciden apoyar a Fidel Castro y laRevolucin cubana. El Movimiento de Liberacin Nacional cardenistatena una amplia simpata por los revolucionarios; quiz, para evitar lapropagacin a otras esferas sociales, el gobierno decide apoyar a FidelCastro para que se retire pronto a su pas.A nales de los cincuenta sereactivan los esquemas de la judeofobia, de la conspiracin comunistacontra la Iglesia, no slo por la simpata que lleg a sentir el promedio delos jvenes universitarios mexicanos sino, sobre todo, porque personajescomo Fernando Gutirrez Barrios y Carlos Hank Gonzlez brindaronfacilidades a Fidel Castro y Ernesto Guevara.

    25El Intermarium es un proyecto de civilizacin polaca que buscabacontener tanto a los alemanes como a los rusos extendiendo un bloquedesde Moldavia hasta Suecia. El proyecto naci en Polonia durante losltimos aos del siglo XIX. En su origen se impulsaba por una identidadeslava-bltica. El proyecto slo se concentraba en Polonia pero, poco apoco, fue estableciendo coincidencias con otras naciones que compartanuna anidad cultural, tnica y religiosa. Desde la perspectiva de SamuelHuntington (1997) podra denominarse una zona de fractura debido ala intencin de distinguir una regin entre la civilizacin occidental y la

    ortodoxa. Su fundador, el general Josef Pilsudski, trataba de crear un bloqueregional que se extendiera desde el mar Negro hasta el mar Bltico, lse convertira en uno de los principales padres fundadores de Polonia y,despus de la Primera Guerra Mundial, creara una repblica que iniciabacierto proceso de modernizacin.

    Lo que ocurrira despus con el Intermarium es su incorporacin alproyecto geopoltico de la Iglesia catlica frente a la conspiracin judeo-masnica representada por el comunismo y como estrategia de super-vivencia frente a la prdida de los territorios ponticios. Aunque Poloniano fue uno de los objetivos sionistas (por ejemplo, lleg a considerarse la

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    [] frente al desafo mundial organizado desde Mosc

    por el Komintern, el Papa Po XI promovi una versin

    actualizada del Plan Intermarium que la diplomacia

    polaca de los aos veinte haba diseado para construir

    una federacin de las naciones de Centroeuropa que

    iran desde el mar Bltico hasta el mar Negro (de ah su

    nombre de Intermarium) para edicar una fuerza capaz

    de resistir a la Alemania nazi por el oeste y a la Unin

    Sovitica por el este. El plan de los polacos fracas ante

    la oposicin no slo de Hitler y Stalin, sino tambin delos gobiernos ingls y francs, pero la idea fue retomada

    por el Papa para formar una red de jvenes catlicos que

    pudieran resistir a los planes marxistas y propagar la fe

    en la Europa del Este [] Terminada la Segunda Guerra

    Mundial e iniciada la Guerra Fra, S.S. Po XII retom el

    proyecto Intermarium; proyecto que ahora inclua a la

    Amrica Latina mediante la creacin de organizaciones

    reservadas destinadas a formar lderes catlicos capa-

    ces de defender su fe y dar la batalla doctrinaria en las

    universidades, consideradas como el punto neurlgico y

    el espacio vital para la promocin y defensa de la cultura

    cristiana. La formacin de estas organizaciones fue encar-

    gada a los jesuitas y puesta bajo la advocacin de Cristo

    Rey (Louvier, Daz y Arrubarrena, 2013: 38-39).

    La geopoltica desarrollada por la Iglesia catlica en laSegunda Guerra Mundial implic la vinculacin del catoli-cismo institucional con el nacionalsocialismo y, posterior-mente, su persistencia activa en contra del comunismo enla guerra fra y en etapas posteriores.Ambas situaciones secondicionaron por el temor a la conspiracin judeo-mas-nica-comunista26arraigado en el pensamiento poltico de la

    ultraderecha. Los fundamentos ideolgicos y estratgicos delas organizaciones de ultraderecha en Mxico pertenecena la geopoltica vaticana anterior al Concilio Vaticano II27. Elsinarquismo se constituy como la fuente donde abrevaronlos diferentes grupos de la extrema derecha mexicana, suforma de evolucin ha sido calcada en diversas organi-zaciones secretas, reservadas o abiertas identicadas

    por los temas que ideolgicamente deenden, as como por

    Argentina, donde el Barn Hirsch compra tierra; Kenia [propuesta inglesa]o Uganda, el movimiento de Theodore Herzl siempre consider Israel porlas races histricas), para la jerarqua catlica de ese pas y el Vaticanoresultaba peligroso el crecimiento de la poblacin juda. La identidadreligiosa juda era incompatible con el nacionalismo y el desarrollo delEstado en esa nacin. De acuerdo con Kertzer (2001), la poblacin judaen Polonia constitua un riesgo desde la perspectiva de la Iglesia catlicay tal situacin deriv en una judeofobia que sera el prembulo del Ho-locausto. El auge del bundismo en esta zona y su involucramiento con elPartido Comunista de la URSS, son elementos signicativos del contexto.Antes de ser papa, Ratti (Po XI) estuvo una temporada en Polonia paraobservar la cuestin juda y conrmar ciertos temores que algunos cat-licos austriacos, alemanes, croatas y otros sealaban que faltaba muy pocopara que los judos controlaran la situacin econmica, social y poltica.Al apoderarse de Polonia, la alianza de los judos con los bolcheviqueshaca inminente un ataque a Europa. Ratti deriv un paroxismo religiosodado que slo escuch a la jerarqua catlica polaca. Desde su visin seconrmaba la conspiracin Judeo Masnica Comunista y decidi empezar

    a trabajar con la revista Civilt Cattolicaen un antisemitismo bueno oalegato antisemita. Esta revista mantendr el antisemitismo buenocatlico durante un amplio periodo histrico slo con la intencin deinformar acerca de la peligrosidad juda (Meyer, 2012).Era bueno porqueno mataba a nadie, era slo una retrica; no obstante, Kertzer (2001),Cornwell (2002), Meyer (2012) y Yallop (2006) sealan que Ratti, antes ydespus de ser papa, nunca quiso ver los pogromos en Polonia que eranbastante signicativos, as como las muertes de varias centenas de personas.

    Bastantes sitios del pas urbanos y rurales se manifestaban as.Al nal desu vida, Po XI trat de modicar este antisemitismo bueno o espiritual

    porque se evidenciaba en forma harto clara, desde experiencias como elinicio del nazismo austriaco-germnico, la condicin polaca, croata, etc., unasecuencia que decantaba en un antisemitismo malo, pagano, material yasesino en contra de los judos. De acuerdo con Kertzer (2001), el futuropapa Po XII (Paccelli) y los radicales blancos jesuitas polacos VladimirLedochowski no permitieron tal reconsideracin y boicotearon losintentos por manifestar que la Iglesia podra apoyar a los judos. El antise-mitismo bueno o malo provoc que Polonia fuera el punto de partidadel Holocausto. Los nazis tomaron el control de ese pas y con la ayudade gobiernos como los Ustachies de Croacia, desarrollaron los camposde concentracin y matanzas colectivas en Europa del Este. La Iglesiacatlica mantuvo mutis durante varias dcadas respecto de este tema. ElIntermarium forma parte de los modelos de antisemitismo bueno que,no obstante, se vincul a experiencias como las del catolicismo lonazi y

    antijudo croata de los Ustachies o la del Partido Cruz Flechada Hngaro,

    que colaboraron tambin en la huida nazi a Latinoamrica a travs deproyectos como Odessa y personajes como Hudal, Dragonovic y Pavelic.Ratti y Paccelli son mostrados en forma mayor al paso del tiempo y conincremento de evidencias histricas como colaboradores indirectos de losnazis. La evolucin de los fascismos en Europa est profundamente conec-tada con estos personajes.Cfr.Goi, 2002; Olmos, 1996 y Cornwell, 2002;Documental:A la caza de los fugitivos nazis(2007). The History Channel.Nugus/Martin Productions Ltd. Estados Unidos; Documental:Cazadores denazis en Amrica Latina. Caso Adolf Eichmann(2010). National Geographic.Estados Unidos (consultados en ).

    26La literatura de Salvador Borrego Escalante puede encontrarse en

    forma ntegra y enriquecida en la mayor parte de las escuelas catlicas delpas. Mxico es uno de los principales productores de propaganda antise-mita en espaol en Iberoamrica segn puede notarse en las principaleseditoriales, revistas y peridicos asociados a la derecha.

    27Paradjicamente, el habitus jesuita, responsable de crear a laultraderecha mexicana, posteriormente organiz los movimientos ycuadros polticos ligados a la Teologa de la Liberacin. Los jesuitas sevolvieron enemigos de clase social para sus antiguos aliados de derecha.Cfr.Meyer, Jean (1981). Disidencia jesuita.Nexos. Recuperado de .

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    su cercana a la Iglesia catlica, la democracia cristiana, elgobierno, las universidades privadas, el sector empresarialy la sociedad civil (Uribe, 2008: 44). Esto permite entenderel antecedente en Mxico de las sociedades secretas comoTecos, Yunque, Muro, Cara, etc.

    El activismo desarrollado por el Movimiento de Libera-cin Nacional vinculado al general Lzaro Crdenas generun impulso notable de movimientos sociales en Mxico.Las universidades pblicas y algunas privadas, la prensa, laintelectualidad, el catolicismo progresista, los trabajadores ycampesinos, los movimientos guerrilleros, etc., encontraronun referente en la Revolucin cubana y en el triunfo dealgunos gobiernos como Jacobo Arbenz, Salvador Allende y

    otros. Esta situacin activ el dispositivo anticomunista dela ultraderecha que, si bien disminuy la carga antisemita,favorece la represin absoluta de cualquier movimiento

    que coincida con la izquierda: hay un reconocimiento yadmiracin generalizados de la derecha hacia Gustavo DazOrdaz por el 2 de octubre de 1968.

    La convergencia de las derechas se dar paulatina-mente conforme el rgimen de la Revolucin mexicanapierde legitimidad social.Aunque una relacin de amor ydesamor se maniesta con los presidentes Luis Echeverra

    y Jos Lpez Portillo, es la llegada de Juan Pablo II a Mxico

    lo que posicion a la ultraderecha. El papa polaco (Yallop,2006) estableci una Santa Alianza con la geopolticaestadounidense en contra de la URSS, que podra ser laculminacin de un proyecto geopoltico protagonista en el

    derrumbe del comunismo. Esta unidad cimbr a varios re-gmenes autoritarios de Amrica Latina28. La derechizacinavanza notablemente con Miguel de la Madrid Hurtado y,sobre todo, con Salinas de Gortari. Resulta obvio, entonces,el posicionamiento del Partido Accin Nacional y su llegadaal poder en 2000.

    Conclusin. En Polonia s, en Mxico no.Hoy fue un da soleado!

    La ultraderecha mexicana abandon la clandestinidad

    abriendo un comps que seguramente inuy a la polticamexicana. Empero, la importancia de la judeofobia o elanticomunismo en la formacin de cuadros y entes co-

    lectivos de la derecha religiosa y secular muestra tambinla transmisin de esta narrativa a las nuevas generacionesconservadoras insertadas en los gobiernos federales del2000 al 2012. La pregunta es si ahora que el comunismoocialmente desapareci seguirn utilizando la retrica

    antisemita para su empoderamiento.El problema es saber, ahora que ya no hay URSS, qu

    harn esas organizaciones reservadas que siguen operandoy reclutando cuadros, que se maniestan a veces contra-puestas y otras unidas? Un presidente como Enrique PeaNieto que estudi en una universidad del Opus Dei, tendralgo del paroxismo religioso que nutre a estas institucio-nes? Pertenecer el presidente Pea Nieto a una organi-zacin que considera real la conspiracin mundial contrala Iglesia catlica asumiendo, en consecuencia, sus valoresjudeofbicos? El vnculo de Miguel Alemn Velasco con los

    Legionarios de Cristo conrma el paso de Miguel AlemnValds entre el nazismo corruptor y los que consideranuna realidad la conspiracin judeo-masnica?

    Las posiciones polticas que han ocupado Julio Frenk,

    Salomn Chertorivski, Santiago Levy, Jos Woldenberg, Jorge

    Castaeda, etc., por mencionar algunos casos, obligan a con-siderar que la judeofobia de la derecha mexicana (secular,religiosa y de ultraderecha) se ha ido diluyendo. EnriqueKrauze (2009) armaba que la izquierda mexicana haba

    retomado las banderas del conservadurismo decimonnicoy, quiz, entre ellas habra que mencionar el antisemitismo.A ltimas fechas, la globalidad de las demandas sociales

    progresistas en contra de la globalizacin nanciera y la

    geopoltica estadounidense ha despertado los odios basadosen la ignorancia del poder que han alcanzado el capital yel Estado judo.

    La globalizacin poltica impone tambin una descom-posicin de la geografa ideolgica. David Yallop (2006)muestra la incomprensin de Karol Wojtyla hacia Latino-amrica respecto de la Teologa de la Liberacin. Mientrasen Polonia el papa busc todos los apoyos que permitierona los trabajadores y al movimiento solidaridad mantener lapelea frente a la URSS y a los comunistas, lo contrario ocu-

    rra en Amrica Latina. Los trabajadores, los campesinos, lasmujeres y varios grupos catlicos seguidores de la Teologade la Liberacin fueron profundamente incomprendidos,cuando no sancionados, por la burocracia del Vaticano. Laguerra fra oblig a una Santa Alianza entre Estados Unidosy Juan Pablo, que confront a la URSS en Europa; pero en

    Latinoamrica y otras partes permiti el encumbramiento

    28Cfr.Buchruker, Cristian (1991). Las Derechas en el ascenso y cada dela Segunda Guerra Fra. Mendoza: Ediunc/Universidad Nacional de Cuyo.

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    de dictaduras fascistas y la incomprensin de los movi-mientos sociales.A diferencia de Polonia, en otros pases elsufrimiento de los trabajadores y los desvalidos no recibininguna consideracin.

    Un momento singular tiene tambin un signicado pro-

    fundo para Polonia y Amrica Latina: la implementacin desmbolos cristianos en Auswitchtz. Para la comunidad juda,este hecho implic un profundo agravio pues cristianiz,en forma irnica, la muerte que representa el Holocausto(Carroll, 2002). Este hecho revivi la discusin del deicidioy la sombra de su persecusin durante casi dos mil aos.El cristianismo sigue siendo un censor del judasmo y sehace necesario advertir su condicin escatolgica paraevitar el reconsabido uso de la derecha poltica. Sin em-bargo, actualmente en Amrica Latina la comunidad judacomo Karol Wojtyla ya no muestra mayor recelo por la

    ultraderecha; a ltimas fechas preocupa ms el antisemi-tismo que la izquierda empieza a procrear. Ha dejado deser peligroso el sedimento del pensamiento de la derechao Polonia y Mxico son planetas distintos? Es grave laactuacin de la derecha en Europa pero no en Mxico oLatinoamrica? Molesta la cristianizacin juda en Polonia,pero no en Mxico?

    Durante la guerra de las Malvinas, en Argentina se llev acabo la Operacin Israel, cuya ejecucin permiti que la dic-tadura militar adquiriera arsenal suciente para confrontarse

    con Inglaterra, pero tambin para mantener la persecusiny desaparicin de distintos militantes de izquierda. Varias

    centenas de judos fueron exterminados en Argentina con lasarmas que produce Israel (Dobry, 2009). No existe ningunaconsecuencia al asumir la inocuidad de la derecha?

    El antisemitismo en Mxico es real en las mltiplesderechas e izquierdas, aun cuando es sin judos (Lomnitz,2010). Sin embargo, la amplia retrica antijuda o alegatoantisemita bueno puede explicar la veta represiva queexiste en nuestro pas. La judeofobia se ha extrapolado alos sectores sociales identicados con el progresismo o

    socialismo: universitarios, movimientos sociales, comunistas,campesinos, maestros, no catlicos, anarquistas, guerrille-

    ros, mujeres, emigrantes, homosexuales, etc. La extremaviolacin de los derechos humanos en Mxico ha venidoincrementndose conforme la derecha se empodera a es-cala local y nacional, la situacin se ha convertido en unanormalidad poltica de la democracia fallida. Catolicismo-judeofobia-violacin de los derechos humanos es un ejeque representa una ecuacin incgnita.

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