Etica Protestante Max Weber

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Gil VillegasMax Weber

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    LA TICA PROFESIONAL DEL PROTESTANTISMO ASCTICO

    antigua creencia de ser el pueblo elegido por Dios experiment' los puritanos un grandioso renacimiento,59 lo que tuvo consecuencias de orden psicolgico. El suave Baxter haberle permitido nacer en Inglaterra y en el seno de la I! Iglesia, no en otra parte alguna; y un reconocimiento anlogo ba todo el sentido de la vida de la burguesa puritana, que se

    buena accin a la que no se est obligado por la ley -con otras palabras: el fro miento del deber es moralmente superior a la filantropa sentimental-, y la tana aceptara este principio lo mismo que Kant, que, de origen escocs y influido por el pietismo en su educacin, se aproxima mucho al mismo en su categrico (y aqu no nos es posible mostrar ms al detalle lo que deben tantismo asctico en general muchas de sus frmulas). Pero, al mismo tiempo, de la tica talmdica se sumergen en e! tradicionalismo oriental: "R. Tanchum nilai ha dicho: Nunca cambie e! hombre un uso" (Gemara en Mischna, VI!, 1, nm. 93, en Wunsche: se trata de! sustento de // los jornaleros), y slo frente a tranjeros deja de valer esta vinculacin. Por tanto, la concepcin puritana de la como comprobacin ofreca motivos mucho ms fuertes para un obrar concepcin judaica de la misma como simple cumplimiento de un precepto. mente, no es extraa al judasmo la idea de que el xito evidencia la Dellrljrjn,n Pero la significacin fundamentalmente perturbadora que, desde el punto de religioso, alcanz en su judasmo a consecuencia de su doble moralidad, exterior, impide afirmar en este punto decisivo la existencia de una afinidad Frente al "extranjero" estaba permitido todo lo que se prohiba para con e! eso, era imposible que el xito fuese en esta esfera de lo no "preceptivo", sino te "permitido", un signo inequvoco de comprobacin religiosa y un impulso para una metodizacin de la vida, como en los puritanos. Vanse los trabajos riormente acerca de este problema, cuya entraa no ha visto bien Sombart en su Juden und das Wirtschaftsleben (Los judos y la vida econmica). Ms detalles no san aqu. Por extrao que parezca, la tica judaica tena un fuerte sentido lista.]* No hemos de entrar aqu en sealar el gran cambio sufrido por la actitud ante el mundo por obra de la doctrina cristiana sobre la "gracia" y la siempre ha albergado en su seno, de modo peculiar, el germen de nuevas desarrollo. Sobre la "legalidad" en las concepciones del Antiguo Testamento, cf Ritschl, Rechif. u. Vers., op. cit., Ir, p. 265.

    [Para los puritanos ingleses, los judos de su tiempo eran los representantes capitalismo que especulaba con la guerra, los monopolios estatales, las proyectos financieros o constructivos de los reyes, que tanto aborrecan ellos. la anttesis entre uno y otro podra formularse as -con las consiguientes el capitalismo judo era capitalismo especulador de parias; el capitalismo. contrario, era organizacin del trabajo.]

    59 La verdad de la Sagrada Escritura sigue para Baxter, en ltima instancia, de derful difference of the godly and ungodly, de la absoluta diversidad entre el y los otros y del evidente especialsimo cuidado con que Dios procura la alma de los suyos (que, naturalmente, puede manifestarse tambin en las le enva). Chr. Direct., 1, p. 165, 2 margo

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    LA RELACIN ENTRE LA ASCESIS y EL ESPRITU CAPITALISTA

    irreprochable por la gracia de Dios,60 determinando el carc-austero y correcto propio de los ejemplares representati-

    uella poca heroica del capitalismo .. aq , d . fl . d' t s ahora en que puntos concretos pu o In uencrar Irec a-

    Veamo, . l' 1 . , . d 1 f el estilo de vida capIta Ista a concepcIon puntana e a pro e-l estmulo para una conduccin de vida' asctica. Ya sabemos 1 a:cesiS se diriga, ante todo, contra el goce "despreocupado" de la . v de cuanto en ella puede proporcionar alegra; este rasgo se

    'del modo ms claro en la lucha en torno al Book oJ Sports61

    Jacobo I Y Carlos I elevaron a ley con el fin de combatir el purita-y cuya lectura orden el .ltimo que todos los

    11 Los puritanos combatIeron con funa la dIsposlClOn real, que 224 legalmente ciertos esparcimientos populares en domingo fuera

    horas dedicadas al cumplimiento de los deberes religiosos, no . porque perturbaba el descanso del sbado, sino

    oposicin a lo que debe ser la ordenada conducclOn de vida del santo. Y cuando el rey conmin con severos casti-

    todo ataque contra la legalidad de aquellos deportes, lo haca preci-e con el fin de acabar con ese rasgo asctico que, por antiautori-

    pareca peligroso para el Estado. La sociedad monrquico-feudal a cuantos se sentan inclinados a la diversin, contra la na-

    moral burguesa y los conventculos ascticos enemigos de la au-del mismo modo que la sociedad capitalista de hoy favorece a

    Una prueba caracterstica de esto la tenemos en la extraeza que causa a Bunyan quien, por lo dems, se encuentran ciertas aproximaciones a la mentalidad luterana libertad de un cristiano (por ejemplo, en Of the Law and a Christian [La ley y el

    W ofthe Puro Div., p. 354, infra)-la parbola del fariseo y el publicano (vase The Pharisee and the Publican, op. cit., pp. 100 ss.). Por qu se condena al fari-

    En verdad, no guarda los preceptos divinos, es un sectario evidente que slo piensa , secundarias y formalidades sin valor (p. 107); y, sobre todo, se atribuye

    mismo el mrito y, sin embargo, "corno hacen los cuqueros", abusa del nombre de para dar gracias a ste por su virtud, sobre cuyo valor edifica (p. 126) de modo cul-negando as implcitamente la predestinacin divina (pp. 139 ss.). Por tanto, su

    es idoltrica, se adora a s mismo, yeso es lo pecaminoso. En cambio el puritano interiormente regenerado, como lo prueba la sinceridad de su confesin; pues (como con la caracterstica atenuacin puritana del sentimiento luterano del pecado) to a and sincere conviction of sin there must be a conviction of the probabi/ity of merey

    la recta y sincera conviccin del pecado debe seguirse la conviccin de la probabili-del perdn") (p. 209).

    61. Reproducido en los Constitutionnal Documents de Gardiner. Se puede comparar lucha contra el ascetismo [(antiautoritario)] con la persecucin de que hizo objeto XN a los jansenistas y Port-Royal.

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    LA TICA PROFESIONAL DEL PROTESTANTISMO ASCTICO

    los que sienten el nimo dispuesto para el trabajo, contra la sista de los trabajadores y sindicatos ms o menos contra eso se alzaban los puritanos con su principio de la de vida (Lebensfhrung) asctica, que era lo importante: el el puritano y el cuquero sentan ante el deporte no se basaba cipios religiosos, y aun lo admitan, con la condicin de que . para un fm racional: ser el alivio necesario para la capacidad de miento fsico; slo era condenable, por el contrario, en calidad pIe modo de poner al desnudo los instintos desatados, o instrumento de goce o, finalmente, cuando serva para bicin agonal, el instinto salvaje o el placer irracional de la sas totalmente reprobables. El goce desenfrenado de la vida, tan del trabajo profesional como de la piedad, era el enemigo del racional, ya se manifestase aqul como deporte "seorial" o como cuente asistencia al baile y la taberna por parte del hombre

    En consecuencia, tambin ofrece rasgos de desconfianza, no de hostilidad directa, la actitud ante los bienes culturales no bIes directamente desde el punto de vista religioso. No quiere con esto que el ideal de vida del puritanismo implicase recelo hosco o un marcado desprecio hacia la cultura, pues la est exactamente en lo contrario, al menos en lo que respecta a la cia (salvo, claro es, la aborrecida escolstica); y los ms grandes' sentantes del movimiento puritano poseen hondsima formacin' centista: los sermones del ala presbiteriana del movimiento clasicismo,63 y los mismos radicales, a pesar de hacer de ello un de crtica, no desdeaban hacer uso de ese tipo de cultura en la ca teolgica. Quiz no ha habido nunca un pas tan sobrado de tes como la Nueva Inglaterra en la primera generacin de su LAjt~";J';!IiI.,

    62 El punto de vista de Calvino era en esto mucho ms flexible, al menos en con las formas aristocrticas ms refinadas de los goces vitales. El nico lmite era" blia; quien la sigue fielmente y tiene buena conciencia no necesita mirar con temor impulso propio a gozar de la vida. Los rozamientos hechos a este propsito en el ' la Inst. Christ. ReZ. (por ejemplo: "nec fugere ea quoque possumus qua e videntur tioni magis quam necessitati inservire"),* tal vez podran abrir la puerta a una sobradamente relajada. En los epgonos, aparte de la creciente tortura en tomo a tuda saZutis, se impuso tambin la circunstancia (que en otro lugar valoraremos mente) de que en la esfera de la ecclesia militans fueron los pequeos burgueses los tores esenciales del desarrollo tico del calvinismo. ..

    63 Th. Adams (Works ofthe Div. Pur., p. 3), por ejemplo, comienza un sermn the three divine sisters ("de las cuales la ms grande es el amor") con esta orc>Poic!liI\t "que tambin Paris entreg la manzana a Afrodita".

    LA RELACIN ENTRE LA ASCESIS y EL ESPRITU CAPITALISTA

    " s de los adversarios (as, Butler, en Huidibras)* atacan preci-sat1r~a sabidura de gabinete y la dialctica escolstica de los purita-

    ue estaba, en parte, en conexin con la estimacin religiosa del 10c;msecuencia de la actitud ante la catlica fides implicita.* Otro

    .... , .. ,,,l1'--",te, el cuadro que se ofrece en el mbito de la literatura no y del arte. Aqu, la ascesis fue lo que sofoc la 11 alegra vital

    Inglaterra. [Los dardos no se dirigieron slo contra las fiestas el odio encarnizado de los puritanos contra todo lo que ola a

    , contra todas las reminiscencias de administracin mgica gracia, se enderez por igual contra la cristiana fiesta de Noche-

    contra el rbol de may065 y contra el despreocupado sentido ar-de la Iglesia.] Es verdad que en Holanda pudo desarrollarse un

    arte, crudamente realista a menudo,66 pero esto prueba tan slo ." poco eficaz poda ser en esta materia la reglamentacin autoritaria las costumbres, frente a la influencia de la corte y de la clase domi-

    [(los rentistas)] y el sensualismo de los pequeos burgueses en-nfllll:'-'UVS, una vez que el breve dominio de la teocracia calvinista haba

    "uedado convertido en una 11 rida Iglesia estatal, incapaz de devolver '. ~ calvinismo su primitiva fuerza asctica proselitista.67 Tambin el tea-

    M Novelas y cosas semejantes no deben leerse: son wastetimes (Baxter, Chr. Direct., I, 51,2). Ya es conocido el agotamiento de la lrica y del canto popular, no slo del drama, , de la poca isabelina en Inglaterra. Y sobre todo es chocante la cada vertical de la

    ,', ... 'rplt'IllC aptitud del pueblo ingls para la msica (las aportaciones de Inglaterra a la 'historia de la msica no tenan nada de secundarias) hasta la nulidad absoluta que en este aspecto se vio ms tarde y an hoy en los pueblos anglosajones. En Amrica, fuera de las Iglesias de los negros -y por parte de aquellos cantores profesionales que ahora con-tratan las iglesias como attractions (la Trinity Church de Boston por 8 000 dlares anua-

    , Ies)- no se oye ms que una gritera insoportable para un odo alemn, a lo que llaman . de la comunidad". (Algo parecido ocurre tambin en Holanda.)

    65 [Lo mismo en Holanda, como puede verse por las dIscusiones de los snodos. (Va-$e la resolucin sobre el rbol de mayo en la coleccin de Reitsma, VI, 78, 139, etctera.)]

    66 Parece indudable que el "renacimiento del Antiguo Testamento" [y la orientacin pletista hacia ciertos sentimientos cristianos contrarios a la belleza que arrancan de Deu-lero-Isaas y el salmo 22,] tuvo que influir sobre el arte en el sentido de hacer lo "feo" objeto del mismo en la medida de lo posible, en lo que tambin influy, sin duda, el temor puritano a la idolatra. Pero cuando se trata de concretar algo ms, ya no puede hablarse ton tanta seguridad. En la Iglesia romana, motivos completamente diferentes (demag-

    ", gicos) causaron fenmenos aparentemente anlogos, pero con resultado artstico total-,mente distinto. Quien contempla [en la Mauritshuis] el Sal y David de Rembrandt, cree

    percibir directamente el poderoso influjo del sentir puritano. El valioso anlisis que hace Carl Neumann en su Rembrandt de las influencias culturales holandesas, podra dar la me-dida de los fecundos influjos positivos que ejerci sobre el arte el protestantismo asctico.

    67 Es imposible explicar aqu las mltiples causas que influyeron en la penetracin re-

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    tro era II condenable para los puritanos68 y la absoluta lo ertico y el desnudo impidi que n la literatura y el arte

    lativamente pequea de la tica calvinista en la prctica de la vida y la debilitaci pritu asctico en Holanda [ya a comienzos de! siglo XVII (los congregacionalistasU

    emigrados a Holanda en 1608 se extraaban de lo poco que all se guardaba el dominical)] y ms an bajo e! dominio de! gobernador Federico Enrique, as la escasa fuerza de expansin del puritanismo holands. Debase en parte a la cin poltica (confederacin de estados y pases particularistas) ya la escasa defensa (la guerra de libertad fue pronto dirigida en lo fundamenta! por el ~msterdam y soldados mercenarios: los predicadores ingleses explicaban la babilnica de las lenguas haciendo referencia al ejrcito holands). De ese modo, la dad de la lucha por la fe pas en buena parte a otros, con lo cual se descuid participacin en e! poder poltico. En cambio, e! ejrcito de Cromwell se senta ciudadano. (Y lo caracterstico es que este ejrcito tena en su programa la servicio militar, puesto que slo se deba combatir in gloriam Dei por causas en conciencia como justas, no por satisfacer e! humor de un prncipe. La militar inglesa, que, con arreglo al criterio [tradicional] alemn es considerada tuvo en su principio motivos histricos altamente "morales" y fue una exigencia dados jams vencidos [que slo despus de la restauracin se pusieron al servicio intereses de la corona].) Los schutterijen* holandeses, representantes del e! periodo de la Gran Guerra, aparecen comportndose muy poco "ascticamente" generacin despus de los snodos de Dordrecht, en los cuadros de Hals. En todo surgen en los snodos protestas contra su modo de conduccin de vida El concepto holands de deftigkeit* es una mezcla de "honorabilidad" burguesa de conciencia aristocrtica de clase. Todava hoy se muestra e! carcter ariist,wT'tip~ la Iglesia holandesa en la separacin de los asientos en los templos. [La persistencia' economa ciudadana fue obstculo para la industria, la cual floreci por obra mente de los refugiados y slo durante algunas pocas. Sin embargo, en Holanda, el tismo intramundano de! calvinismo y de! pietismo influy en la misma direccin otras partes (incluso en e! sentido -al que luego aludiremos- de "coaccin ahorro", como lo prueban los pasajes de Groen van Prinsterer* que citamos, infra, nota 86. Naturalmente, no es un azar la ausencia casi absoluta de la bella Ji la Holanda calvinista.] Sobre Holanda, vase Busken-Huet, Het land van Rembrandt patria de Rembrandt], traducida tambin al alemn por Van der Ropp). [Todava siglo XVIII se manifiesta la significacin de la religiosidad asctica como" coaccin ctica al!! ahorro" en los dibujos de Albertus Halle. Sobre las particularidades del artstico holands y sus motivos, cf las notas autobiogrficas de Consto (1629-1631), editadas en 1891. (El trabajo citado de Groen van Prinsterer, La l'inj/uence de Calvin, 1864, no ofrece nada decisivo para nuestro problema.) La Niew-Nederland en Amrica era, desde e! punto de vista social, un dominio sernif'emlal de "patronos" (comerciantes que anticipaban e! capital) y, a diferencia de Nueva rra, ofreca escasas facilidades para que pudieran moverse "pequeas gentes" enligrad!aS:]

    68 [Recurdese que las autoridades municipales puritanas de Stratford-on-Avon rraron el teatro de la ciudad ya en vida de Shakespeare, y durante su estancia en ella conocido el odio y desprecio que e! gran dramaturgo no recataba contra los IJUIlLi"'"""'i~,::: Todava en 1777 rechazaba la ciudad de Birmingham la apertura de un teatro, como

    LA RELACIN ENTRE LA ASCESIS y EL ESPRITU CAPITALISTA

    las concepciones ms radicales. Los conceptos de idle talk, ties,69 de vain ostentation y dems modos de designar todo

    irracional de comportarse (es decir, obrar sin un fin, de modo no y nO en servicio de la gloria de Dios, sino del hombre) fueron

    empleados para favorecer el ms severo finalismo en la de motivos artsticos. Y este criterio finalista y racional se

    lenamente cuando se trataba, por ejemplo, del adorno de la per-Iel traje.70 Esta poderosa tendencia a II uniformizar el estilo vital 229 es el pendant del actual inters capitalista en la estandarizacin

    la produccin-,71 tena sus fundamentos ideales en la repulsa a la ".72 Ciertamente, no debe olvidarse que el puritanismo ence-

    un mundo de contradicciones, que el sentido instintivo de lo que el arte posee magnitud intemporal estuvo de seguro ms afinado en

    ~s jefes que en los "caballeros"73y que la creacin II artstica de un ge- 230

    ;~lsora de "corrupcin" y, por lo mismo, perjudicial al comercio (Ashley, infra, nota 95,

    loc. cit., pp. 7, 8).] . . . .... , 69 Tambin aqm es deCISIVO e! que para los puntanos no hubIese mas alternativa que JI volunrad divina y la vanagloria humana. por eso no existan adiaforos para ellos. No participaba de esta posicin Calvino, segn se ha visto: es indiferencia lo que se come, ~mo se viste, etc., a condicin de que e! alma no quede esclavizada bajo el poder de las concupiscencias. Igual que para los jesuitas, la libertad de! "mundo" debe manifestar-se corno indiferencia o, en frase de Calvino, como e! uso indistinto y fro de los bienes que ofrece la tierra (p. 409 de la edicin original de la Instituto Christianae Rel.), punto de vista que se acerca mucho ms en la prctica al de los luteranos que e! precisismo de

    los epgonos. 70 A este respecto es conocida la conducta de los cuqueros. Pero ya a comienzos de!

    siglo XVII la comunidad de exulantes de Amsterdam levant clamorosas protestas contra los sombreros y trajes a la ltima moda de la mujer de un pastor (graciosamente descrito en ei Congregacionalism of the Last 300 Years, de Dexter). Ya Sanford haba recordado que el actual peinado masculino era e! mismo de los Roundheads, al que tantas burlas se haban hecho. y que el peinado puritano, igualmente ridiculizado, se basa tambin en un principio esencialmente anlogo al nuestro.

    71 Vase sobre esto el libro ya citado de Thorstein Veblen, The Theory of Business

    Enterprise. n Insistiremos ms 'tarde en este criterio. Por l se explican frases como sta: "Every

    penny, which is paid upon yourselves and children and friends must be done as by Gods own appointement and to serve and please him. Watch narrowly, or e!se that thievish camal self willleave God nothing" (Baxter, loco cit., 1, p. 308, infra, derecha). Esto es lo decisivo: lo que se aplica a fines personales es sustrado al servicio de Dios.

    73 Con razn suele recordarse (as Dowden) que Cromwell salv cuadros de Rafae! y el Triunfo de Csar de Mantegna, que quera vender Carlos Il. La sociedad de la Restaura-cin era indiferente o directamente contraria a la literatura nacional inglesa, como es sa-bido. Pero en las cortes, el influjo de Versalles era omnipotente. No es posible, dentro del escaso margen de que disponemos, analizar la influencia que sobre el espritu de los tipos

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  • LA TICA PROFESIONAL DEL PROTESTANTISMO ASCTICO

    ni~ re~~esentati~o como Remb~andt, a ~esar de. que su "compork~' mIento no hubIese hallado gracIa a los oJos del dIOS puritano, estu.i,~ esencialmente orientada por el medio sectario en que se moviJ4 Perro esto en nada modifica el cuadro de conjunto que hemos trazado. _~i; cuanto que la poderosa interiorizacin de la personalidad que PUd~ POr, y f~e de hecho l~, consecu~ncia del crecient~ imperio del estilo Vi~~;. puntano, ~avoreclO predommantemente a la lIteratura y las generaC\~ .. nes postenores. ,;~},~,

    Es imposible penetrar ms al detalle en la discusin de las influ ... \2 en-, cias del puritanismo en todos estos sectores; recordemos solameni" que la licitud de la alegra enaquellos bienes de la cultura quetan sl' favorecen el goce artstico o deportivo encuentra siempre un lmite ca:':, racterstico: no deben costar nada. El hombre es tan slo un adminl .~trador de l.os bienes ~ue. la gracia di~ina se ha dignado, concederle}, como el cnado de la BIblIa, ha de rendIr cuenta de cada centimo que se le confa75 y por lo menos es arriesgado gastarlo en algo cuyo fin no s la gloria de Dios, sino el propio goce.76 Basta tener los ojos abiertos para encontrar, incluso en la actualidad, representantes de esta mentalidad.n

    superiores del puritanismo y de los hombres educados en su escuela ejerci el desvo de los goces irreflexivos de la vida. Washington Irving (Bracebridge Hall) lo describa aseri la terminologa usual inglesa: "lt [se refiere a la libertad poltica: nosotros diremos ~puritanismo'] evinces less play of the fancy, but more power of imagination". Basta pensar en la posicin de los escoceses en la ciencia, el arte y las invenciones tcnicas, e incluso enla vida mercantil inglesa, para comprender que esta observacin, a pesar de su formulaci6n un tanto estrecha, es justa en el fondo. No podemos hablar aqu de su alcance para el des-arrollo de la tcnica y las ciencias empricas. En la vida cotidiana se pone de relieve en todo momento esta relacin: segn Barclay, las recreations consideradas lcitas por el cuquero son visitar a los amigos, la lectura de obras histricas, experimentos matemti-cos y fsicos, jardinera, discusin de los hechos ocurridos en el mundo financiero, etc. La razn de esto qued ya indicada anteriormente.

    74 Admirablemente analizada en el Rembrandt de Carl Neumann, que debe confron-tarse con las observaciones del texto.

    75 As Baxter en los pasajes antes citados, 1, p. 108, infra. 76 CJ, por ejemplo, la conocida descripcin del coronel Hutchinson (citado frecuen"

    temente por Sanford, loco cit., p. 57) en la biografa escrita por su viuda. Despus de ex-poner todas sus virtudes caballerescas y su naturaleza inclinada a gozar ardientemente de la vida, dice: "He was wonderful neat, c1eanly and genteel in his habit, and had a veiy good fanoy in it; but he left off very early the wearing of anything that was costly", De modo anlogo es descrito el ideal de la puritana abierta y selecta, a la que slo escatima dos cosas: el tiempo y el derroche de "fausto" y diversiones, en la oracin fnebre de Baxter a Mary Mammer. (W ofthe Puro Div., p. 553.) , .. ,

    77 Recuerdo de modo especial (entre otros muchos ejemplos) el caso de un fabricant/! a quien siempre favoreci el xi to y que consigui en su vejez hallarse en posesin de una -

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    LA RELACIN ENTRE LA ASCESIS y EL ESPRITU CAPITALISTA

    hombre que est dominado II por la idea de la propiedad como obli-El "n funcin cuyo cumplimento se le encomienda, a la que se su-gacdl.Oa como administrador y, ms an, como "mquina adquisitiva", Pe rt 1 d f ' . , h '1 d . , su vida bajo e peso e esta na preslOn que a oga en e to o POSI-nene. ., l ace vital. y cuanto mayor es la nqueza, tanto mas fuerte es el sen-

    be g b'l'd d .. , . '1 d 1 , ento de la responsa I 1 a por su conservaclOn mco ume a g 0-~;m Dei Y el deseo de aumentarla por medio del trabajo incesante. A no ,:adarlo, la gnesis de este estilo vital tiene alguna de sus races (como (lU toS otroS elementos del [moderno] espritu capitalista) en la Edad ::dia/8 pero slo en la tica del protestantismo asctico hall su ms

    nsecuente fundamentacin; con lo que se ve de modo claro su alcan-00 1 n ce para el desarro~lo del capita ismo. 11. .

    El ascetismo mtramundano del protestantIsmo, podemos deCIr resu-miendo, actuaba con la mxima pujanza contra el goce despreocupado de la riqueza y estrangulaba el consumo, singularmente el de artculos de

    considerable fortuna, que al aconsejarle el mdico, a consecuencia de una tenaz debilidad digestiva, tomar diariamente algunas ostras, cost grandes dificultades convencerlo de que lo hiciera. Por otra parte, las ~uchas fundaciones para fines ben~ficos que. llevaba he-chas ya en la vida, y que le acredltaban de hombre generoso, poman de reheve que su conducta en aquel caso no era ms que el residuo del sentimiento "asctico" que considera moralmente reprobable el goce de la propia riqueza, pero no un sentimiento de "avaricia".

    78 En esta direccin se mueve la separacin entre el taller y la oficina, el "negocio", en general, y la vivienda privada, la firma comercial y el nombre, el capital de! negocio y el patrimonio particular, y la tendencia a convertir el "negocio" en un corpus mysticum (al menos e! patrimonio social). Vase sobre esto mi Handelgesellschaften im Mitte/alter (Las sociedades mercantiles en la Edad Media).'"

    79 Acertadamente se haba referido Sombart en su Capitalismo* (1" ed.) a este fen-meno caracterstico. Slo hay que hacer notar que [la acumulacin de patrimonios] tiene dos fuentes psicolgicas muy distintas entre s. Una de ellas hunde sus races en la ms remota 8ntigedad y se expresa en fundaciones, fideicomisos, etc., igualo, tal vez, ms pura y claramente en la tendencia anloga a morir' envuelto en oro y, sobre todo, a asegurar la subsistencia del "negocio", incluso perjudicando los intereses personales de la mayora de los hijos, presuntos herederos. Se trata en estos casos, aparte de! deseo de se-guir llevando despus de la muerte una vida ideal en la propia creacin, de conservar el splendor familiae,* es decir, de una vanidad que se aplica a la personalidad prolongada del fundador, por fines egocntricos en el fondo. No es lo mismo el motivo "burgus" que nos viene ocupando: e! principio asctico "debes renunciar, debes renunciar" se en-cuentra ahora traspuesto en esta frmula positiva y capitalista: "debes enriquecerte, de-bes enriquecerte", como una especie de imperativo categrico. Slo la gloria de Dios y el propio deber, no la vanidad de los hombres, es el motivo que mueve al puritano; hoy, slo el deber hacia la "profesin". Quien guste de ilustrar una idea en sus ltimas consecuen-cias, recuerde la teora de ciertos multimillonarios norteamericanos segn la cual los millones no deben dejarse a los hijos para no privarlos del beneficio moral de tener que trabajar y ganar por su cuenta (aun cuando esto no pasa hoy de ser pura "teora").

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    LA TICA PROFESIONAL DEL PROTESTANTISMO ASCTICO

    lujo; pero, en cambio, en sus efectos [psicolgicos], destrua todos frenos que la tica tradicional pona a la aspiracin a la riqueza, . las cadenas del afn de lucro desde el momento que no slo lo ba, sino que lo consideraba como precepto divino .(en el sentido puesto). La lucha contra la sensualidad y el amor a las riquezas una lucha contra el lucro racional [sino contra el uso aqullas]: as lo atestiguan expresamente no slo el puritanismo, tambin Barclay, el gran apologista cuquero. Por uso irracional riqueza se entenda, sobre todo, el aprecio de las formas osten lujo -condenable como idolatra-,80 de "las que tanto gust el lismo", en lugar de la utilizacin racional y utilitaria querida por para los fines vitales del individuo y de la colectividad. No se peda tificacin al rico,81 sino que usase de sus bienes para cosas prcticamente tiles". El concepto de confort II comprende de modo racterstico el crculo de los fines ticamente lcitos, y es lgico que primeros en quienes encarnase el estilo de vida inspirado en tal cepto fuesen precisamente los representantes de la concepcin de la vida: los cuqueros. Al oropel y relumbrn del caballeresco que, apoyado en insegura base econmica, prefiere la gancia deslucida a la sobria sencillez, se opone ahora el ideal de la cra y slida comodidad del home burgus. 82

    En cuanto a la produccin de bienes, el ascetismo luchaba contra la deslealtad como contra la sed meramente instintiva de

    80 Conviene insistir en que ste es el motivo religioso decisivo en ltima (aparte de! punto de vista puramente asctico de la mortificacin de la carne), como se muy particularmente en los cuqueros.

    81 ste lo rechaza Baxter (Saints's Everl. Res., 12) por las mismas razones que son rrientes en los jesuitas: debe darse al cuerpo lo que necesita, para no ser su siervo.

    82 Este ideal ya existe claramente en e! cuaquerismo en la primera poca de su arrollo, como ha demostrado en puntos importantes Weingarten en sus Englischen lutionskirchen (Revoluciones eclesisticas en Inglaterra). Tambin se pone de relieve mismo en los agudos razonamientos de Barday, loco cit., pp. 519 ss., 533. Debe evitars~~, a) toda vanidad carnal, es decir, toda ostentacin, baratijas y empleo de cosas sin utilidJY' prctica y estimadas tan slo por su rareza (por su vanidad, por tanto); b) el empleo desmeLo dido de la riqueza consistente en el gasto desproporcionado en necesidades secunda~.; . en relacin con las necesidades reales de la vida y la previsin para el porvenir. por decr~:f, lo as, e! cuquero era la personificacin de la "ley de la utilidad-lmite". Es absolutamen;' lcito el moderate use of the crea tu re, especialmente poda uno vestirse con telas de calidad y solidez, siempre que no se concediese demasiado a la vanity. [ej sobre esto Morgenblattfr gebildete Leser (Diario de la maana para lectores ilustrados), (especialmente: confort y solidez de las telas en los cuqueros; cj Schneckenburger, ciones, pp. 96 ss.)]

    LA RELACIN ENTRE LA ASCESIS y EL ESPRITU CAPITALISTA

    . sto slo es lo que condenaba como covetousness, como mammo-~s, ea etc.: aspirar a la riqueza por el fin nico y exclusivo de ser rico. rusrn ' ,. l' . , R 1 b d h' 'derada en SI mIsma, a nqueza es una tentaclOn. esu ta a e a 1 Cons l

    or desgracia, el ascetismo actuaba entonces como aquella fuerza ~u~~ ~iernpre quiere lo bueno y siempre crea lo malo"* (lo malo en su q tida: la riqueza y sus tentaciones); en efecto, de acuerdo con el An-

    sen d d '1 1 1 . , ,. d 1 "b t' uo Testamento yerno o ana ogo a a va oranon etlca e as ue-,tgs obras", no slo vio en la aspiracin a la riqueza como fin ltimo el ~;lrno de lo reprobable y, por el contrario, una bendicin de Dios en el Lntiquecimiento, como II fruto del trabajo profesional, sino que (y esto ~ rns importante) la valoracin tica del trabajo incesante, continua-do y sistemtico en la profesin, como medio asctico superior y como cornprobacin absolutamente segura y visible de regeneracin y de au-tenticidad de la fe, tena que constituir la ms poderosa palanca de ex-ansin de la concepcin de la vida que hemos llamado "espritu del

    ~:1pitalismo".83 Si a la estrangulacin del consumo juntamos la estran-gulacin del espritu de lucro de todas sus trabas, el resultado inevitable ser la formacin de un capital como consecuencia de esa coaccin as-

    " Ya antes dijimos que no es posible entrar en la cuestin de la condicionalidad clasista de los movimientos religiosos [(vase acerca de esto los artculos sobre la tica econmica de las religiones universales)]. Pero para ver, por ejemplo, que Baxter (a quien seguimos principalmente) no miraba con los lentes de la "burguesa" de su tiem-po, basta recordar que tambin en l aparece, en la serie de las profesiones gratas a Dios, despus de las profesiones intelectuales, en primer trmino el husbandman, * y despus, en confusa muchedumbre mariners, clothiers, tailors, etc. Ya es caracterstica la inclusin de los marineros en esta lista, los cuales pueden entenderse tanto como pescadores o como marineros propiamente dichos. A este respecto, no es idntica la posicin de muchas proposiciones del Talmud. ej, por ejemplo, en Wunsche, Baby Talmud, n, pp. 20, 21, las sentencias (ciertamente no infalibles) del rabino Eleaser, to-das con el sentido de que el comercio es preferible a la agricultura. (ej Il, 2, p. 68, so-bre la manera aconsejable de invertir el capital: 1/3 en tierra, 1/3 en mercancas y 1/3 en dinero efectiVO). Para aquellos cuya conciencia causal no se tranquiliza sin una inter-pretacin econmica (o "materialista", como todava se dice, por desgracia) haremos la siguiente observacin: que yo considero altamente importante la influencia del des-arrollo econmico sobre e! destino de la formacin de idearios religiosos, y despus tratar de demostrar de qu modo se han formado en nuestro caso los respectivos pro-cesos y relaciones de adaptacin. Pero siempre queda el hecho de que las ideas [religio-sas] no pueden deducirse pura y simplemente de realidades econmicas y, quirase o no, constituyen por su parte 'los factores plsticos ms decisivos de la formacin del carcter nacional" y poseen [plena autonoma y] poder coactivo propio. Y por otra parte, las diferencias ms importantes, que son las que se dan entre el calvinismo y el

    . 'luteranismo, reconocen causas predominantemente polticas, es decir, motivos extra-. rreligiosos.

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  • LA TICA PROFESIONAL DEL PROTESTANTISMO ASCTICO

    235 ctica para el II ahorro. 84 Como el capital formado no deba intilmente, fuerza era invertirlo en finalidades productivas. mente, la magnitud de este efecto no puede calcularse en e~actos. Pero ~u e~istencia en Nueva Inglaterra ya no escap a la sag~t Cldad de un hIstonador tan notable como Doyle;8) y en Holanda, do':.P de el calvinismo estricto slo domin siete aos, la creciente sencill!:~\;: y modestia de los crculos ms seriamente religiosos, poseedores dh enormes riquezas, acab por desatar un afn desmedido de acumU!i;'r . capitales.86 Ms tarde, empero, la tendencia existente en todos f~/'

    236 tiempos II y lugares, y an hoy no del todo desaparecida, de "aristocr~" tizar" el patrimonio burgus, choc con la antipata que sinti el puri-tanismo hacia las formas feudales de vida. Los escritores ingleses mer~ .. cantilistas del siglo XVII atribuan la superioridad del poder capitalista' holands sobre el de Inglaterra a que en aquel pas no ocurra lo que eri ste, donde los nuevos capitales se colocaban normalmente en tierras:. y, lo que tambin importa, sus propietarios adquiran hbitos feudales . tratando de ese modo de imprimirse un sello de aristocracia, arrari~

    8< En eso piensa Ed. Bernstein cuando en su art~ulo ya citado anteriormente (pp. 681 Y 625) dice: "el ascetismo es una virtud burguesa". El es el primero que ha observado esta importante conexin; slo que sta es mucho ms amplia de lo que l sospecha. Pues. lo decisivo no era la mera acumulacin de capital, sino la racionalizacin asctica de toda la vida profesional. [Doyle seala claramente, en relacin con las colonias americanas, la oposicin entre el sur y el norte puritano, donde la "coaccin asctica al ahorro" determi. naba fatalmente la acumulacin de capital.]

    85 Doyle (The English in America, vol. n, cap. ). La existencia de sociedades de he:. rreros (1643) y de tejedores (1659) para el mercado (y e! esplndido florecimiento d; los oficios manuales) en Nueva Inglaterra durante la primera generacin inmediata al fundacin de la colonia, constituye un anacronismo (desde el punto de vista purament~ econmico) y ofrece un marcado contraste no slo con la situacin de! sur, sino tam~ bin con la de Rhode Istand, que no era calvinista, sino que gozaba de plena libertad de conciencia, donde, a pesar de su excelente puerto, todava en 1686 deca e! informe del Governer y el Council: "The great obstruction concerning trade is the want of mere chants and men of considerable Estates amongst us" (Amold, Hist. oj the State of R. r., p. 490). Apenas se puede dudar. en efecto, que ello se deba principalmente a la forzosk dad de ir haciendo nuevas inversiones de! capital ahorrado por la limitacin puritana del consumo. Otro factor determinante, en el que aqu no entramos, fue la disciplina ecle-sistica.

    86 La exposicin de Busken-Huet muestra que estos crculos fueron decreciendo rpidamente en Holanda (loc. cit., t. n, caps. III y IV). [Por su parte, deca Groen van Prinsterer (Hand. d. Gesch. v. de. Vaderland [Manual de historia de la patria), 3' ed.; . 303, nota, p. 254): De Nederlanders vorkoopen veel en verbruiken wenig ("los halan: deses venden mucho y malgastan poco"), refirindose a la poca posterior a la paz 4e Westfalia.] ."D .

    LA RELACIN ENTRE LA ASCESIS y EL ESPRITU CAPITALISTA

    do SUS patrimonios del torrente de la circulacin capitalista.87 El can B" 1 . , taoismo y, concretamente axter, tUVIeron en gran estlma a agn-pu(tura como rama particularmente importante de la actividad econ-CU 'fi 'bl l' d dI' , nca y especI camente compatI e con a pIe a ; pero as SlmpatlaS I se concentraban en ellordman, sino en elyeoman* y elfarmer; y en ~OSigl0 XVII no en el !unker* sino en. e~ ".agricultor rac~onal".88 [La so-~'~dad inglesa de la epoca aparece dIVIdIda desde el SIglo XVII por la ,.1-- aracin entre la squirearqua, representante de la "antigua alegre sep l' l' d' 1 d" Inglaterra", y os Clrcu os puntanos, cuyo po er SOCIa era to aVIa m-seguro.89 1/

    EstoS dos rasgos: la ingenua alegra vital, de una parte, yel domi-nio de s mismo, severamente regulado y reservado junto con un cierto convencionalismo tico, de otra, coexisten todava hoy en la imagen del "carcter nacional" ingls.90 Del mismo modo, a travs de la ms antigua historia de la colonizacin norteamericana se percibe la oposi-cin radical entre los adventurers, que establecan plantaciones con el

    a Leopold von Ranke (Englische Geschichte [Historia inglesa], IV, p. 197) cita el me-morial de un aristcrata realista, despus de la entrada de Carlos II en Londres, en e! que recomendaba la prohibicin de adquirir tierras con capital burgus, que deba dedicarse exclusivamente al comercio. En Holanda la clase de los "regentes" se diferenciaba como

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    LA TICA PROFESIONAL DEL PROTESTANTISMO ASCTICO

    trabajo de intended servants y aspiraban a vivir al modo mentalidad especficamente burguesa de los puritanos.]91

    El poder ejercido por la concepcin puritana de la vida no voreci la formacin de capitales, sino, lo que es ms favorable sobre todo para la formacin de la conduccin de bensfhrung) burguesa y racional (desde el punto de vista de la que el puritano fue el representante tpico y ms f f dicha concepcin, pues, asisti al nacimiento del moderno econmico". Ahora bien, estos ideales de vida fracasaron al no resistir la dura prueba de las "tentaciones de la riqueza", bien por los mismos puritanos. Con gran frecuencia hallamos a los nuinos adeptos del espritu puritano formar en las filas de los' burgueses, entonces en pleno apogeo econmico, y de los an entre los cuqueros vemos a los beati possidentes* dispuestos i gar muchos de sus antiguos ideales.93 Es el mismo destino que en hubo de sufrir [la predecesora de este ascetismo intramundano]: cesis monacal de la Edad Media; cuando la racionalizacin de la

    91 [Tambin Doyle insiste repetidas veces en lo mismo. En la actitud de los siempre influy de modo decisivo el motivo religioso (naturalmente, no siempre decisivamente). La colonia estaba dispuesta (bajo el gobierno de admitir que se trasladasen gentlemen a Massachusetts, incluso a crear un senado bleza hereditaria, a condicin de que los gentlemen se afiliasen a la Iglesia. Por la disciplina eclesistica sigui como institucin cerrada. (La colonizacin de Hampshire y Maine la llevaron a cabo grandes comerciantes anglicanos, que ron extensos ranchos. Aqu existi mucha menor conexin social.) Sobre la ganancia" entre los habitantes de la colonia ya hubo quejas en 1632 (cf la be

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    LA TICA PROFESIONAL DEL PROTESTANTISMO ASCTICO

    religin del corazn, aun cuando ahora la veamos crecer Como Un frondoso? Los metodistas son en todas partes laboriosos y aho por consiguiente, aumenta su riqueza en bienes materiales. Por lo mo, crece en ellos la soberbia, la pasin, todos los antojos de la del mundo, el orgullo de vivir. Subsiste la forma de la religin, espritu se va secando paulatinamente. No habr algn camino impida esta continuada decadencia de la pura religiosidad? No mos impedir a la gente que sea laboriosa y ahorrativa. Tenemos advertir a todos los cristianos que estn en la obligacin y el ganar cuanto puedan y de ahorrar lo que puedan; es decir, que deben enriquecerse". (Sigue a esto la advertencia de que "deben

    "UlR';

  • LA TICA PROFESIONAL DEL PROTESTANTISMO ASCTICO

    trabajadores y artesanos, slo obedece a Dios cuando se mantiene pobreza;lOl esta afirmacin haba sido "secularizada" por los (Pieter de la Cour y otros) en el sentido de que los hombres slo

    243 bajan cuando la necesidad les impulsa a hacerlo, y la formulacin este leitmotiv de la economa capitalista es lo que condujo, ms construir la teora de la "productividad" de los salarios bajos. Una ms, el utilitarismo se fue imponiendo insensiblemente a medida se iba secando la raz religiosa (confirmndose de nuevo el que hemos trazado de este desarrollo, y que conviene no olvidar). tica medieval no slo haba tolerado la mendicidad, sino que llegado a glorificarla en las rdenes mendicantes; y los mendigos s res haban llegado a constituir una "clase" y ser valorados en esa dad, por cuanto que daban al rico ocasin de realizar buenas obras al limosnas. Y todava estuvo harto cercana a esta actitud la tica ~UI;Iai

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    LA TICA PROFESIONAL DEL PROTESTANTISMO ASCTICO

    caderes coloniales) los impulsos individuales de lucro racional y conseguido gracias a la propia capacidad e iniciativa, que de decisivo contribuyeron al florecimiento de las industrias creadas ' apoyo (o a pesar del apoyo, o incluso en contra suya) del poder mientras que las industrias monopolizadas privilegiadas por el desaparecieron nuevamente en Inglaterra. lo6 Los puritanos (n-'lrn .. 6:F,' Parker*) rechazaban todo contacto con los "cortesanos y p de estilo grancapitalista (a los que consideraban como una clase ticamente recusable), sintindose orgullosos de la superioridad propia moral burguesa mercantil: y esto precisamente constitua I! la dadera razn de las persecuciones de que fueron objeto por aquellos elementos: Defoe se propona ganar la batalla contra el boicoteando sus bancos y retirando depsitos. La oposicin de lOs4o'i tipos de comportamiento capitalista guard relacin estrechsima cti( la oposicin de idearios religiosos. Los adversarios de los no confo~ mistas se burlaron siempre del spirit oj shopkeepers que a su juicior~ presentaban stos, y los persiguieron corno corruptores de los antiguo~ ideales ingleses. Aqu tambin tena sus races la oposicin de1et~ econmico puritano contra el ethos judo, y los contemporneos como' Prynne saban que no el ltimo, sino el primero, constitua el autnti~~' ethos econmico burgus.]107 /~~~

    Tratbamos de demostrar que el espritu del ascetismo cristiafuji' fue quien engendr uno de los elementos constitutivos del [modern~l espritu capitalista, y no slo de ste, sino de la misma civilizacin mt derna: la racionalizacin de la conduccin de vida (Lebensj}rung)soo/ bre la base de la idea profesional. Lase una vez ms el tratado'de.

    ,)\ -

    Franklin citado al comienzo de este trabajo y se ver que los element~s esenciales de esa mentalidad que llamarnos "espritu del capitaliswt

    'i'~' 106 [Cf sobre estos contrastes y desarrollos el libro antes citado de H. Levy. Histrica:

    mente, la actitud de la opinin pblica inglesa, marcadamente contraria a todo monoPQ; Iio, debe su origen a la unin de las luchas polticas contra la corona -el Parlame~t9 Largo excluy de su seno a los monopolistas- por los motivos ticos del puritanism~y los intereses econmicos de! pequeo y medio capitalismo burgus surgidos contra 10$' ' magnates de las finanzas en e! siglo XVII. La Declaration of the Army de 2 de agosto ~ 1652 Y [a petition de [os Leveller de 28 de enero de 1853 exigan, adems de la supresin de arbitrios, aduanas, impuestos indirectos y [a creacin de una single tax sobre [os t!sta.~ tes (patrimonios), esto sobre todo: free trade, es decir, la supresin de toda limi~i6!\ por los monopolios de [a industria (trade) en el interior y en el exterior, consideradq como una violacin de los derechos de! hombre. Algo semejante haba dicho la granre'~ presentacin".]

    l07 [Cf sobre esto H. Levy, Oek. Liberal, pp. 51 ss.]

    LA RELACIN ENTRE LA ASCESIS y EL ESPRITU CAPITALISTA

    . stamente los mismos que acabarnos de reconocer como conteni-sond)lll ascesis profesional puritana,108 aun sin la raz religiosa ya exis-do e a

    > en Franklin. / / tent~ decir verdad, la idea de que el trabajo profesional moderno posee "," ter asctico no es nueva. Es lo mismo que quiso ensearnos Goethe carac f d .. d 'l'd 1 "w ,~de las cimas de su pro un o conOCImIento e a VI a, en os an-d(,~. hren"* Y en la conclusin del Fausto,109 a saber: que la limitacin al 'd"ra ' " y b '0 profesional, con la consiguiente renuncia a la universalidad

    , ttll aJ ~ h d' ., d 1 b l' 1 d ',' f' stica de lo umano, es una con IClon e o rar va lOSO en e mun o ,u. 1 Y que por tanto, la "accin" y la "renuncia" se condicionan reC-. acWa , '

    , rocamente de modo inexorable; y esto no es otra cosa que el motivo P;1dicalrnente asctico del estilo vital del burgus (supuesto que, efecti-~amente, constituya un estilo y no la negacin de todo estilo de vida). Con esto expresaba Goethe su despedida, su renuncia a un periodo de

    ; hurnandad integral y bella que ya no volver a darse en la historia, del mismo modo que no ha vuelto a darse otra poca de florecimiento ate-niense clsico. El puritano quiso ser un hombre profesional; nosotros tenemos que serlo tambin,* pues desde el momento en que el ascetis-mo abandon las celdas monsticas para instalarse en la vida profesio-

    y dominar la eticidad intramundana,* contribuy en lo que pudo a construir el grandioso cosmos de orden econmico moderno que, vin-culado a las condiciones tcnicas y econmicas de la produccin mec-nico-maquinista, determina hoy con fuerza irresistible el estilo vital de

    . 108 Corresponde demostrar en otro lugar que tambin son de origen puritano los ele-mentos cuya raigambre religiosa no hemos estudiado todava, singularmente el principio: honesty s the best policy (en las discusiones de FrankIn sobre e[ crdito). [Vase e! ar-tculo siguiente.* Aqu me limitar a reproducir una nota de J. A. Rowntree, Quakerism, Post and Present (Pasado y presente del cuaquerismo), pp. 95-96, sobre la que me ha lla-ilado la atencin Ed. Bernstein: "lt is merely coincidence, or is it a consequence, that tbe lofty profession of spiritualy made by the Friends has gone hand in hand with shrewdness and tact in the transaction of mundane affairs? Real piety favours the suc-cess of a trader by insuring his integrity, and fostering habits of prudence and fore-tllOught: important iteIls in obtaining that standing and credit in the commercial wodd which are requisite for the steady accumu[ation of wealth" (vase el artculo si-gUiente). En el siglo XVII decir "honrado como un hugonote" era tan corriente como hablar de la probidad de los holandeses, que maravillaba a sir W Temple, y, un siglo ms tarde, de los ingleses, comparados con los continentales, no educados en esta escuela de moralidad.] .. ,109 [Muy bien analizado en el Goethe de Bielschowsky, voL I1, cap. 18. Tambin Win-

    tiene una idea anloga sobre la evolucin del cosmos cientfico al final de su I11tezeit der deutchen Philosophie (La poca de florecimiento de la filosofa alemana) (voL 11 de su Historia de la filosofa moderna).]

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    LA TICA PROFESIONAL DEL PROTESTANTISMO ASCTICO

    cuantos individuos nacen en l (no slo de los que en l tivamente), y de seguro lo seguir determinando durante tiempo ms. A juicio de Baxter, la preocupacin por la riqueza no 11 pesar sobre los hombros de sus santos ms que como "un que en cualquier momento se puede arrojar al suelo".110 Pero la hizo que el manto se trocase en un caparazn duro como el Stahlhartes Gehiiuse).* El ascetismo se propuso transformar el y quiso realizarse en el mundo; no es extrao, pues, que las de este mundo alcanzasen un poder creciente y, en ltimo irresistible sobre los hombres como nunca se haba conocido historia. El caparazn (Gehiiuse) ha quedado vaco de espritu, sabe si definitivamente. En todo caso, el capitalismo victorioso ces ita ya de este apoyo religioso, puesto que descansa en mecnicos. Tambin parece haber muerto definitivamente la mentalidad de la riente sucesora del puritanismo, la idea del "deber profesional" ronda por nuestra vida como un de ideas religiosas ya pasadas. El individuo renuncia a cumplimiento del deber profesional cuando no puede ponerlo cin directa con ciertos valores espirituales supremos o inversa, lo siente subjetivamente como simple coaccin En el pas donde tuvo mayor arraigo, los Estados Unidos de el afn de lucro, ya hoy exento de su sentido tico-religioso, a asociarse con pasiones puramente agonales, que muy a le dan un carcter en todo semejante al de un deporte. lll Nadie. quin ocupar en el futuro ese caparazn (Gehiiuse), y si al este monstruoso desarrollo surgirn nuevos profetas y se asistir pujante renacimiento de 11 antiguasideas e ideales, o si, por el rio, lo envolver todo una ola de petrificacin [mecanizada]* convulsa lucha de todos contra todos. En este caso, los "ltimos bres" de esta fase de la civilizacin podrn aplicarse esta frase: cialistas sin espritu, gozadores sin corazn: estas nulidades se

    110 Saint's Everlasting Rest, cap. XII III "No podra retirarse a la vida privada un viejo con sus 75 000 dlares

    ahora todava hay que alargar la fachada del almacn 400 pies. Por qu? everything, pensar. Por la tarde, mientras la mujer y las hijas leen en comn, pensando en ir a la cama; el domingo, mirar el reloj cada cinco minutos, acabe el da; qu existencia tan absurda!", as expresaba su juicio sobre los dry-good-man de una ciudad de Ohio el yerno de uno de ellos (emigrado de juicio que "al viejo" hubiera resultado completamente incomprensible y deiffio,strat la falta de energa alemana.

    LA RELACIN ENTRE LA ASCESIS y EL ESPRITU CAPITALISTA

    haber ascendido a una nueva fase de la humanidad jams alcanzada ,~* * nnente.

    pero estamos invadiendo la esfera de los juicios de valor y de fe, que cargar esta exposicin puramente histrica. Y en lugar de va-

    todava queda materia importante por investigar. En primer lugar, mostrar el alcance que el racionalismo asctico posee para

    , . a poltico-social, es decir, para la organizacin y el funcionamien-etle de los grupos sociales desde el conventculo al Estado, ya que hasta

    slo parcialmente lo hemos expuesto. En segundo lugar, debera e su relacin con el racionalismo humanistall2 y sus ideales de

    e influencias culturales, y ulteriormente, con el desarrollo del em-filosfico y cientfico, con el desenvolvimiento tcnico y con

    bienes espirituales de la civilizacin. Por ltimo, valdra la pena se-su desarrollo histrico desde los atisbos medievales de un ascetis-

    intramundano hasta su disolucin en el utilitarismo, a travs de las esferas sobre las que actu la religiosidad asctica. Slo enton-

    podra mostrarse en toda su plenitud la medida del formidable al-cultural del protestantismo asctico en relacin con otros ele-

    plsticos de la cultura moderna. [Aqu hemos intentado poner de relieve los motivos fundamenta-

    del hecho y el modo de su actuacin en slo un punto, si bien im-Par lo mismo,] ahora debera investigarse 11 la manera como 250

    ascetismo protestante fue influenciado a su vez en su desarrollo y fundamentales por la totalidad de las condiciones cultu-

    y sociales, en especial por las econmicas, en cuyo seno naci. ll3 reconociendo que, en general, el hombre moderno, aun con su

    or voluntad, no es capaz de representarse toda la efectiva magnitud influjo que las ideas religiosas han tenido sobre el modo de conduc-

    de vida (Lebensfhrung), la civilizacin y el carcter nacional, intencin no es tampoco sustituir una interpretacin causal

    _. 112 [Esta afirmacin (que no hemos variado lo ms mnimo) hubiera podido mostrar a Brentano (loe. cit.) que yo nunca he puesto en duda su significacin autnoma. Borinsky

    insistido recientemente en sealar que tampoco el humanismo era puro "racionalis-mo". (Publicaciones de la Academia de Ciencias de Munich, 1919.)]

    11l [El discurso acadmico de Van Below no se ocupa de este problema sino de la Re-en general y, particularmente, de Lutero: Die Ursachen der Reformation (Las cau-

    de la Reforma), Friburgo, 1916. Podemos tambin referirnos al escrito de Hermelink: "i.rn""n.TWn und Gegenreformation (Reforma y Contrarreforma), que, aun tratando pre-~erent,em,ent:e problemas distintos del nuestro, resulta interesante para conocer las con-

    en torno al tema tratado por nosotros.]

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  • LA TICA PRO.FESIONAL DEL PROTESTANTISMO ASCTICO

    unilateralmente "materialista" de la cultura y de la historia por terpretacin contraria de causalismo espiritualista igualmente

    251 ral. Ambas interpretaciones son igualmente posibles, 114 II pero como bajo preliminar; si, por el contrario, pretenden ser la conclusin investigacin, entonces ambas sirven muy poco a la verdad

    ;~'~4; "4 P_ues ~uestr~ descripcin ~lo ha :enido e~ cuenta. aquellas relaciones en las q~r,

    cabe senalar mequ~vocament.e :a mfluenCIa d~ las Ide:s rehglOsas. s~bre la vida "materia!;;' d: la cultura. Huble~a SIdo facJI pasar de aqUl a un,~ constr.uc.cl~~ formal que dedUjes~ .. loglcamente del raclOnahsmo protestante todo lo caractenstJco de la civilizacin mol . derna. Pero esto lo dejamos para ese tipo de diletantes que creen en la "unicidad" de'; "psique social" y su posibilidad de reducirla a una frmula. Observemos nicamenteci~~( desde luego, el periodo de desarrollo capitalista inmediatamente anterior al momento en' que nosotros la tomamos, estaba condicionado por influencias cristianas, tanto PropuL~' soras cuanto regresivas. En un captulo posterior se estudiarn sus modalidades. TampliT co parece seguro que dispongamos ya de margen para discutir ninguno de los proble~ bosquejados anteriormente, dado el carcter de esta revista. No soy aficionado a escribi; libros demasiado compactos, en los que se hace inevitable, como en ste, recurrir de con1

    * tinuo a trabajos ajenos (teolgicos e histricos).* [Cf sobre la tensin entre el ideal' de vida y la realidad en el periodo de "capitalismo incipiente" anterior a la Reforma, Strieded Studien zur Geschichte der kapitalist. Organisationsformen (Estudios sobre la historia de las formas de organizacin capitalista), ~9~4, libro II (tambin contra el escrito antes ti: tado de Keller, que ya fue utilizado por Sombart).] 'q

    ll5 [Yo encuentro que esta proposicin y todas las observaciones y notas precedentes hubieran podido bastar para evitar todo equvoco acerca de las pretensiones de este traba" jo y no veo motivo para aadirle nada nuevo. Haba pensado en un principio continuar inmediatamente el tema, con arreglo al programa antes bosquejado, pero despus me he decidido a escribir los resultados de estudios comparativos sobre las conexiones histri-co-universales entre sociedad y religin; me ha movido a ello particularmente la apari-cin del libro de E. Troeltsch sobre las doctrinas sociales de las iglesias cristianas (que resuelve muchas cuestiones discutidas por m de un modo que yo, que no soy telogo, no poda hacer) y, por otra parte, el deseo de sacar de su aislamiento estas investigaciones,

    * integrndolas dentro de la totalidad orgnica del desarrollo cultural.* Todo eso va en vo-* lumen aparte.* Las precede un artculo de circunstancias para explicar el concepto de * "secta"* que hemos empleado anteriormente y para explicar, al propio tiempo, el alcance

    de la concepcin puritana de la Iglesia para la formacin del espritu capitalista de la moe dernidad.]

    Notas crticas

    Cabe sealar aqu que la diferencia inicial entre la versin de 190411905 y la versin revisada de 1920 aparece desde el ttulo mismo, pues mientras que en el artculo de 1904 Weber entrecomill la palabra "Geist" (espritu), ya para 1920 suprimi las comillas, razn por la cual ni las traducciones caste-llanas hasta antes de 2001, ni la de Parsons al ingls llevaban entrecomilla-da en el ttulo dicha palabra. La razn ms frecuentemente aducida para explicar tal cambio toma en cuenta que en 1904 todava estaba fresca la publicacin de los dos volmenes de Wemer Sombart sobre el capitalismo, donde por primera vez se us en 1902 la expresin del kapitalistischer Geist, mientras que para 1920 Weber consideraba que tal trmino haba sido modificado de tal manera en su apropiacin del mismo, que ya no requera seguir usndolo como si fuera una especie de neologismo ajeno. La otra explicacin, complementaria y no excluyente de la primera, es que la difusin del trmino, a raz de la polmica que suscit la primera versin de los ensayos de Weber, y en la cual se enfrascaron Fischer, Rachfahl, Troeltsch, Brentano, Sombart, Scheler, Weber mismo y algunos ms, haba consagrado el uso de ese trmino, identificado para 1920 ms con la obra de Weber que con la de Sombart, quien adems ya le haba dado en obras de 1913 y 1916 connotaciones muy diferentes a la expresin original y a la manera en que Weber lo haba caracterizado y delimitado. La tercera expli-cacin es la sugerida por quien estaba a cargo de la futura edicin crtica de La tica protestante en Alemania: segn Hartmut Lehmann, la rudeza de la polmica generada por la primera versin de los ensayos acab por endure-cer a \Veber, y as lo que en 1904 haba ofrecido como una hiptesis con el formato de un interesante experimento, para 1920 se presentaba en trmi-nos de una verdad consagrada, apoyada en tres gruesos volmenes de ensa-yos sobre sociologa de la religin, que ya no admita mayor objecin, lo

  • . - ~,

    1. Las sectas protestantes y el espritu del capitalismo l

    DESDE TIEMPO antiguo existe en los Estados Unidos el principio de "se-. aracin entre Estado e Iglesia". Tan estrictamente se observa que ni ~iquiera hay una estadstica oficial de confesiones, ya que sera violar la ley que el Est

  • ANEXOS

    Pero es que, adems, la pertenencia a una comunidad eclesial signifi ba all cargas mucho ms altas, en particular para la gente de re Ca,

    .CUrso escasos, que entre nosotros. Lo demuestran presupuestos famj.s. , . . '''hlares dados ~ la luz pubhc~, y yo, personal~ente, tuve conocimiento de Hn-comumdad en una cmdad del lago Ene, compuesta casi exclusivam iI d 1 - d 1 .. d . l.c. . '1 ente e ena ores a emanes InmIgra os y sln ca lucaclOn, en a que l,s '

    q aona_ Clones regulares para fines eclesiales llegaban casi a 80 dlares cu d ' an o el salario promedio de un trabajador era de alrededor de 1000 dlar

    1 l b '1 - f ., d es anua es; como cua qUlera sa e, so o una pequena raccIon e esta C' , . . -arga habna tenIdo entre nosotros como consecuenCIa la desercin TY> . ",aSlva de la Iglesia. Independientemente de esto, nadie que visitara el pas hace 15 o 20 aos, antes de que comenzara la ltima fase de europeizaci de los Estados Unidos, poda dejar de observar la eclesialidad, todav~ entonces muy intensa, que reinaba en todos los territorios que no est-ban recin inundados por inmigrantes europeos. 4 Esta eclesialidad era . antes todava mucho ms fuerte y comnmente admitida que en los ltimos decenios, como cualquier libro de viaje antiguo atestigua. LO que a nosotros nos interesa aqu sobre todo es solamente una dimen_ sin de este hecho. Incluso en Brooklyn, ciudad hermana de Nueva York, pero que hasta hace poco conservaba de modo notablemente ms fuerte las viejas tradiciones, pero sobre todo en otros lugares menos expuestos a la influencia de la inmigracin, sola enfrentar siempre los hombres de negocios que se instalaban en ellas, todava hace menos de una generacin, que al comenzar una relacin comercial se le pre-guntara como ocasionalmente, pero evidentemente no por casualidad: "To what church do you belong?" De un modo semejante, en una table d'h8te escocesa tpica, los domingos amenazaba casi siempre al continen-tal, todava hace un cuarto de siglo, la pregunta de una seora: "What service did you attend to day?"5 Una observacin ms detallada conven-cera fcilmente de que, mientras la administracin norteamericana en

    tes tomos de la American Church History Series, que, por supuesto, es un documento de muy desigual valor.

    4 Por supuesto que comenzar no solamente toda sesin de la Suprema Corte, sino tambin toda "convencin" de partido con una oracin, hace tiempo que se ha convertido en una tediosa formalidad.

    5 0, si por casualidad uno se sienta, por ser el husped ms antiguo, a la cabecera de la mesa, el ruego del camarero al encargarle la sopa: "Sir, the prayer, please". A la pregunta tpica mencionada en el texto, no se me ocurri contestar, en un esplndido domingo en Portree (Skye), sino que "soy miembro de la iglesia estatal de Baden y no he podido en-contrar una iglesia en Portree", lo que la dama acept de buena fe ("Oh, he doesn't attend any service except of his own denomination").

    LAS SECTAS PROTESTANTES Y EL ESPRITU DEL CAPITALISMO

    to tal nunca preguntaba por la pertenencia religiosa, segn hemos c~a~o en las relaciones sociales privadas y las relaciones comerciales que ~c l~aban duracin y otorgamiento de crdito, puede decirse casi que se unp untaba siempre. Por qu? Una serie de pequeas observaciones pr~~onales (1904) puede quizs ayudar a hacerse una idea de ello. pe, El autor de estas lneas hizo un largo viaje por antiguo territorio . dio en el mismo departamento que un viajante de comercio en under-~:kers hardware (inscripciones de hierro para sepulturas); como le

    cionara ocasionalmente el hecho de la todava chocantemente fuer-O1e~c-lesialdad, hizo ste la siguiente observacin: "Seor, por m puede te ~ . cada cual creer o no creer lo que mejor le parezca: pero cuando yo veo un granjero o un comerciante que no pertenecen a ninguna Iglesia, ese hombre no vale para m medio dlar. Qu puede moverlo a que me pa-gue, si no cree en nada? (Why pay me, ifhe does'nt believe in anything?)': Esto es, en todo caso, una motivacin algo vaga. Lo que quiero mostrar se desprende de algo ms claramente del relato de un otorrinolaring-logo de origen alemn, que se haba establecido en una gran ciudad de Ohio y contaba la visita de su primer paciente. Tras haberse recostado, a peticin del mdico, en el sof, para ser explorado con el rinoscopia, se incorpor para hacer notar con dignidad e insistencia: "Seor, soy m.iembr; de la Iglesia baptista tal en la calle tal". Perplejo sobre lo que este hecho podra tener que ver con las enfermedades de la nariz y su tratamiento, pregunt el mdico sobre el incidente a un colega norte-americano conocido suyo, que, riendo, le inform: "Eso slo significa: no tenga usted cuidado por los honorarios". Pero, por qu significaba justamente esto? Un tercer suceso quizs contribuya a aclarrnoslo.

    En una hermosa y clara tarde de domingo de principios de octubre, asist con algunos parientes (granjeros en Buschwald, a unas millas de M., capital de un condado en Carolina del Norte) a un bautizo baptista en un estanque que atravesaba un arroyo que descenda de las Blue Rid-ge Mountains, visibles a lo lejos. Haca fro, y la noche anterior incluso haba helado. Alrededor, en las faldas de las colinas, haba numerosas familias campesinas, venidas de las cercanas en sus ligeras calesas de dos ruedas y, tambin, en parte, de ms lejos. En el estanque estaba, vestido de negro y sumergido hasta la cintura, el predicador. Tras pre-parativos varios, fueron entrando en el estanque, una tras otra, unas 10 personas de uno y otro sexo con vestidos de etiqueta, se comprometie-ron a guardar la fe, se sumergieron luego, las mujeres del brazo del predi-cador, completamente bajo el agua, emergieron resoplando, salieron ti-ritando, con las ropas empapadas, del estanque, fueron "felicitados" por

  • ANEXOS

    todas partes y, enseguida, envueltos en gruesas mantas y llevados a cat. sa.6 Estaba conmigo un pariente que, aconfesional segn la tradici .".

    011 . alemana, contemplaba con desprecio y socarronera la ceremonia/f.:;'::. coment al ver bautizarse a uno de los jvenes: "Look at him -1 tOII;;~ you so!" Cuando le pregunt (tras acabarse la ceremonia) por qU;li:! haba adivinado, contest: "Porque quiere abrir un banco en M." "'B .;;;

    ay tantos baptistas en el entorno como para vivir de ello?" "De ningmf.' modo, pero una vez bautizado tendr por cliente a toda la comarca,.,y los otros no podrn hacerle competencia." A las preguntas de por qu"s y cmo, respondi que la recepcin en la comunidad baptista loc~; todava estrictamente anclada en la tradicin religiosa, slo tena lugar tras un riguroso "periodo de prueba" y tras detalladas pesquisas, qu~ alcanzaban hasta la primera infancia, sobre su vida (disorderly conduct? Frecuentacin de tabernas? Bailes? Teatros? Juego de cartas? Pag~ impuntual de deudas? Otras ligerezas?), valiendo como garanta absol luta de las cualidades ticas de un gentleman, sobre todo de las cualida~ des comerciales, hasta tal punto que el bautizado tena seguros los de-psitos de toda la comarca, y crdito sin lmites y sin competencia. Es un "hombre hecho". Por otras observaciones vino a resultar que stos o parecidos fenmenos se repetan de modo muy semejante en las zonas ms distintas. Llegaban lejos en los negocios aquellos (y, por lo general, slo aquellos) que pertenecan a sectas metodistas, o baptistas o de otra denominacin, o a conventculos sectarios. Si el miembro de una secta se mudaba a otro lugar, o era viajante de comercio, llevaba consigo el certificado de su comunidad y tena, gracias a l, no slo acceso a los compaeros de secta, sino, sobre todo, crdito ante todo el mundo. Si se vea en dificultades econmicas de las que no fuera culpable, la sect~ arreglaba sus asuntos, aseguraba a los acreedores y lo ayudaba de todos los modos posibles, incluso muchas veces segn el principio bblico de mutuum date nihil inde sperantes. Pero lo decisivo, en ltimo trmino, para sus oportunidades no era la esperanza de los acreedores de que l~ secta, por conservar su prestigio, no iba a dejar que salieran perjudica~ dos, sino el hecho de que en una secta con una cierta reputacin slo era admitido aquel cuyo modo de 'Vida le haca aparecer como calificado ticamente sin ningn gnero de dudas. Y, por consiguiente, que la per-tenencia a una secta significaba Ca diferencia de la pertenencia a una

    6 "Paith" es un medio infalible contra los resfriados, coment un pariente. 7 Le grit a un bautizado: "Eh, Billy!, estaba fresca el agua?", y ste le contest muy

    serio; "Jeff, pens en un sitio muy caliente [el infierno] y no me import el fro del agua".

    LAS SECTAS PROTESTANTES Y EL ESPRITU DEL CAPITALISMO

    "Iglesia", en la que "se nace" y que reparte su gracia sobre justos e injus-os) un certificado de calificacin tica, en particular comercial, para la

    t ersona. Pues una "Iglesia" es una institucin que administra como una ~!Udacin la gracia y los bienes religiosos de salvacin, la pertenencia a la cual (idealmente!) es obligatoria y que, por ello, no prueba nada so-bre las cualidades de sus miembros, mientras que una secta, por el con-trario, es una asociacin voluntaria exclusiva de los calificados (ideal-mente) en una tica religiosa, en la que se entra de modo voluntario cuando se es admitido, tambin de modo voluntario, en virtud de unas pruebas religiosas.8 La exclusin de la secta por quebrantar su tica sig-nifica la prdida del crdito y el desclasamiento social. Muchas observa-ciones en el curso de los meses siguientes confirmaron no slo la im-

    . portancia todava entonces grande, aunque decayendo a ojos vistas, de la eclesialidad como taI,9 sino tambin ese rasgo suyo especialmente im-portante. El tipo de confesin religiosa era en estas fechas completamen-te indiferente. !O Lo mismo daba la masonerall que la Christian Science,

    , Es un hecho obvio que la competencia de las sectas por la pesca de almas -fuertemen-t~ condicionada por los intereses materiales de los predicadores- iba muchas veces contra esta seleccin, precisamente en los Estados Unidos. Por ello fue frecuente que las denomi-nadones en competencia formaran crteles para su limitacin (excluyendo, por ejemplo, el matrimonio fcil de los separados sin motivo religioso suficiente, que era un importante motivo de atraccin). Al parecer, algunas comunidades baptistas fueron a veces laxas en esta materia, en oposicin al exacto rigor que se atribuye tanto a la Iglesia catlica como a la lute-rana (en Missouri), lo cual, segn se dice, disminuy el nmero de sus miembros.

    9 En ciudades grandes me contaron (espontneamente) de varios casos de especula-dures de suelo urbano que solan construir en primer lugar una iglesia (casi siempre mo-destsima), luego contratar a un licenciado en uno de los diversos seminarios teolgicos con un sueldo de 500 o 600 dlares, ponindolo ante la perspectiva de un brillante porve-nir como predicador en caso de que reuniera en torno a s una comunidad y poblara con su predicacin los solares. Se me mostraron iglesias derru'idas tras los fracasos, pero por lo general solan tener xito, pues a los colonos les era imprescindible relaciones vecina-les, escuelas dominicales, etc., y, ante todo, relaciones con vecinos "ticamente" de fiar.

    lO Las sectas suelen mantener relaciones francamente buenas entre s, a pesar de la fuerte competencia que se hacen. La competencia se extiende al tipo de servicios mate-riales y espirituales en los oficios, y en las iglesias distinguidas incluso a los servicios de canto (un tenor de la Trinity Church deca que por cantar slo los domingos reciba 8000 dlares). As, en el servicio divino de la Iglesia metodista, al que asist, se aludi al bautis-mo baptista de la maana como espectculo edificante para todos. Normalmente, las co-munidades rechazaban de plano las "doctrinas divisorias" y la dogmtica en general, per-mitiendo solamente la tica. En los casos en que escuch sermones destinados a la clase media, esta tica era la tpica moral burguesa de la respetabilidad y la diligencia expuesta del modo ms pedestre y de andar por casa, pero con perceptible conviccin interior.

    11 Un assistant de lenguas semticas en una universidad del Este me dijo que lamenta-

  • ANEXOS

    que adventismo, cuqueros, o lo que fuera. Con que se diera lo VP d .\ ramente importante, la admisin por baIlat tras un examen y un~r ade; ba tica en el sentido de las virtudes que premiaba la ascesis intr/rue;,. dana del protestantismo, es decir, la viejO a tradicin puritana el res m1 un:'.,. . . ". ' ., - U,tad". era SIempre el mIsmo. Un examen mas detemdo revelaba los Conti ., g

    d ' . d" 1 nuos progresos e ese caractenstIco proceso e secu arizacin" al que suL cumben por todas partes en la edad moderna esos fenmenos nacid de las .concepciones religiosas. As, no slo ya asociaciones relig~s~S es deClr, sectas, desencadenaban esta serie de efectos. Antes bien, lo h .~ can cada vez en menor proporcin. Todava hace 15 aos se ad" ~' .. . .. . " ,(~rta Slll mucho esfuerzo que en la clase medIa norteamericana (siem .. fuera de las metrpolis completamente modernas y de los centrot~ inmigracin) muchos hombres llevaban en la solapa una pequea, in.~ signia, de diversos colores, parecida, ms que a otra cosa, a una roseta de la Legin de Honor. Si se preguntaba por ello, la respuesta mencio. naba normalmente una asociacin, a veces con un nombre fantstico aventurero. Como sentido y finalidad resultaba casi siempre que tend, adems de ofrecer otras muy varias prestaciones, pero tambin muy frecuentemente, sobre todo en los territorios menos afectados por la desintegracin moderna, daba al miembro el derecho (moral) al soco-rro fraterno de todo compaero de asociacin en situacin de hacerlo en caso de riesgo econmico inmerecido y, en muchos casos que llega-ron a mi conocimiento en aquel tiempo, precisamente segn el prind~ pio mutuum date nihil inde sperantes, o al menos a una tasa de inters muy baja. Derecho que, al parecer, era correspondido de buen grado por los otros miembros. Pero adems -y esto era lo principal- la condi-cin de miembro se basaba otra vez aqu en una eleccin realizada tras una previa investigacin y comprobacin de la condicin tica. As pues, la roseta en el ojal significaba: "soy un gentleman confirmado tras investigacin y comprobacin y con la garanta de mi condicin de miembro" -sobre todo en el sentido mercantil de ser comprobada-mente digno de crdito-o Tambin aqu poda constatarse que las opor-tunidades de hacer negocios estaban condicionadas muchas veces de modo decisivo por esta legitimacin.

    Todos estos fenmenos, que parecan encontrarse en una decaden-

    ba no haber llegado a "maestre", pues en ese caso se hubiera dedicado a los negocios. Pre-guntndole yo de qu le hubiera servido aquel grado, me contest que si un viajante de comercio o un vendedor se identificaba como tal, era notorio que bata a la competencia

    y vala su peso en oro.

    LAS SECTAS PROTESTANTES Y EL ESPRITU DEL CAPITALISMO

    . rpida -por lo menos los religiosos-,12 se limitaban esencial-oa mUy 1 h' 1 ,. d . e a la clase media burguesa. En concreto, eran e ve ICU o tlpICO e mene so al crculo del empresariado burgus medio, as como de la ex-asce~, 1 Y el mantenimiento del ethos empresarial capitalista burgus Pans101 , ., .

    1 'nterior del amplio CIrculo de este estamento medIO burgues (lll-en e I --, idos los (armers). Es bien sabido que no pocos (en realidad, la mayo-

    c;u la g~neracin ms vieja) de los promoters, captains of industry, ~ffi. .

    ltimillonarios e mcluso magnantes de los trusts norteamencanos r:Utenecan formalmente a sectas, en particular a la de los baptistas. Sin p"r argo es natural que muchas veces lo hicieran nicamente por mo-emD ' . "convencionales, como entre nosotros, a fin de obtener legItlma-

    uvo" .. , . ' 'n personal y SOCIal, pero no economIca. Pues, como ya ocurna en

    el 1" h b ,." . tiempoS de los puritanos, ta .es super om res econo~I~os. no nece.sI-taban de apoyo semejante, SIendo muchas veces su relIgIosIdad de sm-ceridad ms que dudosa. Era la clase media, y sobre todo las capas que ascendan desde ella o hasta ella, como en los siglos XVII Y XVIII, la por-tadora de aquella especfica orientacin religiosa a la que sera equivo-cado considerar como mero oportunismo.13 Pero de ningn modo debe pasarse por alto que sin esta expansin universal de las cualidades y principios de conduccin metdica de la vida, sostenidos por estas co-munidades religiosas, el capitalismo no sera lo que hoyes, ni siquiera en los Estados Unidos. No hay ninguna poca, en la historia de ningn mbito econmico de la tierra en la que hayan faltado figuras capitalis-tas del tipo de Pierpont Margan, Rockefeller, Jay Goulds, etc., con tal de que no estuviera estrictamente sometida al feudalismo o al patrimo-nialismo, habiendo cambiado slo (por supuesto!) los medios tcnicos de enriquecerse de que unos y otros se sirvieron. Estn, y estaban, "ms all dd bien y del mal"; pero, por muy alto que se considere su impor-tancia revolucionaria en otros aspectos de la economa, nunca han sido ellos los que han dado el impulso al espritu econmico dominante en

    IZ Muchos norteamericanos cultos negaban simplemente estos hechos, o los desprecia-ban como "impostura" o atraso con un cierto irritado desprecio. Segn me confirm Wi-Iliam James, muchos eran de verdad completamente desconocidos; sin embargo, estos res-tos continuaban vivos y activos, a veces en formas grotescas, en las ms diversas regiones.

    II En estos asuntos, la "hipocresa" y el oportunismo convencional no estaban all ni ms ni menos desarrollados que entre nosotros; a fin de cuentas, tambin aqu era algo imposible un oficial o un funcionario "sin confesin", y un alcalde berlins (ariO!) no fue confirmado en el cargo por no haber bautizado a un hijo suyo. Lo diferente era la orienta-cin en que se mova esta "hipocresa" tradicional: avance en la escala burocrtica aqu,

    oportunidades empresariales all.

  • ANEXOS

    una poca y en un lugar. Sobre todo, no han sido ellos los los portadores del "espritu" especficamente occidental burgus.

    En todo caso, no debemos detenernos ahora en la ,rr"-.,-.~.o_._ ltica y social ni de stas ni de las numerosas asociaciones y mejantes por su carcter exclusivo y por admitir a sus votacin. Comenzando por el boys' club en la escuela, pasando club de atletismo, o por la Greek Letter Society o por otro club diantil, del tipo que fuere, hasta llegar a uno de los numerosos de honoratioren de la gente de negocios y de la burguesa o, al club de, la. plutocracia .e,n las grandes ciudades; todava el yanqui co de la ultIma generaclon pasaba por la vida a travs de una estas sociedades exclusivas. Lograr el ingreso en ellas era lo lograr un billete para el ascenso social, sobre todo un certificado foro de su propia autoestima tras haber "pasado la prueba". Un diante que no encontraba acogida en un club o sociedad algn tipo era, por regla general, una especie de paria (he conocido sos de suicidio como consecuencia de la no admisin); un 1LC;~

  • ANEXOS

    ceso de secularizacin del papel (antiguamente mucho ms excluyen_ te), propio del prototipo de estas asociaciones voluntarias, la secta .. : precisamente en el solar patrio de los autnticos yanquis, los estadoY

    atlnticos del norte. Recordemos, en primer lugar que, en el seno deIs democracia norteamericana, el derecho de sufragio universal (para lo: blancos, pues los negros y mestizos ni siquiera hoy en da lo tienen de jacto), lo mismo que la "separacin entre Iglesia y Estado", Son logros de un pasado reciente que comienzan en esencia a implantarse a princi~ pios del siglo XIX; y que durante el periodo colonial, en los territorios centrales de Nueva Inglaterra, sobre todo en Massachusetts, los dere_ chos de plena ciudadana estatal tenan como presupuesto la plenaper~ tenencia a la comunidad eclesial (adems de algunas otras condiCiones), disponiendo sta sobre la admisin y la no admisin. 18 Por supuesto, dispona sobre ellas de acuerdo con la prueba de las cualidades religioc sas a lo largo de la vida, como todas las sectas puritanas en el sentido amplio de la palabra. Igualmente, en Pensilvania los cuqueros fueron seores del estado, hasta poco tiempo antes de la independencia, aun1 que no fueran formalmente los nicos ciudadanos de pleno derecho (sino gracias slo a considerables manipulaciones de los distritos elee, torales). La enorme importancia social de la admisin al pleno disfrute de los derechos de la congregacin, sobre todo a la comunin, actu en las sectas en el sentido de fomentar aquella tica asctica de la profe.

    18 La constitucin de la comunidad eclesial precedi en muchos casos a la de la socie' dad poltica (segn el famoso pacto de los padres peregrinos) cuando la emigracin hac~ Nueva Inglaterra. As, los inmigrantes de Dorchester de 1619 se constituyeron primera. mente en comunidad eclesial (antes de la emigracin), eligiendo pastor y maestro. En la colonia de Massachusetts la Iglesia era, formalmente, una corporacin totalmente autn;; ma, que slo admita como miembros a ciudadanos, constituyendo, a su vez, la perteneric cia a ella como requisito para obtener los derechos de ciudadana. Tambin en New Hav'en (antes de la incorporacin a Connecticut, lograda tras fuerte reSistencia) eran la perte-nencia a la Iglesia y la buena conducta (; admisin a la comunin) condiciones para los derechos de ciudadana. Por el contrario, en Connecticut (hacia 1650) la township estaba obligada al mantenimiento de la Iglesia (una cada en e! presbiterianismo desde los princi-pios estrictos del independentismo). Esto signific de inmediato una praxis algo ms laxa; tras la incorporacin de New Haven, la Iglesia se vio limitada a la extensin de certifica-dos sobre la intachabilidad religiosa de! interesado y la suficiencia de sus medios. Massa-chusetts hubo de prescindir ya desde e! siglo XVIII, como consecuencia de la incorpo-racin de Maine y New Hampshire, de! rigor estricto en la calificacin religiosa para la obtencin de los derechos de ciudadana. Y tambin se establecieron compromisos en la cuestin de la pertenencia a la Iglesia, el ms famoso de los cuales es el Halfway-Cove' nant de 1657. Se admiti tambin como miembros a quienes no podan demostrar su "nuevo nacimiento", pero no se les admiti a la comunin hasta comienzos del siglo XVJlL

    LAS SECTAS PROTESTANTES Y EL ESPRITU DEL CAPITALISMO

    . 'n apropiada para el moderno capitalismo en el periodo de su surgi-Sl~ r. ~ pues la religiosidad de las sectas ascticas ha actuado durante rnJen . . rios siglos y en todas partes, incluida Europa, precisamente del modo ~~rno se puso de manifiesto anteriormente a travs de mis experiencias :ersonales en los Estados Unidos. P pues si volvemos la vista a la prehistoria eclesial de estas sectas

    testantes19 encontraremos en sus documentos, sobre todo en los de ~o . ~uqueros Y baptistas, hasta bien entrado el siglo XVII (precisamente entonces) el regocijo por que los pecadores "hijos del mundo" descon-fan unos de otros en asuntos de negocios y, en cambio, confan en la honradez de los pos,20 condicionada por su religiosidad, siendo a stos , slo a stos a quienes otorgan crdito y dejan dinero en depsito y ~ornpran en sus tiendas porque slo en ellas se les sirve a precios fijos. Los baptistas, como es sabido, siempre se atribuyen el haber elevado esto ltimo a principio general.21 Es una idea extendida por el mundo

    19 Citaremos alguna bibliografa antigua poco conocida en Alemania. Un esquema de la historia de los baptistas se halla en Vedder, A Short History of the Babtists (2" ed., Lon-dres, 1897). Sobre Hanserd Knollys, Culross, H. Kn., vol. II de los Manuales baptistas, y en P Gould (Londres, 1891). Sobre la historia de los anabaptistas, E. B. Bax, Rise and Fall of the Anabaptists, Nueva York, 1902. Sobre Smyth, Henry M. Dexter, The True Story of John Swith, the Se-Baptist, as Told by Himself and his Contemporains, Bastan, 1881. Las publi-caciones ms importantes de la Sociedad Hanserd Knollys (impresas para la sociedad por J. Hadden, Casle Street, Finsbury, 1846-1854) han sido citadas ya. Ms documentacin oficial en The Baptist Church Manual por J. Newton Brown D. D., Filadelfia, American Baptist Pub. Soc .. S. 30 Arch Street. Sobre los cuqueros, adems de la obra ya citada de Sharpless, A. C. Applegarth, The Quakers in Pennsylvania. X Ser., vals. VIII y IX de los "Johns Hopkins University Studies in History and Political Science", G. Lorimer, Baptist in History, Nueva York, 1902; J. A. Seiss, Baptist System Examined (Lutheran Pub., S., 1902). Sobre Nueva Inglaterra (adems de Doyle), las Massachusetts Historical Collec-tons, y, adems, Weeden, Economic and Social History of New England 1620-1789 (2 to-mos); Daniel W Howe. The Puritan Republic (Indianoipolis, Bowen Merryl Cy., Pub!.). Sobre el desarrollo de la idea de covenant ("pacto") en el antiguo presbiterianismo, su disciplina eclesistica y su relacin con la Iglesia oficial, por una parte, y con los congrega-cionalistas y sectarios, por otra, Burrage, The Church Covenant Idea, 1904; del mismo, The EarliFr English Dissenters, 1912, y tambin W M. Macphail. The Presbyterian Church, 1918; J. Brown, The English Puritans, 1910. Documentos importantes en Usher, The Pres-byterian Movement 1584-1589, Como Soc., 1905. Aqu ofrecemos tan slo una lista suma-mente provisional de lo esencial para nuestra exposicin.

    20 Tan absolutamente de sentido comn resultaba esto en e! siglo XVII que, como men-cionamos antes, Buyan (Pilgrims Progress, Tauschnitz Ed., p. 114) hace argumentar a Mr. "Money-Love" que se debe hacer uno piadoso para hacerse rico, en particular para aumentar la clientela, siendo indiferente la causa por la que uno se ha hecho piadoso.

    21 Adems de ellos tambin los cuqueros, como demuestra este pasaje, que lleg a mi conocimiento gracias al seor E. Bernstein: "But it was not only in matters which related

    333

  • ANEXOS

    entero la.de que los dios~s b:ndicen con riquezas a aquellos qUe gratos, bIen por los sacnficIOs que les ofrecen, bien por la que conducen sus vidas. Pero slo en estas sectas protestantes ( . 1 no

    SIvamente en e las, pero slo en ellas con esta continuidad cu~rr.cia) se ~one esta idea en relacin consciente con e! tipo de y relIgIOsa, gUIada por el principio de! capitalismo temprano de ne t . th b t l' "22 N '1 ' . qUe s y IS e es po ICy . o so o esta etlca, de la que hablamos talle en el captulo anterior, sino tambin, y sobre todo, los soc~ale~ y los medio~ de disciplina, as como, en general, toda la base ganlzatlva del sectansmo, con todas sus consecuencias, se rp"rrr';._. los inicios de la configuracin asctica de las sectas. Las

    leHllnI~;Cel1J~ia~' que se encuentran en los Estados Unidos de hoy son los derivado, una organizacin eclesial de la reglamentacin de la vida que Os ~". . ~~

    tIempo tuvo profundas consecuencias. Pongmonos en claro e b ,. b ' nUna

    reve panoramIca, so re su naturaleza y sobre e! modo y la direcci" como actuaba. n

    . La prin:er~ ~ez que aparece claramente en e! interior del protestan_" tIsmo e! pnnclpIo de una believers church, es decir, de una comunidad del pueblo verdaderamente santo, estrictamente limitada a los "verda~

    to the law of the land where the primitive members held their words and engag dT~ . ~~

    sacre. lS traIt was remarked to be true of them in their concerns in trade. On their first appearance as a Society they suffered as tradesmen, because others, displeased with t~e pecuhanty of thelr manners, withdrew their custom from their shops. But in a little tIme the great outcry against them was, that they got the trade of the country into th ' hands, This outcry arase in part from a strict exemtion of all commercial agreeme:~ between them and other, and beca use they never asked two prices 'or the commoditie th

    Id" ["P f '1 J' s ey so. ero no ue so o en asuntos relativos a la ley del pas donde los primitivos miem-bros mantuvIeron sus palabras y sus compromisos como si fueran sagrados Ta b" 1 h' . . m len o lCler~n, segn se hizo notable, cuando se ocuparon del comercio. Cuando aparecieron

    por prImera vez. como Sociedad, padecieron como comerciantes, porque otros, disgusta-dos por la peculIandad de sus modales, retiraron la parroquia de sus tiendas. Pero en poco tIempo, la .~ran queja contra ellos era que tenan el comercio de! pas en sus manos. Esta queja surgIO en parte como consecuencia de una estricta evitacin de todo trato comer-cIal ~nt~e ellos y los dems, y porque nunca pedan dos precios por las mercancas que ven~lan .] T~omas Clarkson, A Portraiture of the Christian Profesion and Practice of the Soc~~ty of Frl/:nds, ~a .ed., Londres, 1867, p. 297. (La primera edicin apareci en 1830 .)

    " Toda la etlca tlplcamente burguesa era Comn a todas las sectas y conventculos as-cetlcos desde un principio, y exactamente idntica con la que todava en la actualidad practIcan en los Estados Unidos. Por ejemplo, a los metodistas les estaba prohibido: 1) gastar mu~has palabras en la compra y la venta ("regatear"); 2) vender gnero de contra-bando; 3) llltereses superiores a los que permitiera la ley de! pas; 4) "amontonar tesoros e~ la tierra" (= transformar e! capital en "bienes"); 5) tomar dinero a crdito sin la segu-ndad de poder devolverlo; 6) todo tipo de gastos suntuarios.

    334

    LAS SECTAS PROTESTANTES Y EL ESPRITU DEL CAPITALISMO

    , . tI'anos y por ello voluntaria y separada del mundo, es con los os' cns , def . t s de Zurich en 1523-1524.23 Ellos introdujeron en 1525 e! ~~~a" .

    an, de los adultos (incluyendo el-eventual- rebautlsmo), apo-bautlsmo 1 b' d 1 . -n T Mnzer que haba rechazado e autlsmo e os nmos , close e , y~n nO obstante, exigir su ltima consecuencia, el nu~vo bautizo d: los sm, ue haban sido bautizados de nios (anabaptIsmo). Sus pnncI-du toS q " d II _ t ansmisores fueron artesanos ambulantes que, tras ca a repre-~a1e~ f , . , y., 1 'ntroduJ'eron en nuevos terntonos. No vamos a exponer aqUI S10n, o 1 . . .

    d t He las caractersticas singulares de esta voluntansta asceSlS m-en e a . 1 b . dana en los antiguos anabaptistas, los menomtas, os aptlstas,

    tamun , d d ' ueros etc y tampoco expondremos de nuevo como to a e-los cuaq , ., .

    , cI'o'n asctica incluyendo e! calvinism024 y e! metodIsmo, se ve nomma ,

    " Fuentes son las manifestaciones de Zuinglio (Fssli, 1, 228, cf 243, 253, 263) y. su h tra Catabaptistas (Werke III 357 362). En su propia comunidad tuvo Zmn-Elenc .lIS con , " . . . _

    . h problemas con los antipedopabtistas (contranos al bautIsmo de los nmos), gllO mue os , Z vean en la "separacin" baptista, es decir, en el voluntansmo, lo condenable que, a su ve 1 .,. ,

    d - do con las Escrituras. Una petIcwn browmst