1 Mircea Eliade...MIRCEA ELIADE: NOVELISTA DEL AMOR, HISTORIADOR DEL ESPÍRITU En1976,Maitreyi,...

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NARRATIVA AVANCE ARTE JOAQUÍN GARRIGÓS L a primavera de 1928 fue decisiva en la vida de Mircea Eliade. A principios de abril se marchó durante tres meses a Italia. Prepa- raba a la sazón su tesis de licenciatu- ra sobre la filosofía del renacimien- to italiano, pero en la Biblioteca de la Universidad de Roma descubrió el libro “A history of indian philoso- phy”, de Surendranath Dasgupta, profesor en la Universidad de Cal- cuta, lo que le hizo dar un giro a sus inquietudes intelectuales dirigién- dolas a la filosofía oriental. En su au- tobiografía confiesa que, en el prólo- go, Dasgupta agradecía el patroci- nio del maharajá de Kassimbazar, bajo cuyos auspicios se había publi- cado el libro. Eliade copió la dirección y le es- cribió al maharajá solicitando una beca para poder estudiar dos años con Dasgupta quien, por su parte, aceptó tomarlo como discípulo. Cin- co meses más tarde, el maharajá contestó afirmativamente su peti- ción y el 22 de noviembre de dicho año se embarcó para India, donde habrían de transcurrir tres años de su vida. Se instala en Calcuta, en la pen- sión angloindia de la señora Perris, en el número 82 de Ripon Street y acude a las clases de Dasgupta en la universidad, para estudiar filosofía y sánscrito. Las vivencias indias las recoge en su diario íntimo, libro que tiene un importante valor documental pero también literario. Por sus páginas desfila toda una comedia humana de personajes con los que comparte Mircea Eliade Novelista del amor, historiador del espíritu n EN LOS CINCO ÚLTIMOS AÑOS se han traducido por primera vez en España o se han recuperado más de quince obras de Mircea Eliade. Esta abultada cifra revela la influencia en aumento del escritor e historiador de las religiones nacido en Rumania en 1907 y fallecido en EE.UU. en 1986. En su vertiente novelística, la obra de Eliade es ante todo una larga medita- ción sobre el amor teñida de toques fantásticos. Y se beneficia de la ola de recuperación de grandes autores de la Europa central, que iniciaron su ca- rrera en los años de entreguerras y tuvieron que optar luego por el exilio o el silencio, como es el caso de otro “recuperado” reciente, Sándor Márai. Como historiador, Eliade encontró puntos comunes a una gran variedad de manifestaciones religiosas, lo que le conecta con una sensibilidad espiri- tual pluralista y difusa muy de nuestro tiempo. Y en todos los planos de su actividad, el autor de “El mito del eterno retorno” supo explicar cómo cual- quier experiencia humana puede interpretarse en términos míticos o arque- típicos, con el consiguiente mensaje de optimismo existencial. La publicación esta semana de su novela “Maitreyi”, así como del libro que la Maitreyi real escribió sobre él, da pie en las páginas siguientes a una mirada general sobre la rica obra de Eliade. – SERGIO VILA–SANJUÁN Pasión prohibida en la India colonial MARCOS PALAZZI NARRATIVA Continúa en la página siguiente VIERNES, 24 NOVIEMBRE 2000 1

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Crítica de “Los dosLuises”, novelaganadora del últimopremio Herralde

Crítica de “L'Avi”,de Alfred Bosch,premio Néstor Lujánde novela histórica

Avance editorial de“Verbàlia”, compendiode Màrius Serra sobreel ingenio literario

La Fundación Mapfremuestra cómoha plasmado el marla pintura española 11

NARRATIVA

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AVANCE

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ARTE

JOAQUÍN GARRIGÓS

La primavera de 1928fue decisiva en la vidade Mircea Eliade. Aprincipios de abril semarchó durante tresmeses a Italia. Prepa-

raba a la sazón su tesis de licenciatu-ra sobre la filosofía del renacimien-to italiano, pero en la Biblioteca dela Universidad de Roma descubrióel libro “A history of indian philoso-phy”, de Surendranath Dasgupta,profesor en la Universidad de Cal-cuta, lo que le hizo dar un giro a susinquietudes intelectuales dirigién-dolas a la filosofía oriental. En su au-tobiografía confiesa que, en el prólo-go, Dasgupta agradecía el patroci-nio del maharajá de Kassimbazar,bajo cuyos auspicios se había publi-cado el libro.

Eliade copió la dirección y le es-

cribió al maharajá solicitando unabeca para poder estudiar dos añoscon Dasgupta quien, por su parte,aceptó tomarlo como discípulo. Cin-co meses más tarde, el maharajácontestó afirmativamente su peti-ción y el 22 de noviembre de dichoaño se embarcó para India, dondehabrían de transcurrir tres años desu vida.

Se instala en Calcuta, en la pen-sión angloindia de la señora Perris,en el número 82 de Ripon Street yacude a las clases de Dasgupta en launiversidad, para estudiar filosofíay sánscrito.

Las vivencias indias las recoge ensu diario íntimo, libro que tiene unimportante valor documental perotambién literario. Por sus páginasdesfila toda una comedia humanade personajes con los que comparte

MirceaEliadeNovelista del amor,historiador del espíritun EN LOS CINCO ÚLTIMOS AÑOS se han traducido por primera vez enEspaña o se han recuperado más de quince obras de Mircea Eliade. Estaabultada cifra revela la influencia en aumento del escritor e historiador delas religiones nacido en Rumania en 1907 y fallecido en EE.UU. en 1986.En su vertiente novelística, la obra de Eliade es ante todo una larga medita-ción sobre el amor teñida de toques fantásticos. Y se beneficia de la ola derecuperación de grandes autores de la Europa central, que iniciaron su ca-rrera en los años de entreguerras y tuvieron que optar luego por el exilio o elsilencio, como es el caso de otro “recuperado” reciente, Sándor Márai.

Como historiador, Eliade encontró puntos comunes a una gran variedadde manifestaciones religiosas, lo que le conecta con una sensibilidad espiri-tual pluralista y difusa muy de nuestro tiempo. Y en todos los planos de suactividad, el autor de “El mito del eterno retorno” supo explicar cómo cual-quier experiencia humana puede interpretarse en términos míticos o arque-típicos, con el consiguiente mensaje de optimismo existencial.

La publicación esta semana de su novela “Maitreyi”, así como del libroque la Maitreyi real escribió sobre él, da pie en las páginas siguientes a unamirada general sobre la rica obra de Eliade. – SERGIO VILA–SANJUÁN

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Pasión prohibidaen la India colonial

MARCOS PALAZZI

NARRATIVA

Continúa en la página siguiente

VIERNES, 24 NOVIEMBRE 2000 1

Page 2: 1 Mircea Eliade...MIRCEA ELIADE: NOVELISTA DEL AMOR, HISTORIADOR DEL ESPÍRITU En1976,Maitreyi, convertidayaenuna poetisanotableen lenguabengalí,contó enotrolibrosuversión deloshechos

la vida en la pensión y correríaspor la ciudad, amoríos, chismes, pa-siones, escapadas al barrio chino yfumaderos de opio; las clases en launiversidad, el choque del joven eu-ropeo con la cultura del país asiáti-co, la revuelta india contra los ingle-ses, etcétera, pero también es un li-bro de meditaciones y vivencias ín-timas, la tensión perpetua entre latentación carnal y el esfuerzo queha de hacer para ser un sabio. Todoeso confiere a la narración el ritmotrepidante de una novela.Eliade rechaza todo artificio e im-

pone la primera persona en la narra-ción, asumiendo así la responsabili-dad de sus actos (no siempre edifi-cantes). El libro está impregnado dela misma autenticidad que brota delas páginas de su novela de adoles-cencia “La novela del adolescentemiope” e incluso “Maitreyi”. Elia-de deja al desnudo su personalidad,es una personalidad en formaciónasediada de tentaciones, contradic-ciones, inquietudes y sueños. La per-sonalidad de un genio.

Idilio y rupturaDasgupta inmediatamente advir-

tió las facultades excepcionales queconcurrían en su discípulo y, si-guiendo la usanza india de que elalumno se forme junto al maestro,lo invitó a vivir en su casa. En enerode 1930, abandonó la pensión parainstalarse en casa de Dasgupta, enun barrio residencial de Calcuta.Allí vivían su esposa con sus dos hi-jas: Maitreyi, que entonces tenía 16años, yChabúde 11,más unamulti-tud de criados y parientes.Pronto nace un apasionado idilio

entreMaitreyi y Eliade que dará lu-gar a una de las más bellas historiasde amor de la literatura, con la raraparticularidadde que los propios es-critores han sido los protagonistasde los hechos narrados.Dasgupta, al enterarse, reaccionó

demodo brutal: expulsó a Eliade desu casa y le prohibió cualquier con-tacto con ningún miembro de la fa-milia. Dasgupta, brahmán de casta,no pudo vencer sus prejuicios. Enuna actitud abiertamente racista,no podía tolerar el matrimonio desu hija con un extranjero so pena deincurrir en deshonor, ni siquiera to-mó en consideración la intenciónde Eliade de convertirse al hinduis-mo. Escrúpulos que, años después,no le impidieron abandonar a su fa-milia para irse a vivir con una jovenestudiante india.Esa ruptura sumió a ambos en la

desesperación. Eliade estaba muyenamorado, deseaba fundirse con

India y al perder a Maitreyi sentíaque también había perdido al país.Semarchó aun “ashram”delHima-laya en busca de la “India eterna”,con intención de practicar el yoga yhacerse anacoreta, pero las tentacio-nes de la carne le hicieron fracasaren su intento y, a los seismeses, vol-vió a Calcuta. Allí Maitreyi trató dereanudar el contacto con él, peroEliade se mantuvo fiel a la palabradada a su padre y los dos amantesno volvieron a verse hasta 1973.“Maitreyi”, escrita en el año

1933, ya de vuelta en Bucarest, pre-senta lamisma actitud de autentici-dad y sinceridad que sus otras obrasde recuerdos. Conserva los nom-bres de la protagonista, de su herma-na Chabú y de algunos familiares.Las variaciones sobre los hechos rea-les sonmínimas. Incluso las cartas ynotas de los personajes son auténti-cas.Alternan continuamente los pla-nos autobiográfico y novelesco; através de este último se nos introdu-ce en un mundo exótico y fascinan-te en que se asiste a la confronta-ción entre las dos culturas, visto eneste casodesde la perspectiva del eu-ropeo (curiosamente, la censura dela Italia fascista la prohibió por vio-lar las leyes raciales). Creo que sóloel hecho de haber sido escrita en unidioma sin circulación internacio-nal privó a esta novela, como aotras del autor, de haber figuradoen sumomento entre las grandes dela literatura europea.Yposiblemen-te otro hubiese sido el destino deEliade si en los años treinta sus no-velas hubiesen estado en los escapa-rates de las librerías de París.

Una novela polémicaLa historia está enfocada desde

una doble perspectiva: el protago-nista narrador, con ayuda del dia-rio, cuenta los hechos pero a una dis-tancia temporal que le permite in-tercalar notas y apostillas a esos he-chos, lo que le da el dinamismo deuna confesión, y al lector la impre-sión de objetividad.A la pregunta en bengalí con la

que Eliade abre la novela, “¿Teacuerdas de mí, Maitreyi? Y si teacuerdas, ¿podrás perdonarme al-gún día?”, Maitreyi respondió 43años después con “It does not die”(“Mircea”, en la versión española).Sólo muchos años más tarde co-

nocióMaitreyi la existencia de lano-vela. Siguiendo la tradición india,los padres la casaron, tuvo hijos y seconvirtió en una poetisa notable enlengua bengalí. En ocasión de unviaje con sumarido a Europa en losaños cincuenta le causa extrañezaque personas desconocidas conoz-can su nombre; unos rumanos en

París le hablaron del libro, que ha-bía sido traducido al francés en elaño 1950 con el título de “La nuitbengali”. A punto de salir para Lon-dres, conoce en el hotel a un ruma-no al que le pregunta por Eliade. Es-te le dice que vive sólo a unas man-zanas. No puede demorar el via-je (Eliade, además, estaba en Suiza)pero le escribe manifestándole

su deseo de verlo. Eliade no le con-testó. Escribió en su diario el16/IX/1953 (anotación inédita):“¿Cómo podría volver a verla des-pués de haber publicado ‘La nuitbengali?’... No me atrevo a mirarlaa los ojos. Tengo su direccióndeCal-cuta. Ya le escribiré”. No constaque lo hiciera.Hasta principios de los años se-

tenta, Maitreyi no volvió a oír ha-blar del libro de Eliade y, en 1972,el indianista rumano Sergiu Al-George la visitó en Calcuta y le con-tó la historia de Eliade y todos lospormenores del libro. Su reacciónfue de absoluto rechazo y de tacharde calumnia todo el perfil que deella traza Eliade en la novela, sobretodo su acentuado erotismo.El año 1973 se celebró el centena-

rio deGandhi, yMaitreyi consiguióser incluida en la delegación cultu-ral india que viajó, con ese motivo,a Estados Unidos. Allí fue a Chica-go y se entrevistó con Eliade.Sonmuy pocas las menciones del

diario de Eliade sobre esta visita.Habrá que esperar a la publicaciónde los textos inéditos para saber laverdad. Por lo que él cuenta, no pa-reció agradarlemucho. “13 de abril.Encuentro con Maitreyi. Despuésde casi 43 años. Todome parece in-verosímil, irreal, falso y, en cier-to sentido, demal gusto. 26 de abril.No he anotado aquí casi nada en re-lación con esta visita. Tendré quecontarlo todo con más detalle en elsegundo volumen de la autobiogra-fía. Por ahora sólo un detalle: el ad-mirable comportamiento de Chris-tinel. La ha acompañado por to-das partes, ha pasado todo su tiem-po libre conM. (hay que añadirmu-chas más cosas).” Lamentablemen-te, la autobiografía se quedó paradaen 1960.Sí es cierto que Maitreyi le pidió

que no se tradujese el libro al inglésmientras ella viviese. Como así su-cedió. Maitreyi murió en 1990.En 1976, Maitreyi replicó con su

libro, escrito inicialmente en benga-lí y pronto traducido al inglés. Unmaravilloso romance empapado depoesía. Muy diferente como estilo ala novela de Eliade, aunque escritocon gran talento.Mientras la fuentede Eliade fue el diario, Maitreyi es-cribe bajo los impulsos de la emo-ción y a considerable distancia, loque tiñe el libro de subjetivismo ydonde las imágenes estánmás empa-ñadas, pero eso en absoluto desme-rece la calidad literaria del libro, yaque, al fin y al cabo, este valor debeprimar sobre la mayor o menorexactitud de tal o cual hecho. La es-tética literaria es lo que cuenta,pues estamos, antes que nada, antedos obras literarias; la fidelidad de

los hechos será algo que interese só-lo a los eliadistas. Tampoco hay da-tos en el diario de Eliade de su opi-nión sobre este libro. Sí comenta lavisita que hizo Maitreyi a Bucaresten 1978 para una posible traduc-ción al rumano de su novela, aun-que no aparecería hasta 1992.

Las secuelas del libroCuando la familia deMaitreyi co-

noció el contenido de la novela deEliade, se sintió ofendida. El com-portamiento de Maitreyi ponía enentredicho a todos sus miembros.Cuenta Eliade en la entrada del dia-rio de 29/II/1984 la visita del herma-no menor de Maitreyi: “No sé quécreer. ¿Chantaje? ¿Histeria? Me hadichoque sus hijas no podrán casar-se, que han quedado en evidencia.Que Maitreyi es una loca porquese acostó con Tagore, conmigo yconmuchos otros. Que es una puer-ca. Hace un añoMaitreyi decía quenos darían a los dos el premioNobel conjuntamente, por nuestrasdos novelas autobiográficas. Él afir-ma que yo debería dar un desmen-tido y decir la verdad. De lo contra-rio, la familia andaría en lenguasde todo el mundo. No entiendo quéclase de desmentido le va a permitircasar a sus hijas. Le he dicho quemeescriba condatos concretos y de-tallados”.TambiénChabú en su vejez repu-

dió el comportamientode su herma-na, en una entrevista concedida a laperiodistaAdelina Patrichi, de la te-levisión rumana. Reconoció y la-mentó haber desencadenado ella lacatástrofe y relató la crucial escenade los lagos (es decir, Eliade tocán-dole los pechos aMaitreyi por deba-jo del sari), que coincide sustancial-mente con la narración eliadiana en“Maitreyi”. A la pregunta de la re-portera de si hubo verdadero amorentre ellos, responde: “Maitreyicreo que sí estuvo muy enamoradade él. En cambio, Eliade la tomó co-moun simple pasatiempo”.A la pre-gunta de por qué fue su hermana aChicago: “Creo que quiso reavivarla llama. ¡Qué idiotez por su par-te!”. Después de ese viaje, su mari-do “fue un hombre terminado, des-truido... y tras la aparición del libronuestras relaciones se rompieron”.Para Mircea Eliade, India fue un

conjunto de experiencias iniciáti-cas, un itinerario espiritual dondeEliade se convierte en un Ulises enbusca de su Ítaca, una Ítaca que nohalló en India, adonde nunca vol-vió, y en cuya búsqueda empeñó to-da su vida.c

Eliade vivía en casa de sumaestro en Calcuta; allínació un idilio entre eljoven y Maitreyi, una delas hijas del profesor, que

acabó en escándalo

La ruptura sumióa ambos en la

desesperación: los dosamantes no volvierona verse hasta cuarenta

años más tarde

De vuelta a Rumania,Eliade escribió la novelaautobiográfica “Maitreyi”en 1933; en ella asistimosa la confrontación entre

las dos culturas

MIRCEA ELIADE: NOVELISTA DEL AMOR, HISTORIADOR DEL ESPÍRITU

En 1976, Maitreyi,convertida ya en unapoetisa notable en

lengua bengalí, contóen otro libro su versión

de los hechos

n

LAS OBRAS

“Maitreyi.La noche bengalí”MIRCEAELIADE cTRAD. J. GARRIGÓS c

KAIRÓS c 200 PÁGS. c 1.950 PTAS...............................................“Mircea.Una historia de amor”MAITREYI DEVI c KAIRÓS c TRAD. N.

D'AMONVILLE c 288 PÁGS. c 2.400 PTAS.

Mircea Eliade en 1930, cuando estudiaba filosofíay sánscrito en Calcuta (izquierda). Arriba, unaimagen de Maitreyi en 1929-1930; la joven era lahija del profesor que acogió a Eliade en su casa yentre ambos nació un apasionado idilio. A la dere-cha, Maitreyi Devi y Mircea Eliade durante sureencuentro en Chicago en 1973

ARCHIVO

Joaquín Garrigós ha traducido variasobras de Eliade al castellano

Viene de la página anterior

2 LAVANGUARDIA VIERNES, 24 NOVIEMBRE 2000

Page 3: 1 Mircea Eliade...MIRCEA ELIADE: NOVELISTA DEL AMOR, HISTORIADOR DEL ESPÍRITU En1976,Maitreyi, convertidayaenuna poetisanotableen lenguabengalí,contó enotrolibrosuversión deloshechos

Mircea Eliade nació enBucarest el 13 demar-zo de 1907, hijo de unoficial del Ejército ru-

mano. Pasó los primeros años de suniñez en Râmnicu Sarat, por desti-nomilitar de su padre, hasta que en1914 la familia se instala de nuevoen Bucarest.Durante sus estudios de bachille-

rato en el liceo Spiru Haret de la ca-pital, Eliade no fue un niño prodi-gio ni acaparador de premios. So-bresaliente en algunasmaterias,me-diocre en otras, suspendió en algu-na ocasión e incluso a punto estuvode repetir curso. Esos años fue unapasionado de las ciencias natura-les y de la química. En su buhardillade la calleMelodiei (hoyRaduCris-tian) tenía una importante colec-ciónde insectos y plantas que élmis-mo se procuraba durante sus excur-siones por el campo.De adolescente vuelca sobre lo

que le apasiona su extraordinaria ca-pacidad de trabajo, la misma que leacompañará toda su vida y que hadado origen a una impresionanteobra literaria y científica. De niñosabía que quería ser escritor, y nouno cualquiera, y a los 14 años ya seasoma a imprenta. En 1921, la “Re-vista de lasCienciasPopulares” con-voca un concurso entre estudiantesde bachillerato. Un cuento sobre untema científico. Eliade ganó con elrelato “Cómo encontré la piedra fi-losofal”, premiado con 100 lei y lapublicación del cuento. A lo largode los años posteriores, las páginasde esa revista y de otras vieron ame-nudo la firma de Eliade al pie de re-latos fantásticos.Todas sus experiencias de adoles-

cente, crisis, incertidumbres, etcéte-ra, las plasmó en un libro autobio-gráfico escrito entre los 16 y 17años, “La novela del adolescentemiope”, en el que se propuso presen-tarse a símismo y a otros de su edadtal y como eran, lejos de la visiónedulcorada que la literatura ofrecíade la adolescencia.

Un novelista de modaEn 1925 ingresó en la facultad de

Filosofía y Letras para estudiar Fi-losofía. Enseguida estableció estre-cho contacto con el profesor deLógi-ca y Teoría del Conocimiento NaeIonescu, mentor espiritual de todauna generación de intelectuales, elcual le ofreció las páginas de su pe-riódico “Cuvântul” (La Palabra),en el que publicará dos artículos

semanales de temas literarios y cul-turales.Su estancia de tres años en India

para estudiar filosofía oriental ysánscrito no interrumpió su obra li-teraria, pues seguía mandando ar-tículos y crónicas. Todo ello al mar-gende los libros escritos en India so-bre temas indios y literatura. Allí es-cribió su primera novela, “Isabel ylas aguas del diablo”, unamezcla deexperiencias personales y de ficciónenvueltas de erotismo y misticismoen el ambiente exótico de India.Tiene que regresar aRumania pa-

ra cumplir el servicio militar. Esnombrado ayudante de la cátedrade Nae Ionescu. La década de lostreinta es quizá la más fecunda deEliade por la cantidadde libros y ar-tículos publicados. Paralelamente,funda el grupo Criterion, con el querecorre el país dando conferencias ymesas redondas. Funda la revistade orientalismo y estudios religio-sos “Zalmoxis”, abierta a especialis-tas extranjeros, publica el “Yoga”en Francia, etcétera. Por otro lado,se convierte en el novelista demodatras el arrollador éxito de “Maitre-yi”, que agotó varias ediciones yque repitió con “Los jóvenes bárba-ros” y “La señorita Cristina”, entreotras. Mircea Eliade se convirtió enel líder intelectual indiscutible e in-discutidode la llamada “joven gene-ración”, a la que pertenecen figurascomo el pensador Emil Cioran, eldramaturgo Eugène Ionesco y el no-velista Vintila Horia.El torbellino que azotaba a Euro-

pa en los años treinta sopló tambiénsobre Rumania, y Eliade, como to-dos los de su generación, sintió susefectos.Nae Ionescu había pasado aser el ideólogo de un movimientode extrema derecha. Su llamamien-to para la construcción de “un hom-bre nuevo” y de un estado culturalimpregnado de espiritualidad calóenmuchos intelectuales de la épocasensibles a sus ideas. El propio Elia-de en su “Autobiografía” no niegahaber sentido esas simpatías, auncuando fueron de breve duración,1936-38, y no tuvoninguna implica-ción práctica ni política en el movi-miento, del que nunca fue militan-te. Para él, el movimiento legiona-rio no era un fenómeno político, si-no ético y religioso. En sus artículosde la época, Eliade no hace plantea-mientos políticos (a diferencia deNae Ionescu), sino que escribe so-bre valores, ni tampoco hay una so-la línea antisemita. Pero ese acerca-mientodesencadenó, conposteriori-

dad a su muerte, violentas campa-ñas contra su persona e, incluso, suobra, en algunos sectores, sobre to-do judíos, deFrancia y EstadosUni-dos (ver recuadro).Es indudable que Eliade adoleció

demiopía política al no ver que, pordebajo de la retórica pseudomísticade Codreanu, Sima y susmesnadas,había una pandilla demamporrerosxenófobos deseosos de hacerse conel poder. Sólo se cayó del guindocuando sacaron las pistolas y, entreotros, asesinaron al polígrafo Nico-lae Iorga, uno de sus grandes refe-rentes intelectuales. Y en su novela“La noche de San Juan”, Eliadeajustó las cuentas con el movimien-to legionario.

Adiós a RumaniaSu proximidad a Nae Ionescu le

acarreó ser internado por el gobier-no durante tres meses en el campode concentración de MiercureaCiuc, en el año 1938. Temiendo porsu seguridad, logró ser nombradoagregado cultural de la legación ru-mana en Londres en 1940 y, tras laruptura de relaciones diplomáticasentre los dos países, pasó con idénti-ca función aLisboa. Allí trabó amis-tad con otros exiliados comoOrtegay D'Ors, por quienes siempre sintiógran admiración sólo superada porla que le tuvo a Unamuno.Al terminar la guerra, se instala

en París. Por breve tiempo dio cla-ses en laÉcole desHautes Études dela Sorbona, hasta que por presionesdel gobierno rumano se le retiró dela docencia. Cambia de lengua yadopta el francés para su obra cientí-fica. Vive de forma modesta (a ve-ces incluso rayando en la miseria) yexclusivamente de sus libros, artícu-los y conferencias. Son añosmuy fe-cundos en su actividad de historia-dor de las religiones en los que sunombre, gracias al “Tratado de his-toria de las religiones”, “El mito deleterno retorno” o “El chamanis-mo”, se proyecta a un primer planoen el campo de su especialidad.En 1956 es contratado por laUni-

versidad de Chicago para dar uncurso de Historia de las Religiones.Lo que iban a ser nueve meses se

convirtió en una estancia de treintaaños. Allí simultaneó la docenciacon la escritura. Frutos son, en elcampo científico, la monumental“Historia de las creencias y las ideasreligiosas” y, en el literario, la ma-yor parte de sus obras de literaturafantástica, ésta siempre en lenguarumana, pues, a diferencia de otroscompañeros de generación estable-cidos en el extranjero que cambia-ron de lengua y se integraron en lacultura del país de acogida, él nuncaabandonó el rumano para la litera-tura. Siempre le acompañó la nostal-gia por su país de origen, adondenunca volvió, pese a los intentos delrégimen de Ceausescu por atraérse-lo en sus últimos años. Puso comocondición la publicación completade su obra, algo con lo que nunca es-tuvieron dispuestos a transigir.MirceaEliade falleció enChicago

el 22 de abril de 1986. – J. G.

Una imagen del escritor Mircea Eliade a finales de los años cincuenta

Eliade fue el líderintelectual de la llamada“joven generación”,a la que pertenecenEmil Cioran, EugèneIonesco y Vintila Horia

n

i1907. 13 de marzo (22 de febrero según elcalendario juliano, vigente entonces). NaceMircea Eliade en Bucarest, segundo hijo delcapitán Gheorghe Eliadei1921. 27 de diciembre. La “Revista de lasCiencias Populares” publica el relato “Cómoencontré la piedra filosofal”, premiado en unconcursoi1922-23. Escribe “La novela deladolescente miope”i1925-28. Estudiante de la facultadde Filosofía y Letras de Bucaresti1928. Licenciado en Filosofía con la tesis“Contribución a la filosofía delrenacimiento”. Sale para Indiai1930. Idilio con Maitreyi. Tras la ruptura(18 de septiembre), parte al Himalayai1931. Hasta marzo, vive en losmonasterios del Himalaya dedicado a lameditación. En diciembre, abandona Indiai1933. Abril. Aparece la novela “Maitreyi”.Junio, doctor en Filosofía con su tesis sobreel yogai1937. Expulsado de la universidad bajo laacusación de pornografía por su novela “Laseñorita Cristina”. Repuesto seis mesesdespuési1938. Internamiento en el campo deconcentración de Miercurea Ciuc

i1941-44. Consejero cultural en Lisboa. En1944 muere su mujer, Nina Maresi1945. Septiembre. Se instala en Parísi1949. Aparece en París el “Tratado dehistoria de las religiones”i1950. Enero. Contrae matrimonio conChristinel Cotescu, con quien vivirá hasta sumuerte. Agosto. Primera conferencia“Eranos” en Ascona con C. G. Jung, J. Wach,G. Van der Leeuw y otrosi1951. Se publica en París “El chamanismoy las técnicas arcaicas del éxtasis”i1955. Aparece en francés “La noche deSan Juan” con el título de “Forêt interdite”i1956. Octubre. Invitado por J. Wach, setraslada a Chicagoi1966. Doctor honoris causa por laUniversidad de Yale. Aparece el primervolumen de la “Autobiografía” en unaeditorial rumana de Madrid dirigida porJorge Uscatescui1967. Se autoriza en Rumania el nombrede Eliade y se publican algunos de sus librosi1969. Ve la luz “Mitos y símbolos”i1970. Doctor honoris causa por laUniversidad Loyola de Chicago. “Fellow” dela Academia Británica. Aparece “DeZalmoxis a Gengis Khan”. Obtiene lanacionalidad norteamericana

i1973. Aparece en París el primer volumendel “Diario”i1976. Se publica en París el primervolumen de la “Historia de las creenciasy las ideas religiosas”i1977. Es invitado por la AcademiaRumana a visitar el país. Rehúsai1978. Se publica en París “La prueba dellaberinto”i1980. La Universidad de Lyon lo proponecomo candidato al premio Nobel deLiteratura ante el jurado del premioi1981. Aparece en Estados Unidos latraducción al inglés de la “Autobiografía”,por M. L. Rickettsi1984. Recibe el premio internacionalDante Alighieri, el Cordón de la Legión deHonor y el premio Isola d'Elba a la mejornovela extranjera del año en Italia (“Bodaen el cielo”). La Academia Americana deReligión le rinde homenaje por sucontribución en el campo de las religionesi1985. La Universidad de Chicago otorgael nombre de Mircea Eliade a la cátedra deHistoria de las Religiones. Por primera vezuna cátedra recibe el nombre de una personavivai1986. A las 9.40 del 22 de abril, muereMircea Eliade de cáncer de pulmón

MIRCEA ELIADE: NOVELISTA DEL AMOR, HISTORIADOR DEL ESPÍRITU

De Bucarest a Chicago pasando por París

ARCHIVO

En 1956 es contratadopor la Universidadde Chicago. Su estanciafue de treinta años, ysimultaneó la escrituracon la docencia

Sebastian y la Guardia de Hierron Uno de los intelectuales más brillantes en la Rumania de los años30 fueMihail Sebastian (1907-1945). Narrador y dramaturgo de éxi-to, todo parecía sonreírle salvo por un detalle: era judío en unos añosadversos. Su “Diario” de los años 1935 a 1944, mantenido inéditohasta 1996, es un documento estremecedor donde Sebastian narra suprogresivo apartamiento primero de los círculos literarios, despuésde sus amistades próximas, por últimode la vida normal de los ruma-nos en razón de las sucesivas legislaciones antisemitas. Entre esosamigos de los que se aleja figuran su maestro, Nae Ionescu, y su ínti-mo amigo Mircea Eliade, con cuya esposa, Nina, había salido cuan-do ella era soltera (fue él quien los presentó).Del “Diario” se despren-de la ya conocida imagen de un Eliade cada vez más escorado a laderecha, hasta la misma órbita de los siniestros Guardias de Hierro.El libro de Sebastian, traducido al francés en 1998 y recién publicadoen EE.UU., ha levantado cierta polémica: el escritor rumano Nor-manManea lo ha utilizado para acusar a Eliade de haber abandona-do a su amigo a su suerte, generando la réplica del historiador MacLinscott Ricketts, quien relativiza el “fascismo” eliadeano y afirmaque el cariño entre ambos autores se mantuvo hasta el final. – S.V.

CRONOLOGÍA BIOGRÁFICA

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MIRCEA HANDOCA

Mircea Eliade, brillanteescritor rumano delperiodo de entregue-rras, es almismo tiem-

po uno de los más conocidos histo-riadores de las religiones y orienta-listas del mundo. Ya en 1950, sunombre figuraba en todos los diccio-narios y enciclopedias. Su obra lite-raria llega casi a las ocho mil pági-nas. Los primeros trabajos litera-rios pertenecen al género fantásti-co. Al relato con el que debuta, “Có-mo encontré la piedra filosofal”, lesiguen algunos de corte “realista”,donde la primacía corresponde alanálisis psicológico. En los últimostres decenios de su vida, vuelve apredominar lo fantástico. Su pro-ducción de juventud revela, en ma-yor o menor medida, elementos au-tobiográficos. Domina la introspec-ción y no se narran acontecimien-tos, sino que se analizan los recove-cos más ocultos del alma. El jovenautor, empapado de sensualidad,dota en ocasiones a sus personajescon sus propias vivencias, domina-das por la obsesión de la carne. De-sazón, miedo, perturbaciones físi-cas o alucinaciones se diseccionancon lucidez y naturalidad.Atentas lecturas de Dostoievsky,

Nietzsche, Balzac y Maupassant leofrecieron una “orientación” y lellevaron a perfeccionar su técnicapero sin que se convirtiera en tributario deellos. A esa actividad febril de los comienzos sele añade el empeño por crear personajes auténti-cos y viables. A ese periodo pertenece “La nove-la del adolescentemiope”, de publicación póstu-ma (1989), que en realidad es un diario disfraza-do de novela. Novela de aventuras espirituales,“Isabel y las aguas del diablo” (1930) es un análi-sis psicológico donde mezcla sueños y realidad,desbordante de vitalidad y sensualidad.Su celebridad como escritor enRumania se de-

be a “Maitreyi”, traducida hasta el presente adiez idiomas.

Literatura realista y fantásticaDel ciclo de las novelas realistas forman parte

“Retornodel paraíso” (1934), en la que predomi-na la técnica del monólogo interior, y “Los jóve-nes bárbaros” (1935), amplio retablo social. Laprimera presenta a los jóvenes de la generacióndel propio Eliade en el meollo de los aconteci-mientos de los años 1932-33. La mayor parte dela acción transcurre en Bucarest, en los cafés, enla redacción de un periódico y en una fábrica du-rante las grandes huelgas que sacudieron a la ca-pital rumana. Pavel Anicet, el personaje princi-pal, es un joven rubio, de complexión atlética,guapo y fascinante. De gran inteligencia, prome-tía un futuro brillante pero dejó de leer y escribir.Este donjuán, deseado y codiciado, está enamo-rado a la vez de dos mujeres, y no es capaz decentrar su amor en una sola. Angustiado y de-seando la soledad, no ve más salida que el suici-dio. La muerte serena y sin dolor le asegura lalibertad. El suicidio de Pavel expresa la tragediade su propia generación.Continuación aparente de la anterior, “Los jó-

venes bárbaros” tiene su propia autonomía. Lospersonajes son, en su inmensa mayoría, jóvenesde entre 18 y 25 años. Inconformistas, con unagran fe en sí mismos, creen que el mundo empie-za con ellos, un mundo que centran, sobre todo,en el sexo. Son seres contradictorios, despiada-dos y carecen de escrúpulos. No hay moral paraellos. De la galería de “bárbaros” se desprendePetruAnicet (hermanodePavel). Para él lamúsi-ca lo es todo. Frío y brutal, sueña con llegar a seralguien. El dinero y la celebridad podían conse-guirse mediante una mujer o un robo. Anisoara,su alumna de piano, de 16 años, de familia rica,se le entrega con frenesí. No vacila en obligarla arobar para él las joyas de la familia. La señoraAnicet, al enterarse, se ahorca de vergüenza. Laescena final, el entierro de la madre de Petru, es-tá escrita con mano maestra.“Boda en el cielo” (1939) es una fascinante his-

toria de amor.Una noche, un joven escritor (Ma-vrodin) y un ingenieromaduro (Hasnas) se cuen-tan mutuamente ese gran amor que sólo puedetener lugar una vez en la vida. En distintas épo-cas, los dos conocieron a la misma mujer “úni-ca”. Ileana yLena son lamismapersona, la encar-nación magistral del eterno femenino: candor y

sensualidad, delicadeza y gracia, celestial y terre-nal. Es una novela impregnada de la poesía delBucarest de antaño, y es que el paisaje bucarestia-no es fundamental en la obra eliadiana, sobre to-do el de entreguerras. Nadie en la literatura ru-mana ha descrito con tanto amor y realismo aBucarest, una ciudad que, en buena medida, yano existe.El elemento fantástico es otra dimensión fun-

damental de su literatura. A este respecto cabemencionar en el periodo de entreguerras “La se-ñorita Cristina” (1936), “La serpiente” (1937),“El secreto del Dr. Honigberger” y “Medianoche

en Serampor” (1940). Las dos pri-meras están estrechamente ligadasa las tradiciones populares rumanas,mientras que las otras dos descubrenlos “misterios” de India y nos intro-ducen en el “mundo invisible”.Tam-bién los primeros relatos publi-cados después de la guerra pertene-cen al género fantástico, “Un hom-bre grande” (1952), “La hija del ca-pitán” (1955), “El adivinador depiedras” (1959), “El burdel de las gi-tanas” (1959) y “El viejo y el funcio-nario” (1967). Los dos últimos sonconsideradas obras maestras.“El burdel de las gitanas” tiene co-

mo marco el Bucarest de los añostreinta. Estamos en una ciudad ago-biada por un calor tórrido, cuando“todo el mundo” se ha ido de vera-neo. El autor, que aspira a las esen-cias, crea arquetipos. El relato nospresenta los temas que se encuen-tran en otros de los libros eliadia-nos, como la salida del tiempo, lo sa-grado camuflado en lo profano y ellaberinto. En los ocho episodios hayuna continua interpenetración en-tre lo real y lo fantástico. El caminode la vida a la muerte del personajeprincipal, de lo profano a lo sagra-do, se presenta con sencillez y natu-ralidad. Gavrilescu “pasa al otromundo” de modo natural, junto aHildegard, su mujer amada. Idénti-ca salida del tiempo y del espacionos encontramos también en “Lanoche de San Juan” cuando Stefan

encuentra finalmente a Ileana, la mujer que eldestino le había predestinado.

Eliade, de actualidadEn unmundo de violencia, a finales del siglo y

del milenio, la obra de Eliade desprende sereni-dad, armonía, clemencia y amor (por más que aveces se describan formas nocivas de agresivi-dad y brutalidad). ¿Cuál es el “secreto” por elque atrae a sutiles exegetas y a millares de lecto-res? En primer lugar, un talento innato y no “he-cho”. Nadie podrá explicar la causa del embrujoque le subyuga al leer “Maitreyi” o “El viejo y elfuncionario”. Utilizando distintas modalidadesliterarias (novela realista, exótica,mágica, fantás-tica o el retablo social), todo es natural y encaja ala perfección impregnado de fervor. La autentici-dad y la sinceridad no sólo se hallan en los librosnarrados en primera persona.Con independencia del tema y de los procedi-

mientos artísticos, nunca encontramos vulgaresmistificaciones. La verosimilitud es su rasgo ca-racterístico básico, incluso en la literatura fantás-tica el paso de lo real a lo irreal se presenta deformaverídica. Véase en “El tiempode un cente-nario”, donde trata de “justificar” mediante unateoría científica algo que el lector sabe que no esreal, que una corriente de dosmillones de voltiospuede regenerar el tejido humano, para asímeter-lo dentro de la historia. Ahí reside además la dife-rencia de lo fantástico en Eliade con la cienciaficción.Mientras en este último género la accióntiene lugar en unmundo, por lo general, futuro yen un medio absolutamente irreal y científica-mente distinto al actual, los relatos eliadianos sesitúan en un plano contemporáneo y donde todoparece normal y, de pronto, dentro de esa norma-lidad sucede lo extraordinario a un personaje, sa-le del tiempo, cambia de plano, pasa de lo profa-no a lo sacro, sin que nadie lo advierta.Creador impresionante de tipos humanos, so-

bre todo del encanto, frescura y atracciónmagné-tica de la mujer. Todos los exegetas coinciden enque sus retratos literarios demujer son insupera-bles, la Ileana de “Boda en el cielo” o los persona-jes femeninos de “La noche de San Juan” (por nohablar de Maitreyi, personaje real) revelan unprofundo conocimiento del alma femenina y ra-yan a gran altura, tanto que pueden codearse conlos mejores de la literatura actual.Cuentista de la estirpe de los que dieron lugar

a “Las 1.001 noches” (¿qué es el viejo Farâma,de “El viejo y el funcionario”, sino un trasuntode Scherezade?), paisajista sin par que sabe cap-tar los detalles, la variedad cromática de las esta-ciones e incluso los olores, Mircea Eliade es undemiurgo, un creador de vida. Su obra literariaes un convincente llamamiento al bien, a la ver-dad y a la belleza, todo ello arropado con unaemoción que llega al más alto grado de tensión.c

Los secretos de un alquimista literario

Mircea Eliade en Chicago, en 1973

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MIRCEA ELIADE: NOVELISTA DEL AMOR, HISTORIADOR DEL ESPÍRITU

n Títulos disponibles en castellano, no ago-tados ni descatalogados:i“Medianoche en Serampor. El secretodel Dr. Honigberger”, traducción J. Jordá,Alianza, Madrid, 1981.i“A la sombra de una flor de lis”, trad. M.Mansour, FCE, México, 1990.i“El burdel de las gitanas. Les trois gra-ces. El puente”, trad.M.ªTeresaGallego e I.Reverte, Siruela, Madrid, 1994. Reeditado.i“La señorita Cristina”, trad. J. Garrigós,Lumen, Barcelona, 1994. Reeditado.i“Boda en el cielo”, trad. J.Garrigós,Ron-sel, Barcelona, 1995.i“La novela del adolescente miope”, trad.A. Hernández, Monte Ávila, Caracas,1995.i“Diario íntimo de la India” (novela indi-recta), trad. J. Garrigós, Pre-Textos, Valen-cia, 1997. Reeditado.i“La India”, trad. J. Garrigós, Herder,Barcelona, 1997.i“La noche de San Juan”, trad. J. Garri-gós, Herder, Barcelona, 1998.i“Los jóvenes bárbaros”, trad. J. Garri-gós, Pre-Textos, Valencia, 1998.i“El tiempo de un centenario. Dayan”,trad. J. Garrigós, Kairós, Barcelona, 1999.i“Las diecinueve rosas”, trad. J. Garrigós,Kairós, Barcelona, 1999.i“Relatos fantásticos” (“Uniformes de ge-neral”, “Ivan”, “12.000 cabezas de gana-do” y “Un hombre grande”), trad. J. Garri-gós, Kairós, Barcelona, 1999.i“Maitreyi”, trad. J. Garrigós, Kairós,Barcelona, 2000.

Notas parala sinfoníarumana

Brancusi, Cioran, Io-nesco y Eliade com-ponen la línea delan-tera del espléndido

equipo de intelectuales y crea-dores que Rumania ha dadoalmundo en este siglo. La rela-ción entre el peso de dichopaís en la escena de las nacio-nes y su aportación intelec-tual está claramente descom-pensada a favor de la segundamagnitud. Tan sólo Irlanda,con su ubérrimomonocultivoliterario –Joyce, Beckett, Yeats,Shaw, Heaney–, estaría capa-citada para competir en un hi-potético concurso donde paí-ses periféricos, olvidados, delViejo Continente rivalizaranen capital creativo.A diferencia de los irlande-

ses, concentrados en el territo-rio literario, los grandes crea-dores rumanos handesarrolla-do sus carreras en ámbitos di-versos, desde la escultura(Brancusi) hasta la dramatur-gia (Ionesco), pasando por elpensamiento (Cioran, Eliade)o la música (Celibidache).Sin embargo, pese a esta dis-

persión,muchos de ellos coin-ciden en una serie de aspec-tos, acaso propiciados por lamismaprecariedadde la situa-ción rumana y la consiguientediáspora: la búsqueda de hori-zontes, la vocación de absolu-to, la aproximación a la pure-za y a la abstracción.Constantin Brancusi, autor

de la “Columna sin fin”, decíaque “cuando ves un pez, nopiensas en sus escamas, sinoen la velocidad de su movi-miento (…) Eso es lo que yohe querido expresar. Si hubie-ra tallado sus aletas, sus ojos ysus escamas, habría detenidosu movimiento, obteniendouna simplemuestra de la reali-

dad. Lo que amímeha intere-sado ha sido atrapar el fulgorde su espíritu”.Algoparecido hubiera podi-

dodecirMircea Eliade, infati-gable investigador de los veri-cuetos del espíritu, infatiga-ble compilador de sus refle-jos. Y otro tanto dijeron, enmuy distinto tono, Eugène Io-nesco o Emil Cioran, severísi-mos analistas de la realidaddel siglo; el primero, desde suposición de sagaz observadorde una sociedad que corre ha-cia el absurdo; el segundo, des-de la radical lucidez de quiensabe que dicha carrera llegó asu término hace ya muchotiempo; y ambos, desdeunhu-mor feroz, que esgrimieronva-lerosamente como último re-curso ante las simas de la des-esperación.Todos ellos, con sus distin-

tos registros y notas, hanparti-cipado en la composición deuna sorprendente y brillantesinfonía rumana.

LLÀTZER MOIX Mircea Handoca, autor rumano, es el principalestudioso de la obra literaria de Eliade

ARCHIVO

Mircea Eliade es un creadorimpresionante de tipos humanos,

pero sus retratos literarios demujer son insuperables

OBRA LITERARIA

Los grandes creadoresrumanos del siglo

coinciden en su buscade horizontes y en suvocación de absoluto

4 LAVANGUARDIA VIERNES, 24 NOVIEMBRE 2000

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J. E. RUIZ-DOMÈNEC

Entre1948y1986MirceaEliade cons-truyóun inmenso edificio interpreta-tivo sobre la dimensión religiosa delser humano, un edificio ideado co-

moun tríptico, un recorrido personal e iniciá-tico en tres etapas: entre 1948 y 1956 reflexio-nó sobre la experiencia ad-quirida en India sobre elyoga y las técnicas del éx-tasis; entre 1956 y 1968 sepreocupó por el simbolis-mo de los mitos; y, porfin, entre 1968 y 1986,describió el mundo de lascreencias religiosas comoexpresión de un ansia porlo sagrado. En este trabajoaparecen unas constantesque podemos entender co-mo las claves de su pensa-miento.

ÉXTASIS E INICIACIÓNEl acceso a una espiri-

tualidad al margen delcristianismo constituyeun itinerario de iniciaciónquepasa por diferentes fa-ses: experiencias de éxta-sis (sueños, visiones), ins-trucción impartida por ungurú o un chamán, des-trucción de la vieja perso-nalidad del iniciado, des-censo a un “infierno” con-sistente amenudo enprue-bas de una elevada dure-za, reconocimiento en elinterior del grupo, integra-ción en un plano superior,creaciónde un lenguaje se-creto, devoluciónde los es-fuerzos, obtencióndel pre-mio en forma de compen-sación hacia el candidato,y triunfo social.

RAÍCES TRADICIONALESDE LA ALQUIMIAUna investigación so-

bre los mitos, ritos y símbolos particulares delos oficios de minero, forjador y metalúrgico(que daría lugar a su libro “Herreros y alqui-mistas”) le permitió un viaje al conocimientosecreto, en dos etapas: en primer lugar, revisala cultura de los herreros como maestros deuna iniciación masculina en las sociedadesguerreras; a continuación, se interesa por laalquimia desde sus remotos antecedentes chi-

nos hasta su eclosión en la Europa de los si-glos XVI y XVII.

ETERNO RETORNO DE LOS MITOSAmediados de los años sesenta, una época

fascinada pormitos comoMarilynMonroe, ypor la nueva frontera de J. F. K. y sus amigosdel círculo de Camelot, Eliade habló de la ne-

cesidad de recuperar losmitos para vivir, del pres-tigio mágico de los oríge-nes, de la riqueza de lasculturas silenciadas por laIlustración, del significa-do ritual del ocio, de laapertura amorosa al mun-do, del valor de los cuen-tos de hadas. Eran unasideas perfectamente adap-tadas a un público seduci-do por la cultura pop. lamarihuana, las flores, ellenguaje hit, la música delos Beatles y las reclama-ciones políticas dirigidaspor Marcuse en los cam-pus universitarios deCali-fornia.

LO SAGRADOY LO PROFANOLo sagrado es un ele-

mento de la estructura dela conciencia y no una eta-pa de su historia, sostieneEliade, y argumenta a con-tinuación que “la vida hu-mana se llena de sentidoimitando los modelos pa-radigmáticos reveladospor los seres sobrenatura-les”. Así pues, lo sagradoes la noción fundamentaldel estudio de las religio-nes: se busca en cualquiercultura tradicional, entrelos indios de América olos budistas de India, y co-mo tal emergede experien-cias múltiples en textosno siempre fáciles de inter-pretar. El acceso a la expe-

riencia de lo sagrado tiene un trasfondomiste-rioso que, no obstante, libera al hombre de susituación en el mundo. Por eso afirma en vozalta, como si se tratase de una proclama paraese tipo de estudios: la historia de las religio-nes no se limita simplemente a ser una disci-plina histórica como es el caso, por ejemplode la arqueología o de la numismática. Esigualmente una “hermenéutica total” llama-

da a descifrar y a explicar cualquier clase decontactos del ser humano con lo sagrado, des-de la prehistoria hasta nuestros días.

HISTORIA DE LAS RELIGIONES“Desafortunadamente, no tenemos a nues-

tra disposición una palabra más precisa queel término ‘religión’ para describir la expe-riencia de lo sagrado”, decía Eliade. La limita-ción es importante, pero no tanto como paraimpedir un gran proyecto comparativo sobreel “ser, sentido y verdad” que unen experien-cias tan disímiles como el hinduismo y el cris-tianismo. Ese es el punto de partida y la razónde su “Historia de las creencias y las ideas reli-giosas”, convertida desde el principio en el at-las de los estudios sobre el hecho religioso. Pa-ra ocupar un espacio interpretativo a la alturade los “Tristes trópicos” de Lévi-Strauss o del“Mito y epopeya” de Dumézil, Eliade llevó acabo un análisis comparativo de los sistemasde creencias religiosas desde la prehistoriahasta el mundo actual, que se lee con gusto,incluso entre los no iniciados.

EL OCULTISMO: LA OTRA CARADE LO RELIGIOSOMientras redactaba esa monumental obra

de síntesis, Eliade hizo una pausa para afron-tar un problema vinculado tradicionalmentecon el estudio de las religiones: el significadodel ocultismo. ¿Por qué no hablar de él? Lohabía evitado en más de una ocasión, inclusose negó a citar a Julius Evola y RenéGuénon,sus dos egregias figuras. Eliade sabía callartan acertadamente que incluso cuando co-mentaba algo de alguno de ellos dos impresio-naba por la capacidad de mantenerse frío an-te un tema tan ardiente. Pero en 1976 por finrompió el silencio. “Ocultismo, brujería ymo-das culturales” es una descripción técnica dela tradición oculta y de la persistencia de losmisterios en la vida moderna. Un libro que amuchos les pareció imprudente y a otros deuna aplastante sinceridad. Toda la lúcida ten-siónde unamente privilegiada está condensa-da en la confesión de que “un autor prolíficosuele siempre descubrir en algún momentode su vejez que muchos de los libros que másquiso escribir nunca fueron escritos”. Frentea la inquietud que ese descubrimiento provo-ca en mucha gente, Eliade lo afronta con unamelancólica resignación no exenta sin embar-go de ironía. Ya todo le daba igual, y ese era elmomento oportuno para presentarse ante supúblico como el propietario de su propio ros-tro. No tiene inconveniente en hablar de lascosas ocultas, de lo que él sabe y nunca ha di-cho. ¿Frivolidad? Para saberlo con exactitudbastaría con leer ese libro, lo que recomiendovivamente, y buscar en él las razones de unir,en un mismo texto, la inclinación de algunosimpostores a utilizar al estudio de las religio-nes comomedio para la creación de sectas ini-ciáticas y la descripción de losmomentos cru-ciales de la tradición oculta como etapas deun asalto al poder político.c

Una obra colosal sobrela espiritualidad humana

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Máscara ceremonial de Nueva Guinea (arri-ba), vidriera de Notre Dame (centro) y unaescultura india del siglo XIX (abajo)

MIRCEA ELIADE: NOVELISTA DEL AMOR, HISTORIADOR DEL ESPÍRITU

n Títulos en sus edicionesmásrecientes en castellano:i“Diccionario de las religio-nes”, traducción I. Arias Pé-rez, Paidós, Barcelona, 1992.i“El vuelo mágico”, trad. V.Cirlot y A. Vega, Siruela, Ma-drid, 1995.i“Ocultismo, brujería y mo-das culturales”, trad. E. Butel-man,Paidós, Barcelona, 1997.i“Lo sagrado y lo profano”,trad. L. Fernández, Paidós,Barcelona, 1998.i“Historia de las creencias ylas ideas religiosas” (3 vol.),trad. J. Valiente Malla, Pai-dós, Barcelona, 1999.i“Mito y realidad”, trad. L.Gil Fernández, Kairós, Barce-lona, 1999.i“La búsqueda. Historia ysentido de las religiones”,trad. A. Colodrón, Kairós,Barcelona, 1999.i“Imágenes y símbolos”,trad. C. Castro, Taurus, Ma-drid, 1999.i“El mito del eterno retor-no”, trad. R. Anaya, Alianza,Madrid, 2000.i“Mefistófeles y el Andrógi-no”,Kairós, aparecerá aprinci-pios del año 2001.i“Mitos, sueños y miste-rios”, Kairós, aparecerá aprincipios del año 2001.

PAIDÓS

OBRA ENSAYÍSTICA

J. E. Ruiz-Domènec, historiador y autorde “Rostros de la historia”

VIERNES, 24 NOVIEMBRE 2000 LAVANGUARDIA 5